"Me sentí muy mal, humillado", dijo Juan Arroyo sobre las aflicciones que tuvo que pasar para ser atendido. Tiene 43 años, y el año pasado, cuando sufrió un ACV, pesaba 230 kilos. Hoy, con rehabilitación logró bajar a 190.
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"Me sentí muy mal, humillado", dijo Juan Arroyo sobre las aflicciones que tuvo que pasar para ser atendido. Tiene 43 años, y el año pasado, cuando sufrió un ACV, pesaba 230 kilos. Hoy, con rehabilitación logró bajar a 190.
"Llamé a la ambulancia del Samec, vinieron, lo vieron y me dijeron que era un ACV pero que no podían llevarlo por el peso", contó Ana Colina, esposa de Juan. Ante la desesperación, Ana consiguió que unos amigos llevaran a Juan hasta el hospital Del Milagro.
"Allí no nos quisieron atender por el peso, fuimos hasta el San Bernardo y le tomaron la presión y nos dijeron que fuéramos al Oñativia porque ahí se especializaban en obesos. Fuimos al Oñativia, pero nos dijeron que ellos solo tenían médicos clínicos", recordó la mujer. Luego de peregrinar por diferentes centros médicos privados y públicos durante dos horas, consiguió que finalmente sea hospitalizado en el hospital San Bernardo. "Lo atendieron porque armé un escándalo. Luego fue el tema para conseguir el tomógrafo", se lamentó.