Se fue de Salta a principios del año 2000. En Metán, de donde es oriundo, se insertó en el mundo de la política, fue concejal y más tarde presidente de la Liga Metanense de Fútbol. Hoy dirige el deporte en la Municipalidad de su ciudad y está al frente de un programa que abarca quince escuelas deportivas. Recuerda una vez más el ascenso a la B Nacional con Juventud Antoniana, en 1996, lamenta el presente del santo y opina sobre la actualidad del fútbol salteño.
Hace poco se juntaron con los jugadores de aquel plantel campeón en Cipolletti. ¿Cómo fue?
Se me ocurrió porque cumplimos 22 años y a nosotros el club nunca nos invitó ni a pasar el día. Es la realidad. Nunca nos juntamos, nos veíamos pero no nos juntábamos. Y recordamos cada anécdota de todos los partidos, como el regreso a Salta, que fue histórico por la cantidad de gente que nos recibió. Nunca pensamos que iba a ser tan importante lo que logramos y decíamos que algún otro plantel nos iba a superar; nunca pasó, nadie nos superó y eso es doloroso. Te das vuelta, mirá para atrás y el club está peor que antes, es triste.
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Se fue de Salta a principios del año 2000. En Metán, de donde es oriundo, se insertó en el mundo de la política, fue concejal y más tarde presidente de la Liga Metanense de Fútbol. Hoy dirige el deporte en la Municipalidad de su ciudad y está al frente de un programa que abarca quince escuelas deportivas. Recuerda una vez más el ascenso a la B Nacional con Juventud Antoniana, en 1996, lamenta el presente del santo y opina sobre la actualidad del fútbol salteño.
Hace poco se juntaron con los jugadores de aquel plantel campeón en Cipolletti. ¿Cómo fue?
Se me ocurrió porque cumplimos 22 años y a nosotros el club nunca nos invitó ni a pasar el día. Es la realidad. Nunca nos juntamos, nos veíamos pero no nos juntábamos. Y recordamos cada anécdota de todos los partidos, como el regreso a Salta, que fue histórico por la cantidad de gente que nos recibió. Nunca pensamos que iba a ser tan importante lo que logramos y decíamos que algún otro plantel nos iba a superar; nunca pasó, nadie nos superó y eso es doloroso. Te das vuelta, mirá para atrás y el club está peor que antes, es triste.
¿Y después de ese ascenso?
Salí campeón en la B Metropolitana con Tigre, en el 98. Y cuando estuve en Central salí campeón luego de 10 años en el Anual (2001), teníamos un buen equipo.
Hoy volcás tu experiencia en las escuelas, ¿pero no pensaste en dirigir en Salta?
Tuve dos experiencias, en Libertad y Talleres de Metan, hicimos buenas campañas. Pero ahora me gustaría volver a Salta y brindar una experiencia más dirigencial. Viví las tres etapas, de jugador, técnico y dirigente.
¿Cuál es tu opinión con respecto a la crisis del fútbol salteño?
Todos dicen que es por los dirigentes y en un 50% la culpa es del Consejo Federal, por los cambios permanentes de campeonatos, no le sirve a los clubes porque no les dan tiempo para trabajar.
Igualmente, las inferiores están descuidadas...
Pero también pasa por la conducta que deben tener los chicos en la semana, la responsabilidad. Encima hay otros hábitos que se abrieron a la vida y es mucho más fuerte, como el alcohol y la droga, también están las redes sociales, las computadoras y la play (station); los chicos prefieren eso y viven pendiente de eso. Es difícil así.
¿Cómo ves a Juventud?
Alicaído, las deudas son muchas porque la gente no va a la cancha. A los hinchas les gusta los equipos que juegan bien, pero cuando no le gusta tal jugador, o tal dirigente y los resultados no acompañan, la gente se va y las deudas crecen. Lo mismo le pasa a Central y a Gimnasia. Si no se arma un buen equipo, los problemas económicos te superan. En Salta se busca resultado en corto plazo, con dos o tres jugadores de renombre, pero no se va a sacar nada.
¿Le ves alguna solución a todo esto?
Hay que cambiar todo. El hincha tiene que saber que el club debe trabajar a largo plazo y con jugadores del interior. Siempre propuse que los clubes del interior hagan convenios con Juventud, Central y Gimnasia. Hay exjugadores en distintos puntos, como el Huracán Cardozo en el norte, yo en el sur o Saldaño en Cafayate, que pueden hacer de nexos. Me encantaría trabajar en algún club de Salta. Hoy los chicos de Metán se van a Atlético Tucumán, por ejemplo. Entonces hay que armar convenios con los clubes grandes de Salta.