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Un narcotraficante peruano está involucrado en el asesinato de dos mujeres

Sus asesinos las habían amenazado porque creían que vendían drogas para otra banda. Sus familiares dicen que los hombres siguen vendiendo en Villa Itatí en Quilmes.
Martes, 26 de junio de 2018 08:29
Magalí Otranto y Denise “Morenita” Sudera.
Lugar donde ocurrió la masacre de las dos mujeres.
Magalí Otranto tenía 28 años.
Denise “Morenita” Sudera tenía 29 años.

Dos hombres entraron a una casa de Villa Itatí, partido de Quilmes, en el sur del conurbano bonaerense y masacraron a balazos a dos mujeres en lo que indicaba desde el principio que se trataba de un crimen con trasfondo narco.

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Dos hombres entraron a una casa de Villa Itatí, partido de Quilmes, en el sur del conurbano bonaerense y masacraron a balazos a dos mujeres en lo que indicaba desde el principio que se trataba de un crimen con trasfondo narco.

Las víctimas, Denise “Morenita” Sudera (29) y Magalí Otranto (28) fueron asesinadas presuntamente por un joven peruano conocido como “Ben 10” y un argentino identificado como Miguel de Armas, que ya las habían amenazado una semana anterior al crimen.

En la vivienda, los vecinos escucharon gritos y una fuerte discusión hasta que finalmente se oyeron varios disparos, tras lo cual los homicidas se dieron a la fuga corriendo y sin robar nada. Los vecinos fueron quienes llamaron a la policía y, allí, personal del grupo de la Unidad Táctica Operativa Inmediata (UTOI) del destacamento de Villa Itatí encontró los cuerpos de las jóvenes con múltiples disparos.

Silvia González, madre de Magalí fue quien recibió en un mensaje de audio la amenaza de “Ben 10” el 13 de junio último: “Lo único que quiero es que se muera esa puta de mierda. Por traidora. Si quieren mandar a la gorra, que la manden. Hagan lo que chucha quieran. Ahora me van a conocer. Piensan que soy gil, ¿no? Ahora van a ver la mierda que soy”.

“Entramos y había dos criaturas, de tres y cuatro años. Mataron a mamá y a la tía, dijeron, temblando”, contó Débora González, hermana de Silvia y suegra de Denise a Clarín. “Mi sobrino de 14 años se salvó por salir a comprar cigarrillos. Si no, lo hubieran matado”.

A mediados de abril circuló la noticia de que un búnker narco había sido derribado en Villa Itatí. Se trataba de la casa donde uno de los sospechosos, De Armas, había vivido con su familia después de recuperar la libertad por una condena de venta de drogas, a 30 metros de donde ocurrió el doble crimen.

Según los vecinos, De Armas -que está en pareja con una de las hermanas de las víctimas- coordina una banda de ciudadanos peruanos que se instaló en “La Chanchería” (una zona donde se crían chanchos en el barrio) y empezaron a vender pasta base y cocaína en Itatí. Según las familiares Magalí y Denise, ambos asesinos siguen vendiendo por el barrio.

Ambas víctimas habían tenido altercados con Miguel y “Ben 10” a quienes les dijeron que los iban a denunciar. Ellos, sin embargo, además de la amenaza de la policía, creían que ellas vendían droga para una banda rival.

Horas antes del crimen, los asesinos habían encarado a las jóvenes para aclararles que esa era su zona y, antes de irse, dejaron claras sus intenciones. “Esta noche te mato”, gritaron. “Las mataron para que no los denuncien, y por creer que vendían para los paraguayos. Por eso las trataban de traidoras”, dijo Silvia. 

Los investigadores están tras el rastro de los hombres que junto a su banda también comercializan sustancias en otras villas como Villa Madero y Villa Fiorito. “Necesitamos vivir seguras. Los asesinos de mi nuera y de mi sobrina siguen en el barrio y nadie hace nada”, denunció Débora.

 

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