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Yamila Barrionuevo, trapera en clave salteña

Conocida como B-Yami, la artista vive en Buenos Aires pero graba sus videos en su barrio de Salta y sus temas denotan su pertenencia a Salta.
Domingo, 29 de julio de 2018 15:45

“Lo que es del barrio vuelve al barrio siempre”, dice Yamila Barrionuevo (27). Ella vive en Buenos Aires desde 2012. Allí fue porque ya tenía formación como azafata y quería estudiar para tripulante de cabina, luego de dejar en tercer año la carrera de Recursos Humanos en la Universidad Católica. 
Se casó con Ezequiel Romero (22), tuvieron un hijo, Lisandro (año y medio), y por el momento se encuentra fuera del rubro aeronáutico y cerca de un subgénero musical del hip hop. El desembarco del trap en Argentina es reciente, data de fines de 2017, y aquí en Salta, que nunca ha sido potencia en la música callejera y urbana, indudablemente ha capturado a una corte de seguidores incondicionales en una franja de entre 12 y 25 años. El término “trap” proviene del argot estadounidense. Hace referencia al lugar donde se venden sustancias estupefacientes o al hecho mismo de vender drogas. 
Los entendidos definen que el trap debe su estética oscura y triste a sus arreglos electrónicos densos. En los videos de Yami, tal su nombre de “trapera”, se mantiene intacta la fuerte influencia del hip hop y aunque en ocasiones otros cantantes vuelven la espalda a la medida de los versos y la rima, ella declara tener facilidad para componer versos y gran familiaridad con palabras que usan los jóvenes. 
“Yo escuchaba mucho rap, porque lo escuchábamos allá en Limache, cuando nos juntábamos con las chicas y los chicos. Tiene mucho mensaje y para mí es poesía hecha canción”, define. Su primer tema le surgió en 2015 durante un proceso de duelo, cuando falleció un amigo de su barrio. 
“Él era un trabajador que buscaba progresar y ayudar a la familia. Trabajaba de remisero y una noche tuvo una pelea con unos clientes que no lo quisieron pagar. Lo internaron porque lo patotearon y le descubrieron un cáncer que lo mató en tres meses”, relató. Agregó que “era la primera vez que perdía una amistad y quise despedirme y le escribí una canción que sirve para todas las personas que perdieron a un amigo, porque es un sentimiento que se comparte”. Así enunció probablemente la clave del éxito del trap: las letras sentidas que generan un efecto empático. 
Meses después y por una arritmia que no le habían detectado murió el hermano menor de Yamilia, Thiago Barrionuevo, de 5 años. El niño, además del tema de Yamila, “El último abrazo”, es recordado a través del Campeonato Infantil homónimo que organiza la Liga Salteña de Fútbol. Entre los versos se destacan unos de hondo desconsuelo: “Tu sonrisa se destaca entre las nubes/ tu ropita sigue ahí y hasta tiene tu perfume/ Yo no sé cómo seguir, / yo no sé ni cómo actuar/ Miro todos tus juguetes/ ¿Dónde estás? Vení a jugar (...)”. 
Además, de exorcizar la tristeza Yamila vuelve su interés a las realidades sociales. 

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“Lo que es del barrio vuelve al barrio siempre”, dice Yamila Barrionuevo (27). Ella vive en Buenos Aires desde 2012. Allí fue porque ya tenía formación como azafata y quería estudiar para tripulante de cabina, luego de dejar en tercer año la carrera de Recursos Humanos en la Universidad Católica. 
Se casó con Ezequiel Romero (22), tuvieron un hijo, Lisandro (año y medio), y por el momento se encuentra fuera del rubro aeronáutico y cerca de un subgénero musical del hip hop. El desembarco del trap en Argentina es reciente, data de fines de 2017, y aquí en Salta, que nunca ha sido potencia en la música callejera y urbana, indudablemente ha capturado a una corte de seguidores incondicionales en una franja de entre 12 y 25 años. El término “trap” proviene del argot estadounidense. Hace referencia al lugar donde se venden sustancias estupefacientes o al hecho mismo de vender drogas. 
Los entendidos definen que el trap debe su estética oscura y triste a sus arreglos electrónicos densos. En los videos de Yami, tal su nombre de “trapera”, se mantiene intacta la fuerte influencia del hip hop y aunque en ocasiones otros cantantes vuelven la espalda a la medida de los versos y la rima, ella declara tener facilidad para componer versos y gran familiaridad con palabras que usan los jóvenes. 
“Yo escuchaba mucho rap, porque lo escuchábamos allá en Limache, cuando nos juntábamos con las chicas y los chicos. Tiene mucho mensaje y para mí es poesía hecha canción”, define. Su primer tema le surgió en 2015 durante un proceso de duelo, cuando falleció un amigo de su barrio. 
“Él era un trabajador que buscaba progresar y ayudar a la familia. Trabajaba de remisero y una noche tuvo una pelea con unos clientes que no lo quisieron pagar. Lo internaron porque lo patotearon y le descubrieron un cáncer que lo mató en tres meses”, relató. Agregó que “era la primera vez que perdía una amistad y quise despedirme y le escribí una canción que sirve para todas las personas que perdieron a un amigo, porque es un sentimiento que se comparte”. Así enunció probablemente la clave del éxito del trap: las letras sentidas que generan un efecto empático. 
Meses después y por una arritmia que no le habían detectado murió el hermano menor de Yamilia, Thiago Barrionuevo, de 5 años. El niño, además del tema de Yamila, “El último abrazo”, es recordado a través del Campeonato Infantil homónimo que organiza la Liga Salteña de Fútbol. Entre los versos se destacan unos de hondo desconsuelo: “Tu sonrisa se destaca entre las nubes/ tu ropita sigue ahí y hasta tiene tu perfume/ Yo no sé cómo seguir, / yo no sé ni cómo actuar/ Miro todos tus juguetes/ ¿Dónde estás? Vení a jugar (...)”. 
Además, de exorcizar la tristeza Yamila vuelve su interés a las realidades sociales. 


“El rap siempre deja un mensaje social, y aunque el trap no, tiene letras con contenidos alusivos a los problemas sociales, es una forma explícita de hablar de lo que pasa en los barrios, en los ‘guetos’. Tiene una gran repercusión entre la gente joven”, expresó. 
Su último video, “Te querés matar”, subido hace unos días en YouTube y replicado en las redes sociales trata sobre la violencia de género. “Te querés matar/ Te querés matar/ Las pibas, más pillas/ no podés jugar/ Tenemos cabeza/ No nos interesa tu plata, tu auto, zafá para allá”. Yamila entiende que habla sobre el empoderamiento de la mujer, también sobre las nuevas masculinidades. “Pibes sobran, por eso estoy mejor sola”, concluye en la canción, cuyo video está levantando críticas divididas. Sobre todo, por el arma que ella toma entre sus manos y con la que se apunta la sien en un gesto indolente. “Me lancé a hacer algo con el trap porque creo que es mi manera de expresar. Hago la mía, pero creo que el trap femenino habla de la realidad. Me inspiran cosas que me pasaron a mí o que me contaron”, relató. También tiene un tema “Nunca estuviste”, dedicado a los hombres que no se responsabilizan por su paternidad. 

Escuchala:


Yamila tiene compuestas 20 canciones y como toda artista emergente confía en la asociación para eventos del género con otros traperos. 
“A cualquier artista le gustaría vivir de lo que hace como arte. Al escribir trap, les digo a las chicas: ‘Acá estamos, seamos firmes”, comentó y miró hacia el futuro. “Ahora no estoy trabjando. Fui mamá y me dedico mucho al cuidado de mi hijo. Como tiene un año y medio, me pareció mejor pasar tiempo con él, pero estoy esperando a que crezca para dedicarme a la música y a ser azafata. Veo un avión y me vuelvo loca”, confesó. Y así como “lo que es del barrio vuelve al barrio siempre”, lo que sale del corazón vuelve irrevocablemente al corazón. Por ello, de seguro un destino con la música se abrirá paso entre el presente reposado de Yami para darle una sorpresa.
 

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