A fines de marzo vecinos advirtieron a integrantes de la asociación protectora de animales "Corazones Callejeros" acerca de un perrito abandonado al costado de la rotonda que ingresa al barrio 180 Viviendas de Rosario de la Frontera.
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A fines de marzo vecinos advirtieron a integrantes de la asociación protectora de animales "Corazones Callejeros" acerca de un perrito abandonado al costado de la rotonda que ingresa al barrio 180 Viviendas de Rosario de la Frontera.
Al llegar dos de las miembros, Vanina y Marianela lo auxiliaron y pudieron constatar que Jack estaba siendo comido por las hormigas. Fue asistido por una veterinaria de la ciudad, y el diagnóstico era claro: estaba deshidratado, inmóvil, chocado y con pocas posibilidades de sobrevivir, primero por la edad del anciano animal, segundo por el avanzado estado de deterioro en el cual se encontraba.
Inmediatamente al llegar a la veterinaria, lo hidrataron con cuatro sueros, ya que hacía varios días que se encontraba tirado sin poder moverse y no había comido ni bebido.
Aun así, milagrosamente sobrevivió el abandono pasando hambre, sed, lluvia y frío.
"Lo más triste fue que en esos momentos que estábamos buscando a Jack en los pastizales, un remisero paró y nos preguntó si habíamos perdido algo, ya que le llamó la atención las luces de la camioneta que estaban encendidas para buscarlo. Cuando vio al perrito, el taxista lo reconoció y llamó a su dueño para avisarle que ahí estaba su mascota, pero el joven exdueño no quiso saber nada de él, ni buscarlo ni nada de nada", afirmaron los integrantes de Corazones Callejeros.
Fue tanta la indignación que decidieron hacer pública la situación mediante las redes sociales, "al ver y constatar que el joven de 24 años, estudiante de magisterio, ni siquiera quiso cuidarlo mientras que conseguíamos los fondos para su operación, nos dolió mucho, no entendemos cómo hay gente así", manifestaron a El Tribuno.
Stefania Castillo, miembro de Corazones, decidió albergar a Jack mientras recaudaban el dinero para la costosa operación.
Con la venta de rifas, plantas y cosas dulces se pusieron manos a la obra para reunir los 4.500 pesos necesarios.
Finalmente, el amor pudo más y Stefania adoptó al ancianito y aseguró que "le di todo el amor que necesitaba, él ya está conmigo y es parte de nuestra familia, emociona ver todas las ganas que pone para recuperarse".
Evoluciona favorablemente
El animal fue operado en Metán, por los veterinarios Carlos y Federico Toledo (padre e hijo): "Estaba en estado crítico, pero tuvo una muy buena evolución y le amputamos el miembro anterior derecho, a la altura húmero. Va a estar muy bien", dijo Federico Toledo.
Para colaborar
Corazones Callejeros fue creado por iniciativa de la joven de 16 años Fiama Castillo con el apoyo de su familia en enero de este año. Actualmente tiene más de 30 integrantes de diversas edades, niños, adolescentes, profesionales y vecinos en general que trabajan para proteger, asistir y alimentar a los animales.
Para colaborar, llamar al 3876-632437 o vía Facebook corazones callejeros rosario de la frontera.