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“Me siento la madre del Concierto de la Montaña” 

Carmen Rosa Rivero de Lisi, docente jubilada y creadora de los recitales en la Garganta del Diablo de Cafayate.
Sabado, 28 de julio de 2018 21:53

Carmen Rosa Rivero de Lisi levantó la vista y se enamoró de esa formación rocosa imponente. Le fascinaba la acústica particular de ese lugar en el que los sonidos “hacían ecos”. Quedaba anonadada por los paisajes de la zona de la Garganta del Diablo de Cafayate, cada vez que viajaba por allí.

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Carmen Rosa Rivero de Lisi levantó la vista y se enamoró de esa formación rocosa imponente. Le fascinaba la acústica particular de ese lugar en el que los sonidos “hacían ecos”. Quedaba anonadada por los paisajes de la zona de la Garganta del Diablo de Cafayate, cada vez que viajaba por allí.

Tal es así, que en poco tiempo, allá por 1990, planeó llevar a cabo un concierto en el Anfiteatro, convirtiéndose en la creadora del actualmente denominado “Concierto en la Montaña”. 

“Esto nació hace 28 años. Pasó el tiempo... Realmente no me acuerdo con exactitud cómo fue el comienzo. Amo la Quebrada de Cafayate. Si bien vivo en Salta capital, tengo una casa en esa localidad de los valles, razón por la cual viajé toda mi vida junto a mi esposo y mi familia hacia allí. Al recorrer tantas veces el lugar conocí las bellezas naturales y decidí organizar un concierto en la Garganta del Diablo. Recuerdo que el coro de la UNSa dirigido por la profesora Adela Altobelli fue el primero que se presentó. Fue una de las actuaciones principales”, contó Carmen, docente jubilada, quien tiene 86 años y madre de seis hijos a El Tribuno. 

El primer recital fue todo un éxito así que siguió llevándose a cabo de forma anual, el penúltimo o último fin de semana de julio, hasta la actualidad en horario de 10 a 16. Los primeros seis años estuvo a cargo exclusivamente de Carmen, pero luego la organización del evento pasó a la órbita de la Municipalidad de Cafayate.

“El lugar tiene la particularidad de que no se necesita micrófono porque la conformación del Anfiteatro tiene una acústica natural asombrosa. Todos quedan fascinados. Uno dice algo y se escucha y ese fue el puntapié inicial, la chispa que me llevó a pensar en organizar el concierto”, manifestó Carmen. 

El domingo de la semana anterior fue el último con la participación de 11 artistas. El espectáculo siempre comienza con ofrendas a la Pachamama. 

La fecha fue pensada así de acuerdo a la temporada turística, ya que arriban muchos visitantes desde otras provincias que están de vacaciones, e incluso de otros países. El invierno es la estación elegida porque el verano es lluvioso y se dificulta desarrollar el espectáculo al aire libre. 
Runakay, Daniel D’Amico, Hugo Guantay, Sergio Guerra y muchos conjuntos folclóricos y artistas, tanto cafayateños como de otros puntos de la provincia y del país, actuaron a lo largo de estos 28 años en las ediciones anuales del concierto. “Incluso participó gente que llegó con su guitarra y su canto”, dijo Carmen. 

“Todo se hizo con amor puro. No había metal de por medio. Tal es así que nunca se cobró ni se pagó nada”, recalcó Carmen. 

La mujer contó que pensó en ofrecer a la gente un espectáculo, una atracción turística más y que al viajar constantemente a Cafayate y tener su casa allí tuvo la posibilidad en aquel entonces de contar con el apoyo de los vecinos, de la Escuela de Música, de la Dirección de Turismo, de los artistas locales. Luego hizo contactos en Salta, con el coro de la UNSa.

Carmen atesora un recuerdo con mucho cariño. “Un año logré llevarlo a Jaime Torres. Primero me puse en contacto con él telefónicamente por medio de amigos en común de Jujuy. En el escenario, él recomendó que no dejen morir el concierto porque le parecía realmente importante”, agregó emocionada. 

“Me siento una verdadera madre del concierto porque yo lo concebí, le di vida y continuidad. Llegar a los 28 años, para mí es algo increíble, me llena de orgullo”, añadió. 

Según Carmen, todo le fue posible gracias al apoyo incondicional de su esposo Alfredo Antonio Lisi, quien fue su compañero de vida durante 63 años. “Me acompañó en todo. El era muy callado pero muy trabajador. Hacía todo a la par mía. Fue mi pilar”, expresó emocionada.

El cartel de reconocimiento que fue sustraído. 

Reconocimiento

El año pasado Carmen fue homenajeada como creadora del concierto. Uno de sus seis hijos le confeccionó un cartel de madera, con su nombre, que fue colocado en el lugar pero “al día siguiente nos enteramos que un desconocido lo sacó. No sé si lo habrá usado para algo o si lo destruyó, pero eso me dolió en el alma. Ese cartel había sido un orgullo enorme”, se lamentó. 

Carmen expresó que le gustaría que el concierto “siga por los siglos de los siglos. No me queda mucho hilo en el carretel ya. Soy consciente de que he sido beneficiada por Dios para llegar a esta altura de mi vida y estar con esto funcionando bien. Eso es lo principal, no solamente vivir por vivir. Pienso que mis hijos seguirán”, expresó. 

Si bien el terreno en la zona de la Quebrada de Cafayate es escabroso, en la Garganta del Diablo nada impide que los artistas canten, toquen la guitarra y bailen. “Uno de mis hijos, tanto el año pasado como este año, habló con el grupo Los Ceibales y el ballet Los Mayuatos, cuyas actuaciones son una maravilla, imperdibles. Desplegaron color, alegría. Son espectáculos muy animados. 

En la agenda

Durante las últimas ediciones la Municipalidad de Cafayate coloca sillas para el concierto e incluso en algunas ediciones brindaron comida para los artistas, ya que el recital dura unas seis horas. “Es hermoso ver como los artistas y conjuntos llegan y actúan con sus instrumentos desde guitarras y quenas hasta bandoneones”, recalcó Carmen.

Incluso se han instalado puestos de venta de comidas regionales como empanadas y también de masas dulces. “Se forman filas de puestos. La gente entra. Los colectivos con turistas estacionan para que ellos bajen. El ‘Concierto en la Montaña’ ya es un espectáculo en la agenda de todos los años de la comuna de Cafayate. Está incorporado. Ya tomó compromiso la autoridad del pueblo. Mi idea siempre fue hacerle ver a la gente este maravilloso lugar con acústica natural. Quiero que el concierto perdure por siempre y quede como marca registrada de los atractivos de Cafayate”, finalizó Carmen.

Inquieta por la cultura y el arte

Organizó pesebres y obras de teatro en La Caldera y Vaqueros.

El orgullo mayor de la vida de Carmen Rosa Rivero de Lisi, según comentó, son sus seis hijos. “A Dios le agradezco haberme dado el coraje de tenerlos porque ahora me viven rodeando y mimoseando”, sostuvo, entre risas. 

Carmen nació en Salta. Vivió en la zona norte de la ciudad y trabajó muchos años en la escuela de Juana Moro de López de La Caldera. “Viajé diariamente durante tres años para trabajar hasta que conseguí el traslado a la capital, pero viajar no fue un sacrificio porque allá había hecho un grupo de amigas que perdura hasta hoy. Yo tenía un fitito y viajábamos las cinco amigas”, recordó con entusiasmo. 

La mujer siempre organizó eventos culturales y artísticos. “En la escuela hice un pesebre viviente. En Vaqueros también monté una obra de teatro denominada ‘El plato de madera”, contó. 

Los hijos de Carmen la definen como “una inquieta por las letras, la literatura, la cultura y el arte”.

“Tengo una carpeta con todos los artículos periodísticos sobre el concierto y más de 100 cartas de lectores que mandé al diario El Tribuno sobre actualidad”, culminó Carmen.

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