Tras el recorte de Fondo Solidario de la Soja, los intendentes de la provincia ven un panorama muy sombrío para lo que resta del año; mientras crece la incertidumbre de lo que ocurrirá el próximo.
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Tras el recorte de Fondo Solidario de la Soja, los intendentes de la provincia ven un panorama muy sombrío para lo que resta del año; mientras crece la incertidumbre de lo que ocurrirá el próximo.
El Tribuno dialogó con varios jefes comunales y todos trazaron un difícil escenario: con la quita de 400 millones para lo que resta de 2018 y unos 960 para 2019, en las comunas pronostican una parálisis de la obra pública, por lo que los intendentes se ven cada vez más como meros pagadores de sueldos, con la plata que les llega por la coparticipación.
Los lamentos
"En Tartagal tenemos empleo público y comercios. La madera y el petróleo están desapareciendo. El resto del trabajo lo generamos con las pequeñas obras públicas que podemos realizar. Y si nos quitan esto (Fondo de la Soja) tenemos que cortar todo", grafica la realidad del norte provincial Eduardo Leavy, intendente de Tartagal.
El jefe comunal señala que ellos recibían cerca de 40 millones por año por este ítem y ahora ya no lo tendrán.
Metán recibe poco más de 14 millones de pesos por el Fondo Soja, y en esta comuna se volcaba todo a obras, por lo que ahora se analizará qué es lo más urgente y el resto se paralizará.
"En Metán proyectábamos varias obras de contenido social: pintada de un lomo de burro, arreglo de una alcantarilla, entre otras, y además empleábamos a gente desocupada", cuenta el intendentes de Metán, Fernando Romeri.
Romeri marca una triste realidad de las comunas. "La coparticipación es para pagar sueldos, los recursos propios son para cuestiones corrientes, ya nos sacaron el fondo compensador (la Provincia) y ahora nos sacan esto. Es preocupante", dijo el funcionario.
Un vocero de la Municipalidad de Campo Quijano sigue en la misma línea de los anteriores relatos, y asegura que la quita de estos fondos los deja sin capacidad de dar respuesta a la gente, en materia de pequeñas obras.
"Impacta totalmente en la posibilidad de hacer obras que tenemos. Con esta plata hacíamos trabajos de provisión de agua, mejoramiento de calles e iluminación", asegura.
Esta comuna tiene 150 empleados, y afirman que con la coparticipación apenas llegan a cubrir los casi 4 millones de pesos que pagan en sueldos.
Daniel Moreno, intendente de Vaqueros, resume la situación en una frase: "Es espantoso lo que pasó". Y enumeró: "Nosotros usábamos esta plata para llevar obras a los barrios: realización de badenes, limpieza de canales".
Además, se quejó de que el recorte se haga en esta zona del país, que es una de las más azotada por la pobreza.
La falta de previsión y el daño causado
“Muchos nos enteramos por WhatsApp del recorte del fondo de la soja”, señala con enojo uno de los jefes comunales.
Más allá de los recortes que está realizando el Gobierno nacional para bajar el déficit fiscal y cumplir las metas con el FMI, desde todos los sectores se quejaron por la falta de previsión, ya que la poda de fondos llegó a mitad de año.
“Un movimiento de este tipo en medio de un ejercicio pone en riesgo la continuidad de obras. Si bien entiendo la necesidad de bajar el déficit, no me parece que los municipios seamos la variable de ajuste”, señaló el intendente de Rosario de la Frontera, Gustavo Solís.
El jefe comunal señaló que esta falta de fondos se sentirá mucho más en los municipios chicos que tienen poca recaudación propia y, por ende, menos capacidad de respuesta.
“Nos limitan a la hora de realizar obras de infraestructura, por lo que se afectará la calidad de vida de nuestra gente”, afirmó.