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Los salteños se preparan para sahumar sus casas

Los rituales de ofrendas a la Pachamama llegan desde lo más alto de las montañas de la Puna y el Altiplano.
Martes, 30 de julio de 2019 15:49

Agosto es el mes más importante del mundo andino. Son días para honrar a la Pachamama. Por esa razón los salteños ya se preparan para agradecerle y dar inicio a los festejos. El 1 de agosto es un día para sahumar. Algunos lo harán apenas pasada la medianoche. La tradición es que las familias realicen el ritual del sahumerio en las casas, comercios y en algunos organismos del Estado.
Las festividades en honor a la Pachamama se han convertido en un atractivo irresistible para los salteños y el turismo nacional e internacional. Se convirtió, además, en una herramienta para difundir los valores de la cultura andina. Son típicos las ceremonias de San Antonio de los Cobres y Tolar Grande.
Los rituales suelen estar a cargo de personas ancianas o de mayor autoridad moral dentro de cada comunidad, quienes dan de comer y de beber a la tierra. La festividad abarca una compleja serie de pasos que comienzan en las viviendas familiares en la víspera, durante la cual se cocina una comida especial, y que culmina en un ojo de agua o la toma de una acequia donde se realiza el ritual principal a la Pachamama, con una serie de ofrendas que incluyen comidas, bebidas, hojas de coca y cigarrillos.

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Agosto es el mes más importante del mundo andino. Son días para honrar a la Pachamama. Por esa razón los salteños ya se preparan para agradecerle y dar inicio a los festejos. El 1 de agosto es un día para sahumar. Algunos lo harán apenas pasada la medianoche. La tradición es que las familias realicen el ritual del sahumerio en las casas, comercios y en algunos organismos del Estado.
Las festividades en honor a la Pachamama se han convertido en un atractivo irresistible para los salteños y el turismo nacional e internacional. Se convirtió, además, en una herramienta para difundir los valores de la cultura andina. Son típicos las ceremonias de San Antonio de los Cobres y Tolar Grande.
Los rituales suelen estar a cargo de personas ancianas o de mayor autoridad moral dentro de cada comunidad, quienes dan de comer y de beber a la tierra. La festividad abarca una compleja serie de pasos que comienzan en las viviendas familiares en la víspera, durante la cual se cocina una comida especial, y que culmina en un ojo de agua o la toma de una acequia donde se realiza el ritual principal a la Pachamama, con una serie de ofrendas que incluyen comidas, bebidas, hojas de coca y cigarrillos.

Las ofrendas 

Los puneños explican que en algunas casas, en medio de la Puna, las ofrendas por humildes que sean no dejan de tener un profundo significado de agradecimiento con la tierra ‘que todo lo da‘. Entre las preparaciones tradicionales, se encuentra el Pili, una mezcla de sémola cocida con aceite. Antes de ofrendarla a la Pachamama todos toman un puñadito y lo guardan como símbolo de fortuna, para que nunca nada falte. 
Junto al pozo o boca de la tierra se coloca comida, como abas cocidas, charqui, chalona, bollos, tortillas fritas o a la brasa; también bebidas, cigarrillos y hojas de coca.
En otras regiones, como en la Quebrada de Humahuaca, se cocinan siete comidas hechas con maíz. Por ejemplo motes, tijtinchas, picante de mote, tamales, sopa de harina de maíz, chilcan, y ulpada. También papas hervidas, empanadas, ocas hervidas, locro, picante de panza y pata, sopa de maní, guiso de quinoa, guiso de trigo, y carne hervida, de cabra o de llama. Manjares de la misma tierra, transformados y devueltos a ella.


En algunas ocasiones también se le convida plantas aromáticas de la zona, como cedrón, toronjil, peperina, menta, yerba buena, burro, muña muña, etc. Todas estos productos se ponen en un jarro grande de cerámica o metal, luego bastante yerba y azúcar. Al preparado se lo rocía con alcohol, se enciende todo y se lo ‘apaga‘ con agua hervida, para servirlo a los presentes y a la Pachamama.
No existe un reglamento hecho, por lo que prima el criterio de cada comunidad ya que la idea es que cada uno ofrezca lo mejor de sí.


 

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