La crisis hace que clubes, fundaciones y otros organismos realicen bingos como alternativa para conseguir fondos y paliar la situación económica que los aqueja.
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La crisis hace que clubes, fundaciones y otros organismos realicen bingos como alternativa para conseguir fondos y paliar la situación económica que los aqueja.
Generalmente el dinero se utilizada para obras, refacciones y compra de insumos. Además, los vendedores de los cartones también obtienen sus ganancias que, si bien son magras, ayudan a cubrir los gastos familiares.
"Hoy la situación económica no es buena y vender los cartones del bingo de los centros vecinales es una entrada más que sirve para la economía familiar, una ayudita extra", expresó Sebastián Villagrán, de 42 años, un vecino de Villa Chartas.
El hombre integra un grupo de 10 vendedores que trabajan en el sector oeste y centro de la capital salteña recorriendo diferentes lugares y dialogando con los vecinos para vender cartones cada vez que se organiza el bingo de la Federación de Centros Vecinales (FeCeVes). Los premios consisten en dinero en efectivo.
El 18 de marzo pasado fue el último sorteo. "Nuestro grupo vendió 900 cartones a razón de 200 pesos cada uno. La ganancia que nos quedó fue de unos 4.000 pesos aproximadamente a cada uno, es decir, recibimos el 20 por ciento de cada cartón vendido, que es el monto estipulado legalmente", explicó Villagrán, quien realiza trabajos particulares en viviendas, como refacciones, y vive con su esposa y sus tres hijos adolescentes.
"En mi caso gasté lo que conseguí en compras del supermercado y algunos arreglos en casa", finalizó.
Aumento de consultas
Grandes como los de ligas, clubes de fútbol, hospitales y sindicatos o chicos como los de parroquias y asociaciones, los bingos siguen en auge.
Un promedio de 14 bingos se realizan en Salta por mes, según estadísticas del Ente Regulador de Juegos de Azar de la Provincia de Salta (Enreja). En lo que va del año no hubo denuncias sobre bingos clandestinos.
Durante 2017, un total de 167 bingos fueron aprobados y hubo dos denuncias por juegos ilegales. Este año, en tanto, ya se autorizaron 73.
Consultado sobre si existe un crecimiento del juego de azar, el director de Enreja, Marcelo Ferraris, respondió: "No. Pero la cantidad de gente que concurre a interiorizarse sobre el procedimiento para llevar a cabo un bingo se incrementó en el último tiempo".
Con relación a los bingos clandestinos, Ferraris explicó: "Los que se hacen sin autorización, que generalmente son pocos, son detectados por nuestros inspectores, la Policía o los intendentes de los municipios. En la mayoría de estos casos, los responsables desconocían la norma por lo que son instruidos para que regularicen su situación y presenten la documentación".
El director aseguró que tratan de velar por la normativa vigente "haciendo un poco de docencia" y que generalmente todas las asociaciones concurren con los papeles. En caso de que no lo hagan son denunciadas por contravención.
"Un bingo autorizado tiene el viso de seguridad, seriedad y transparencia", recalcó.
Todos los sorteos de los bingos son controlados por Enreja. "A los sorteos asiste un escribano público. En localidades alejadas, un juez de paz. Tanto inspectores como personal del área de Bingos y Rifas de Enreja controlan los sorteos aprobados. El control no se realiza solo el día del sorteo sino a posterior también. Se constata la entrega efectiva de los premios de acuerdo a lo que se promocionó, se hace una revisión final de la cantidad de cartones vendidos, la tasa y se verifica que todos estén conformes", indicó.