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Cargnello pidió no tener “miedo” a los católicos

En su sermón de Corpus Christi, llamó a los padres a pedir educación religiosa.
Domingo, 03 de junio de 2018 22:18

“A los que nos ven como una amenaza a la libertad, que no tengan miedo. Queremos ser parte de una sociedad que respeta a todos, que promueve la libertad y la dignidad de todos. No nos discriminen”, pidió el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, casi al final de su homilía de Corpus Christi, ayer por la tarde.

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“A los que nos ven como una amenaza a la libertad, que no tengan miedo. Queremos ser parte de una sociedad que respeta a todos, que promueve la libertad y la dignidad de todos. No nos discriminen”, pidió el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, casi al final de su homilía de Corpus Christi, ayer por la tarde.

Monseñor Cargnello se refirió así al fallo de la Suprema Corte de Justicia que ubica la educación religiosa “fuera del horario de clase”, para evitar que sean obligados a asistir o participar los niños cuyos padres se abstuvieron de solicitar educación religiosa. Seguidamente, abogó por quienes optaron por sí recibir esa educación, antes advirtió: “Se percibe en algunos lugares una fuerte perplejidad de parte de miembros de las comunidades educativas que nos manifiestan recibir indicaciones contradictorias”. 

Cargnello planteó: “Para resolver esta cuestión, se debe tener en cuenta el artículo 28 de la Constitución nacional, el cual establece el ‘principio de razonabilidad’, es decir que en la reglamentación de los derechos se debe proceder de la manera que mejor posibilite su ejercicio, para precisamente no disminuirlos ni entorpecerlos, y en este sentido la propia Corte ha señalado que la educación religiosa puede dictarse ‘antes o después de clase’, siguiendo en este punto la ley nacional 1.420 en su artículo 8, por lo tanto debe darse prioridad a esta modalidad, que evita a las familias el tener que llevar dos veces a sus hijos al establecimiento educacional”.

El “antes o después”, dijo el titular de la Iglesia Católica en Salta no puede estar alejado del horario en que habitualmente ya tiene que concurrir el niño. Agregó que en caso de que ello no sea posible, se informará y se precisará el horario que mejor se adecue a los pedidos de los padres.

Monseñor Mario Cargnello tocó, además, otra cuestión que generó polémica luego del fallo judicial. “¿Qué responder a la invitación que reciben las escuelas de la ciudad y algunas del Valle de Lerma para participar en las fiestas del Milagro? La libertad religiosa que reconoce la Constitución nacional y provincial tiene dos dimensiones reconocidas como la libertad de conciencia que hace a la intimidad de las acciones y la libertad de culto que hace a la exteriorización de la propia fe. En este sentido, el calendario escolar prevé festividades cristianas, judías y musulmanas que deben respetarse. Del mismo modo, se celebra la jornada de la Pachamama”, manifestó.
Pese al frío, una multitud se congregó en el atrio de la Catedral Basílica para la celebración más importante del año de la comunidad católica.

La solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi) conmemora la institución de la eucaristía que Jesús realizó en la última cena y que constituye el centro de la liturgia y del culto de la Iglesia católica. El Jueves Santo, que fue su día propio, fue una fiesta incompleta debido a la misma naturaleza de la Semana Santa en la que prevalece el recuerdo de la Pasión y Muerte del Señor. La fiesta del Corpus Christi, en cambio, la Iglesia la celebra con solemnidad y pompa. Además de la misa se realizó una procesión. 

A continuación, la homilía completa de monseñor Cargnello: 


Un clima favorable a la vida
En el debate instalado en nuestro país se han escuchado muchas y diversas voces. La Iglesia se ha presentado respetuosa de las opiniones. Con profundo respeto quiero formular algunas preguntas. Un conocido periodista pregunta frente al testimonio de los pobres que aceptan a los hijos: ¿hay algo de religioso en la decisión por la vida? Me pregunto: ¿lo religioso no es profundamente humano? ¿No está en la base de la condición humana? ¿Por qué no reconocer el valor humanizante de lo religioso? Por otra parte, conozco gente, tengo amigos que no siendo religiosos son muy respetuosos de la vida humana y la defienden con fervor y compromiso. La defensa de la vida es un compromiso de devolver humanidad a nuestras comunidades. Si no reconocemos el derecho a vivir, ¿qué consistencia podrán tener otros derechos?
Dos periodistas se manifestaban indignadas por la decisión de la niña abusada de proseguir con su embarazo hasta recibir en sus brazos a la criatura que nazca de su seno y dejan entrever su sospecha de una presión de parte de algún cristiano que condicionaría la decisión asumida. Si la niña asume desde la fragilidad de sus pocos años una decisión así, ¿es más o menos libre? La historia es testigo de tantos gestos heroicos de niños que hicieron callar a poderosos de turno. ¿Por qué negarle esa capacidad a nuestra comprovinciana? ¿Porque es pobre? Acompañémosla respetando su decisión, ahora y cuando lo necesite. Eso es humanizar los vínculos, apoyar a los que necesitan.
Con la paciencia del Cordero Pascual que derrama su sangre por nosotros, nos toca a los cristianos testimoniar con alegría y con valor, que toda vida vale. Debemos hacerlo con respeto y sin ofender; al mismo tiempo, debemos ser audaces para anunciar el evangelio de la vida sin desfallecer. Nuestro compromiso con la vida no se agota en una marcha sino que se realiza en la cotidiana monotonía del trabajo, de la familia, de la profesión; se expresa en un compromiso inclaudicable por la justicia y la equidad, por la paz, por el respeto y la solidaridad y se alimenta en una relación fuerte y amigable con el Dios de la Vida, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.


Servidores incansables de la comunión
La dignidad de la vida no se sostiene desde una actitud autista, autorreferencial. Tampoco desde un estilo sectario, selectivo y excluyente de los demás. Debemos trabajar por hacer de nuestra ciudad y de nuestra provincia una comunidad cada día más fraterna e inclusiva.
El pasado mes de diciembre la Suprema Corte de Justicia se ha expedido acerca de la cuestión de la enseñanza religiosa escolar en nuestra Provincia de Salta. Han surgido voces diversas sobre el camino a seguir a partir de lo señalado por la Institución intérprete final de la constitucionalidad de las leyes. La celeridad de los problemas sociales y económicos no ha facilitado a los organismos correspondientes dar respuestas claras; apenas han pasado seis meses desde el pronunciamiento. Al mismo tiempo se percibe en algunos lugares una fuerte perplejidad de parte de miembros de las comunidades educativas que nos manifiestan recibir indicaciones contradictorias. Permítaseme compartir algunas reflexiones:
Con arreglo a lo dispuesto por el máximo Tribunal Nacional, el Estado Provincial sancionó la Ley Provincial N° 8073, por la cual redactó el inciso ñ) del artículo 27 de la Educación de la Provincia del modo siguiente: “Reconocer a los padre y en su caso los tutores, el derecho a que sus hijos o pupilos reciban en la escuela pública la educación religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones, la cual no integra los planes de estudios y se imparte fuera del horario escolar”.
El marco normativo vigente está dado por el artículo 49 de la Constitución de Salta, declarado constitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el que reconoce a los padres o tutores el “derecho a que sus hijos o pupilos reciban en la escuela pública la educación religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones”; y por el artículo 27 inciso ñ de la Ley de Educación de la Provincia, en su nueva redacción aprobada por Ley n° 8073, el que dispone que dicha formación “no integra los planes de estudio”, debe impartirse “de acuerdo con sus propias convicciones” y “fuera del horario de clase”.
El espacio de esta formación extracurricular queda así ubicado “fuera del horario de clase”, es decir fuera del horario común obligatorio, para evitar que sean obligados a asistir o participar los niños cuyos padres se abstuvieron de solicitar educación religiosa. Con este marco legal, hay que resolver una ubicación temporal que haga posible el ejercicio del derecho de quienes optaron por sí recibir esa educación.
Para resolver esta cuestión se debe tener en cuenta el artículo 28 de la Constitución Nacional, el cual establece el “principio de razonabilidad”, es decir que en la reglamentación de los derechos se debe proceder de la manera que mejor posibilite su ejercicio, para precisamente no disminuirlos ni entorpecerlos, y en este sentido la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación1 ha señalado que la educación religiosa puede dictarse “antes o después de clase”, siguiendo en este punto la Ley Nacional n° 1420 en su artículo 8, por lo tanto debe darse prioridad a esta modalidad, que evita a las familias el tener que llevar dos veces a sus hijos al establecimiento educacional. El “antes o después” no puede estar alejado del horario en que habitualmente ya tiene que concurrir el niño. En caso de que ello no sea posible, se informará esta circunstancia, y se precisará el horario que mejor se adecue a los pedidos de los padres.
Una cuestión que ha suscitado preguntas en familias y educadores es la siguiente: ¿Qué responder a la invitación que reciben las escuelas de la ciudad y algunas del Valle de Lerma para participar en las fiestas del Milagro?
La libertad religiosa que reconoce la Constitución Nacional y Provincial, tiene dos dimensiones reconocidas como la libertad de conciencia que hace a la intimidad de las acciones y la libertad de culto que hace a la exteriorización de la propia fe. En este sentido el calendario escolar prevé festividades cristianas, judías y musulmana que deben respetarse. Del mismo modo, se celebra la jornada de la Pachamama.
El Anexo I del citado Calendario contempla en su punto 5, la posibilidad de la participación voluntaria de integrantes de la comunidad educativa en actividades religiosas fuera del establecimiento, con la debida autorización del Supervisor o autoridad superior. Esta es una opción posible abierta a las distintas confesiones religiosas en el marco de la libertad de culto.
Todo lo dicho me impulsa a pedir a los que nos ven como una amenaza a la libertad, que no tengan miedo. Queremos ser parte de una sociedad que respeta a todos, que promueve la libertad y la dignidad de todos. No nos discriminen. Me permito llamar a los docentes de enseñanza religiosa a redoblar su esfuerzo formativo en pos de mostrar en el aula, en la vida comunitaria de la escuela y delante de los niños y sus padres que la educación religiosa ofrece a los niños un elemento esencial para su formación y para su desarrollo personal, que les ayuda a alcanzar una armonía vital y favorece el desarrollo de la responsabilidad personal y social, así como de las demás virtudes cívicas. Insisto una vez más en comprometer a los padres católicos para que pidan el ejercicio de este derecho para sus hijos; forma parte de los compromisos de nuestra fe.


Que nuestros jóvenes sean centinelas de un mañana que venza el miedo a la vida
Hace una semana ha culminado en Rosario de Santa Fe el segundo encuentro nacional de la Juventud. El Señor nos ha regalado la alegría de compartir con muchos jóvenes de nuestro país el don de una fe común que quiere hacerse compromiso a favor de un mundo nuevo. La propuesta de construir la civilización del amor ha diseñado nuevamente el horizonte para esta generación. Bajo el lema: “Con vos renovamos la historia” hemos visto a jóvenes entusiasmarse con la posibilidad de mejorar nuestro país desde el corazón del Evangelio.
Nuestra Iglesia de Salta ha estado presente en los 362 jóvenes que han viajado superando sacrificios desde Anta hasta el Valle de Lerma.
Francisco ha pedido a los jóvenes que su entusiasmo no sea espuma sino jabón. La presencia del Espíritu ha dado fuerza. Nos corresponde a todos los cristianos de nuestra Iglesia particular de Salta acompañar a la juventud para que supere cansancios, venza la tentación permanente de ser tratada como clientela de propuestas fáciles, de corto alcance y de resultados engañosos. Que nuestras comunidades parroquiales, educativas, de movimientos e instituciones, que nuestra arquidiócesis sea una Iglesia particular que, naciendo cada día de la Eucaristía se comprometa, como los hijos de Israel, a seguir los caminos del Señor. Así los jóvenes alimentarán su esperanza que un mundo mejor es posible.
En el corazón de Jesucristo en la Eucaristía, con la actitud cordial y cercana de la Virgen, ponemos nuestros propósitos: Vida en comunión, vida plena, hacia el futuro, cuando el Señor comparta con nosotros, el Vino Nuevo en la Casa del Padre."

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