La arcilla es la vida y la muerte que se funden en ciclos eternos. Por eso el ceramista es un apasionado que cuando sumerge sus dedos en el barro mojado, siente volver esa energía dolorosa y creadora que le pide hablar a través de sus manos. Es una fuerza tremenda y luminosa que provoca todo, menos indiferencia. Los encuentros de ceramistas de todo el país bajo el nombre de "Barro Calchaquí" se iniciaron en San Carlos en 1994 por iniciativa de Rafael González Bonorino y Martina Wannier, con el apoyo de la Municipalidad de este bendecido pueblo calchaquí. Aunque tuvo algunos largos paréntesis, su impulso es tan genuino que siempre vuelve a convocar y a reunir. Esta vez la plaza 4 de Noviembre será una vez más el escenario, desde el lunes 9 hasta el sábado 14, del espectáculo del barro más grande que se conozca en este país. Ni el frío ni la distancia impedirán que arda el espíritu alfarero en San Carlos. Las manos, el barro, el fuego y el vino: los cuatro elementos están dispuestos para conjugar otro éxito. Los enamorados de la tierra de aquí y de allá, la modelarán hasta sacarle casi todos los secretos.
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La arcilla es la vida y la muerte que se funden en ciclos eternos. Por eso el ceramista es un apasionado que cuando sumerge sus dedos en el barro mojado, siente volver esa energía dolorosa y creadora que le pide hablar a través de sus manos. Es una fuerza tremenda y luminosa que provoca todo, menos indiferencia. Los encuentros de ceramistas de todo el país bajo el nombre de "Barro Calchaquí" se iniciaron en San Carlos en 1994 por iniciativa de Rafael González Bonorino y Martina Wannier, con el apoyo de la Municipalidad de este bendecido pueblo calchaquí. Aunque tuvo algunos largos paréntesis, su impulso es tan genuino que siempre vuelve a convocar y a reunir. Esta vez la plaza 4 de Noviembre será una vez más el escenario, desde el lunes 9 hasta el sábado 14, del espectáculo del barro más grande que se conozca en este país. Ni el frío ni la distancia impedirán que arda el espíritu alfarero en San Carlos. Las manos, el barro, el fuego y el vino: los cuatro elementos están dispuestos para conjugar otro éxito. Los enamorados de la tierra de aquí y de allá, la modelarán hasta sacarle casi todos los secretos.
Gastón Contreras, uno de los principales promotores de esta fiesta calchaquí, compartió el nutrido programa de seis días que iremos publicando oportunamente. Para un inicio único, la cita es mañana, a las 10 en la Plaza 4 de Noviembre donde se hará la apertura, acreditación y bienvenida a los participantes. Se hará la entrega de arcilla y comenzará el trabajo de los ceramistas a la vista del público. A las 15 se hará una demostración de alfarería en torno y sus posibilidades como herramienta de producción y modelado, a cargo del uruguayo Javier Wijnants y Osvaldo Fuentes de Buenos Aires. Luego habrá una exhibición de trabajos a cargo de los Maestros Alfareros de Casira, Jujuy, y de la Maestra Ollera de San
Carlos, Doña Joaquina Rueda. También se hará el taller de animación audiovisual "Arcilla - Cámara - Acción", a cargo de Facundo Quiroga (Salta) y Sebastián García (Río Cuarto, Córdoba). A las 19, en el Museo Jallpa Kalchaki se inaugurarán las muestras:Estados - Muestra de grabados de Virginia Chialvo (Tilcara, Jujuy); Un retorno a lo compartido - Muestra de cerámicas de Marcelo Troxler (Salta); Cuentos de la Tierra - Muestra de dibujos de José Estevez (Santiago del Estero); Minka Dibujada - Muestra de dibujos, historietas, y obras de los participantes del Barro Calchaquí. A las 22, en El Caedero: Noches Musicales con Lourdes Agero de Chazal - Folclore Latinoamericano (Tucumán).
Los alfareros creen casi con fe religiosa su arte, en los cerros que los arrullan, en las mutaciones de la tierra, en la paciencia del fuego. Entienden al barro como el medio más versátil para expresar la magia de los sueños y el espíritu de los pueblos. La penumbra, el temporal acercándose, el cielo negro y las distancias, son metáforas de una inquietud que les concierne a otros, no a ellos. Por eso corren a encontrarse con la arcilla y con el fuego. No importa dónde ni cuándo.