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Despidieron a los cascos azules que irán a Chipre a mediados de agosto

Alrededor de 160 soldados salteños, entre ellos 9 mujeres, viajarán en misión de paz a la isla del Mediterráneo. Sus familiares y amigos los acompañaron en el acto, en la explanada de la Catedral.
Sabado, 21 de julio de 2018 00:00

Ayer por la mañana, en la explanada de la Catedral de Salta, despidieron a 160 cascos azules que viajarán a mediados del mes próximo a Chipre, en misión de paz. Los salteños, entre los que hay 9 mujeres, irán junto a otros 90 soldados a la isla mediterránea a mediados de agosto para evitar que se reanude la lucha entre las comunidades grecochipriotas y turcochipriotas, enfrentadas por una disputa territorial desde 1974. Antes pasarán 10 días en el centro argentino de entrenamiento conjunto para operaciones de paz (Caecopaz), en Campo de Mayo, Buenos Aires.

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Ayer por la mañana, en la explanada de la Catedral de Salta, despidieron a 160 cascos azules que viajarán a mediados del mes próximo a Chipre, en misión de paz. Los salteños, entre los que hay 9 mujeres, irán junto a otros 90 soldados a la isla mediterránea a mediados de agosto para evitar que se reanude la lucha entre las comunidades grecochipriotas y turcochipriotas, enfrentadas por una disputa territorial desde 1974. Antes pasarán 10 días en el centro argentino de entrenamiento conjunto para operaciones de paz (Caecopaz), en Campo de Mayo, Buenos Aires.

Familiares y amigos de los soldados los acompañaron durante el acto de despedida, antes de que ellos partieran por entre 6 y 12 meses al nuevo destino, que queda a más de 15 mil kilómetros de Salta. Los hijos más pequeños les entregaron a sus padres una bandera argentina y lograron sacarles lágrimas en medio de la ceremonia.

Las autoridades del Ejército, de la Provincia y de la Iglesia homenajearon a los cascos azules y les entregaron ponchos salteños y las imágenes del Señor y de la Virgen del Milagro para que los llevaran consigo. Diversos fortines gauchos también participaron del acto.

El teniente coronel Álvaro Cornejo Diez estará al mando de la Fuerza de Tarea Argentina 52, conformada por 250 soldados de este país y de estados limítrofes. Este grupo tiene como núcleo al Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 5, con sede en Salta, la unidad del Ejército Argentino elegida para esta misión.

"Nuestra función es mantener el "statu quo' existente dentro de la isla, entre los turcochipriotas y los grecochipriotas. La nuestra es una zona de amortiguación donde se trata de mantener la paz imperante", relató el salteño.

El Regimiento empezó su preparación a principios de año y desde hace más de un mes que integraron al resto del contingente del Ejército. Los cascos azules tienen entre 20 años de edad, con cargos de subtenientes o cabos, y 54 años, con cargos de suboficiales mayores.

"Esto nos da experiencia, contacto con ejércitos amigos, con otras idiosincrasias, con otras culturas y con otras formas de ver las cosas. Lo que nos traemos es una gran experiencia, sobre todo", aseguró Cornejo Diez. Hay otros cascos azules de Salta en misiones más chicas en Medio Oriente y, hasta hace poco, también en Haití.

"Siéntanse orgullosos"

El comandante de la V Brigada de Montaña General Manuel Belgrano, Juan Manuel Pulleiro, dio un discurso en el que felicitó a los soldados que viajarán a Chipre por haber sido "seleccionados entre miles" y les recordó: "Ustedes se suman hoy a los más de 16 mil efectivos argentinos que han participado de esta misión a lo largo de 25 años".

"Ustedes tienen la responsabilidad de mantener en alto ese prestigio ganado con el esfuerzo, el sacrificio y, en algunos casos, hasta con la entrega de su propia vida de quienes lo precedieron como integrantes de fuerzas militares de paz de la República Argentina", dijo en su alocución.

Soldados y padres

Cuando su hijo lo saludó durante la ceremonia, Cornejo Diez se emocionó. Al respecto, dijo a la prensa: "La verdad es que uno no puede dejar los sentimientos de lado. Saber que uno va a estar a buena distancia de su suelo mueve los sentimientos. Llevarnos la Virgen del Milagro, el Señor del Milagro y el poncho, que nos distingue tanto a los salteños, nos acerca muchísimo".

El sargento Víctor Arévalo (35 años) confesó que se trata de una misión que esperaba con ansias. "Es importante la capacitación personal y profesional para nosotros y para la familia", contó y valoró el apoyo que recibe de su esposa, Mariana, y de su hijo, Joel, que están de acuerdo en que vaya a Chipre.

El cabo primero Adrián Pastrana (32 años) irá a esta misión por segunda vez, tras haber estado seis meses en 2016, y se mostró muy entusiasmado. "Ha sido muy bueno y me gustó. Es una gran experiencia cultural. Cuesta estar lejos de la familia, pero uno va con la convicción de cumplir con la misión de paz", reveló.

 

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