El martes 14 de agosto, la Municipalidad de Salta anunció en su sitio oficial el fin de las obras que hubo en el Cabildo durante más de dos meses. Si bien en un principio la tarea era devolverle al edificio su color tiza original, al comenzar a pintar, se encontraron con inconvenientes no previstos que demoraron el cierre de los trabajos. Por eso, el museo estuvo cerrado más de dos semanas en julio, durante las vacaciones de invierno.
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El martes 14 de agosto, la Municipalidad de Salta anunció en su sitio oficial el fin de las obras que hubo en el Cabildo durante más de dos meses. Si bien en un principio la tarea era devolverle al edificio su color tiza original, al comenzar a pintar, se encontraron con inconvenientes no previstos que demoraron el cierre de los trabajos. Por eso, el museo estuvo cerrado más de dos semanas en julio, durante las vacaciones de invierno.
La labor fue supervisada y aprobada por la Comisión de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta (Copaups) y por la Dirección de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano (Dipaus). La primera asesoró en temas relacionados con la forma de llevar adelante los trabajos, como los colores y los estudios de pintura, y la segunda, sobre cómo intervenir los distintos sectores.
Francisco Agolio, subsecretario de Obras Públicas de la comuna, contó a El Tribuno que el edificio no se pintaba desde hacía más de siete años: "El estado del Cabildo era bastante complicado, deplorable. Estaba todo descascarado. Tenía un aspecto bastante feo".
Se hicieron reparaciones en los techos para que los trabajos duraran más tiempo. "Esperamos que esta pintura dure varios años. Va a depender mucho de las condiciones, de la humedad y de que no haya filtraciones", observó.
Capas sobre capas
Agolio recordó que, cuando empezaron a pintar, se comenzaron a descascarar las capas anteriores que tenían las paredes y hubo que curarlas una por una. "Esas tareas, que no estaban previstas, demoraron mucho más de lo esperado el plazo de ejecución de la obra (que estaba planeado en 15 o 20 días)", dijo.
"El Cabildo tiene una sucesión impresionante de capas de pintura. Con el paso de los años se complica cada vez más porque son pinturas al agua y empiezan a descascararse al momento de pintarlas. Se producen unas cuestiones químicas en la pintura que hacen que se descascare automáticamente", explicó Gustavo Giachero, presidente de la Copaups.
En julio, durante más de dos semanas, el Cabildo estuvo cerrado, lo que perjudicó a quienes tenían planeado conocer uno de los sitios emblemáticos de la ciudad.
El Tribuno intentó contactarse con el director del museo, Mario Lazarovich, pero no obtuvo respuesta.