La "guerra santa" en torno de la legalización del aborto impactó de lleno en la Legislatura salteña. La virulencia - por suerte, verbal - de los portadores de pañuelos celestes y verdes permite vislumbrar la profundidad emocional del debate que, hasta ahora, no admite medias tintas. Lo curioso es que el sempiterno presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Santiago Godoy, que adscribe a la "religión laica pro aborto" derrapó y, a pesar de su veteranía, opinó que Andrés Suriani, abanderado anti aborto y confeso católico, "no puede ser diputado" porque presentó proyectos "berretas".
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La "guerra santa" en torno de la legalización del aborto impactó de lleno en la Legislatura salteña. La virulencia - por suerte, verbal - de los portadores de pañuelos celestes y verdes permite vislumbrar la profundidad emocional del debate que, hasta ahora, no admite medias tintas. Lo curioso es que el sempiterno presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Santiago Godoy, que adscribe a la "religión laica pro aborto" derrapó y, a pesar de su veteranía, opinó que Andrés Suriani, abanderado anti aborto y confeso católico, "no puede ser diputado" porque presentó proyectos "berretas".
Godoy se descubre un anticlerical tardío y descarga su enojo porque Suriani propone que se permita a los colegios llevar a los alumnos a la procesión del Milagro. A pesar de que su caudal de votos es bastante inferior al de Suriani, Godoy desafió a cientos de miles de devotos de El Milagro. "Me parece que hay que discutir la separación de la iglesia del Estado", dijo Godoy en su análisis de uno de los "proyectos berretas". Con ese estilo tan personal, admitió que 32 diputados apoyaron la iniciativa de Suriani "porque pensaban que se trataba de otra cosa".
Por lo pronto, cabe deducir lo que Godoy opina de los diputados que no se dan cuenta de las "berretadas" que les proponen en el recinto.