El próximo martes 14 de agosto, a partir de las 11, habrá una serie de homenajes al doctor Abraham Fernández y Hernández en Molinos. Ese día se cumplirán 100 años de su muerte por tifus exantemático, la epidemia que acechaba entonces al pueblo de los Valles Calchaquíes y contra la que él luchaba.
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El próximo martes 14 de agosto, a partir de las 11, habrá una serie de homenajes al doctor Abraham Fernández y Hernández en Molinos. Ese día se cumplirán 100 años de su muerte por tifus exantemático, la epidemia que acechaba entonces al pueblo de los Valles Calchaquíes y contra la que él luchaba.
A las 11 se celebrará una misa en la iglesia San Pedro Nolasco de Molinos, presidida por el obispo de Cafayate, José Demetrio Jiménez, y concelebrada por el sacerdote Pablo Pagano, nieto del doctor Fernández. Luego habrá un responso y un homenaje en el antiguo cementerio del pueblo, donde están sus restos. En la plaza de Molinos y en el frente del hospital, que lleva su nombre desde que se cumplieron 50 años de su muerte, se descubrirán dos placas. Participarán en los actos el ministro de Salud Pública, Roque Mascarello; el intendente de Molinos, Walter Chocobar; la gerenta general del hospital, Micaela Gutiérrez; Alberto Alemán, en representación del Colegio de Médicos de Salta, y el nieto, doctor Rafael Pagano.
El viernes 17, a las 10, se realizará un acto en el salón nuevo del hospital Del Milagro (Sarmiento 557).
El perfil del "mártir"
En 1918, Abraham Fernández y Hernández, doctorado en Ciencias Médicas en la Universidad de Valladolid (España), ejercía su profesión en los Valles Calchaquíes y fue requerido para atender una enfermedad que se extendía rápidamente en Molinos, mientras se llevaba las vidas de muchísimas personas. Consideró que se trataba de virus exantemático, diagnóstico que luego fue confirmado.
En un informe a las autoridades sanitarias de la Provincia, expresó: "En el mismo pueblo y entre la gente más acomodada con nociones de higiene, no ha habido un solo infectado, eligiendo en cambio la infección tífica viviendas pobres, de gente mal nutrida, desgraciados famélicos que viven en montonera humana".
A los 31 años de edad, el médico español fue alcanzado por esta enfermedad, tras semanas de trabajo que lo agotaron y le bajaron las defensas. Lo cuidó hasta el último suspiro su esposa, Fanny Cardona, de 23 años, embarazada de seis meses. La única hija (póstuma) del médico fue Blanca Nelly Fernández, luego casada con Pagano.
En 2008, a 90 años de su partida, el Círculo Médico de Salta lo nombró "mártir de la medicina y héroe benemérito de la ciencia".