La jueza María Gabriela González, vocal de la Sala III del Tribunal de Juicio, impuso dos años de prisión de ejecución condicional a ocho efectivos de la Policía de la Provincia por los delitos de "vejaciones agravadas". Los efectivos fueron juzgados y condenados por los delitos de vejaciones calificadas. También la magistrada los inhabilitó para ejercer cargos públicos en cualquiera de las fuerzas de seguridad por el doble del tiempo de la condena.
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La jueza María Gabriela González, vocal de la Sala III del Tribunal de Juicio, impuso dos años de prisión de ejecución condicional a ocho efectivos de la Policía de la Provincia por los delitos de "vejaciones agravadas". Los efectivos fueron juzgados y condenados por los delitos de vejaciones calificadas. También la magistrada los inhabilitó para ejercer cargos públicos en cualquiera de las fuerzas de seguridad por el doble del tiempo de la condena.
El caso llegó a juicio a raíz de un episodio ocurrido en el corredor de la calle Balcarce, donde los policías golpearon a un vecino que había acudido en auxilio de un "trapito" que era agredido por personas desconocidas en la calzada. La golpiza al hombre terminó con la intervención de sus hijos, quienes advirtieron a los uniformados del grave error que habían cometido. Según la víctima, los uniformados le aplicaron numerosos golpes con cachiporras en distintas partes del cuerpo.
El fiscal penal de Derechos Humanos, Gustavo Vilar Rey, consideró que con los elementos de pruebas reunidos durante la instrucción quedaron probadas las vejaciones cometidas por los policías. El vecino declaró que en momentos en que se encontraba entregado al descanso en su domicilio, escuchó gritos procedentes de la calle. Al salir con su esposa a ver qué sucedía observó que el "trapito" de la cuadra era golpeado por cuatro o cinco personas. Por esta situación decidió acudir en auxilio del cuidacoches, quien era sometido a una brutal golpiza. Cuando intentaba ayudar a la víctima llegó una patrulla de la Policía, y los efectivos sin mediar palabras comenzaron a golpearlo. Ni siquiera le dieron tiempo a explicar que él no era el agresor del "trapito", sino que había acudido en su ayuda por el ataque de los desconocidos, quienes para ese momento ya se habían dado a la fuga. La intervención de los hijos evitó que al hombre lo siguieran moliendo a golpes de las cachiporras.
Con las pruebas colectadas, la camarista María Gabriela González condenó a dos años de prisión de ejecución condicional a Juan Francisco Jiménez, Miguel Fernando Yenedd, Jorge Manuel Guaymás, Abel Osvaldo Argañaraz, David Gustavo Tolaba, Juan Carlos Casimiro, Claudia Belén Pavón Chocobar y Rodrigo Edgar Medina por el delito de "vejaciones calificadas".