Cuando hay un jugador diferente en cancha constantemente lo hace notar, por la forma de moverse o simplemente por alguna genialidad para resolver una situación difícil. Así fue que Lebron James dijo presente con una jugada magistral en el tercer juego de la final de la NBA entre los Cavaliers y los Warriors de Golden State.
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Cuando hay un jugador diferente en cancha constantemente lo hace notar, por la forma de moverse o simplemente por alguna genialidad para resolver una situación difícil. Así fue que Lebron James dijo presente con una jugada magistral en el tercer juego de la final de la NBA entre los Cavaliers y los Warriors de Golden State.
Apremiado por la marca y con cuatro segundos para el tiro, LeBron James dibujó unajugada maestra para vencer la posesión: se sacó fácilmente la marca de JaVale McGee, ensayó una autopase al tablero y la volcó, para el delirio de todo el público presente en el estadio Quicken Loans Arena de Cleveland, Ohio.