Ratificaron la condena de un padre que abusó sexualmente de su hija de ocho años. Los jueces de la Sala II del Tribunal de Impugnación, Pablo Arancibia y Edgardo Albarracín, rechazaron el recurso de casación que interpuso la defensa de O.E.T., y confirmaron la condena a cuatro años de prisión efectiva. Por otra parte, en Tartagal, la semana pasada un hombre de 37 años fue condenado a siete años de prisión efectiva por abusar de su hijastra y amenazar a su concubina.
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Ratificaron la condena de un padre que abusó sexualmente de su hija de ocho años. Los jueces de la Sala II del Tribunal de Impugnación, Pablo Arancibia y Edgardo Albarracín, rechazaron el recurso de casación que interpuso la defensa de O.E.T., y confirmaron la condena a cuatro años de prisión efectiva. Por otra parte, en Tartagal, la semana pasada un hombre de 37 años fue condenado a siete años de prisión efectiva por abusar de su hijastra y amenazar a su concubina.
En el caso de O.E.T. fue condenado por ser considerado autor de los delitos de abuso sexual simple agravado por la guarda y el vínculo, coacción (dos hechos) y violación de domicilio en concurso real. La denuncia fue radicada por la madre de la menor, que además es hija del acusado.
Según los jueces de alzada, se tuvo por demostrado con grado de certeza que el acusado, aprovechando las circunstancias al momento del hecho, abusó de su hija de 8 años y tipificó así el delito por el que fue condenado en la instancia procesal anterior. Por ello decidieron confirmar el fallo atacado por la defensa.
En Tartagal
La jueza de la Sala II del Tribunal de Juicio de Tartagal, Asusena Vásquez, condenó a R.O.V. (37) a la pena de siete años de prisión efectiva por ser autor del delito de abuso sexual gravemente ultrajante calificado por la situación de convivencia preexistente y amenazas en concurso real. El hombre fue trasladado a la Unidad Carcelaria 5 de esa ciudad. Sucedió en Embarcación el 30 de octubre del año pasado. La denunciante, pareja del hombre, lo encontró en la habitación mientras abusaba de su hija de 10 años. Al darse cuenta de su presencia, R.O.V. comenzó a amenazarla.
En ambos casos se omitió el nombre de las personas involucradas para preservar la identidad de las menores y su derecho a la intimidad y confidencialidad en virtud de la Convención de los Derechos del Niño y las leyes de Protección Integral de los Derechos de Niñas, niñas y adolescentes.