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La Justicia hizo honor al refrán: "Mía la vaca mío el ternero".

Los dueños de un becerro que causó un accidente deberán pagar $40.000 por una demanda.El juicio fue planteado por un docente que chocó con su auto al animal en la “recta de Tin Tin”
Lunes, 23 de julio de 2018 23:55

Un juez del fuero civil hizo honor al conocido refrán "mía la vaca, mío el ternero", al resolver una demanda por daños y perjuicios planteada por la víctima de un accidente de tránsito. El controvertido pleito llegó a los estrados judiciales a raiz de un siniestro vial ocurrido en la ruta provincial 33 que conduce a Cachi, donde un auto conducido por un profesor chocó con un ternero en la conocida "recta de Tin Tin".

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Un juez del fuero civil hizo honor al conocido refrán "mía la vaca, mío el ternero", al resolver una demanda por daños y perjuicios planteada por la víctima de un accidente de tránsito. El controvertido pleito llegó a los estrados judiciales a raiz de un siniestro vial ocurrido en la ruta provincial 33 que conduce a Cachi, donde un auto conducido por un profesor chocó con un ternero en la conocida "recta de Tin Tin".

El caso recayó en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Tercera Nominación, a cargo del juez Gabriel Chibán, quien hizo lugar parcialmente a la demanda planteada por el docente Aníbal Guillerno Tapia contra Abraham Gerónimo y su esposa Rosa Rosalía Colque, los propietarios del becerro. El magistrado resolvió que los dueños del animal deberán indemnizar al damnificado con la suma de 40.154 pesos.

El accidente se produjo en el entorno del parque nacional Los Cardones, y en tal sentido el juez interpretó que en materia de responsabilidades existe una marcada diferencia entre lo que es la fauna doméstica y la fauna silvestre que habita esa área protegida. Con este análisis, el magistrado dispuso que el profesor sea resarcido con la suma de marras en concepto de daño patrimonial y gastos de mediación, más los intereses punitivos.

Lo que pasó

Eran las 7 de la mañana del 24 de abril de 2015 cuando el profesor Tapia conducía su auto Fiat Atractive por la ruta provincial 33. En un tramo de la denominada recta de Tin-Tin, camino a Cachi, chocó a un ternero que estaba en medio de la ruta junto a una treintena de animales vacunos. Entre la manada estaba la madre del ternero siniestrado.

El docente fue asistido primero por un camionero, luego por personal de la estación del parque nacional Los Cardones y del destacamento policial de Payogasta. Mientras tanto, el animal herido permaneció al costado de la banquina con una vaca al lado. Durante el juicio, el matrimonio denunciado negó ser el propietario del animal embestido, con el argumento de que no tenía su marca. Sin embargo -según el fallo- las pruebas demostraron que el ternero es hijo de la vaca que permaneció con él, demostrando con ello su compromiso maternal. Por consiguiente, se acreditó que el hombre y la mujer son los dueños del animalito.

Respecto a la controversia que se planteó en torno a la propiedad del ternero, el juez Gabriel Chibán sostuvo que la ley de marcas y señales establece que "se presume, salvo prueba en contrario, que las crías no marcadas o señaladas pertenecen al propietario de la madre". Con ello la norma legal le da entidad al dicho popular: "Mía la vaca mío el ternero".

"Para que esta presunción sea aplicable, las crías deberán encontrarse al pie de la madre", señala la ley. "Precisamente, la vaca que se quedó al lado del ternero herido tenía la marca de los demandados, hecho confirmado por la Secretaría de Asuntos Agrarios a través de la Dirección Ganadera de Marca y Señal", consigna la resolución del juez civil. También subraya que la presunción que establece la ley de marcas y señales "no es caprichosa", porque ante un animal herido, más aún siendo ternero, "los demás miembros de la manada se solidarizan y acercan".

En otro párrafo del juez Chibán hizo valoración sobre la presencia de animales en una red caminera que está dentro de un área protegida. El siniestro ocurrió sobre una ruta bajo jurisdicción de la Dirección Provincial de Vialidad, que atraviesa el parque nacional Los Cardones, definido por la Ley 22.351 como una de las "áreas a conservar en su estado natural, que es representativa de una región fitozoogeográfica y de un gran atractivo en bellezas escénicas e interés cien tífico".

   El siniestro vial se produjo en la denominada “recta de Tin Tin”, que conduce al pueblo de Cachi.

Advertencia para los dueños de ganado

En la resolución, el juez Chibán consigna que el hecho de dejar pastar y vagar ganado vacuno suelto, fuera de los terrenos propiedad de los dueños o de los sectores autorizados, “constituye una contravención” y evidencia “una desaprensión tanto a las normas, intimaciones y advertencias, pero también a la vida y la seguridad de los conductores y pasajeros que diariamente transitan por las rutas”. 
Al respecto, el magistrado advirtió “sobre la peligrosidad de la zona”, donde a lo largo de la ruta “se repiten las señales camineras” de “animales sueltos”. Por ello sugiere que los conductores deben extremar las precauciones, sumado ello a la gran altitud y el peculiar clima de la zona, donde es habitual la escasa visibilidad. “Es una zona conocidamente peligrosa, que merece especial cuidado”, concluyó. 
 

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