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Fuertes imágenes de vida en una campaña del Materno Infantil

Colocarán gigantografías sobre maternidad y lactancia materna en sectores de tránsito de pacientes de esta institución.
Miércoles, 22 de agosto de 2018 19:58

En el marco de la Semana de la Lactancia Materna, el Comité de Lactancia Materna del Hospital Público Materno Infantil presentó gigantografías realizadas por tres fotógrafos y que captan diversos momentos de la relación entre las madres y sus bebés recién llegados al mundo. Los profesionales trabajaron con diferentes perspectivas. Lucía Ramos Frías se adentró en la sala de partos, Carlos María Vergara presenció el contacto piel a piel (Copap) de la parturienta y su bebé, y Sebastián Marucci ingresó en internación conjunta al ala donde descansan las madres con sus hijos luego de los alumbramientos. Karina Brito (36), técnica de laboratorio y miembro del Comité de Lactancia Materna, comentó a El Tribuno que la concreción de la propuesta insumió varios meses. 
“A mí me encanta la fotografía y me parecía que iban a transmitir más que la cartelería convencional, el imprimir recomendaciones que la gente deja de leer por la mitad”, precisó. Luego agregó: “Me interesaba transmitir también el trabajo de los ginecólogos, obstetras, neonatólogos y enfermeros al recibir una vida”. Con las debidas autorizaciones, las fotos serán colocadas los próximos días en espacios por los que circulan los pacientes como el servicio de Neonatología, la sala de espera de partos, las alas A y B de internación conjunta y la Consejería de Lactancia Materna. 
Lucía Ramos Frías (28) trabaja en la revista Salta Bebé, una publicación mensual de alta calidad fotográfica y periodística, especializada en maternidad y embarazo. También colabora con una productora y tiene un emprendimiento propio. Hace unos años eligió retratar partos como modo de vida. Acerca de la convocatoria que recibió para formar parte de este proyecto comentó que siempre había querido hacer fotos de partos en un hospital público, pero se desganaba antes siquiera de intentarlo debido a los protocolos que deben respetarse en una institución estatal para poder hacer un registro como el que ella ambicionaba concretar. “En el ámbito privado tampoco resulta sencillo, tanto que casi desisto de seguir con esto. Se requieren el permiso de la clínica, del jefe de quirófano, del obstetra. A veces me entero en el momento de que alguno de ellos se opone, cuando estoy cambiada para entrar y me tengo que retirar, con pesar por las mamás que quieren tener recuerdos de este momento tan importante”, detalló. Por lo que esta experiencia le resultó “más grande de lo que esperaba”. “Creo que lo pensé tanto que se dio. Lo único que me queda ahora soñar es retratar un parto domiciliario. Me anima a seguir con esta veta el ver la respuesta de la gente”, destacó. Sobre los recaudos que toma en el quirófano y en sala de parto dijo: “Tengo que estar atenta a no tocar las denominadas zonas azules. Tengo que pararme donde me permiten los médicos, estoy pendiente de sus órdenes”. 

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En el marco de la Semana de la Lactancia Materna, el Comité de Lactancia Materna del Hospital Público Materno Infantil presentó gigantografías realizadas por tres fotógrafos y que captan diversos momentos de la relación entre las madres y sus bebés recién llegados al mundo. Los profesionales trabajaron con diferentes perspectivas. Lucía Ramos Frías se adentró en la sala de partos, Carlos María Vergara presenció el contacto piel a piel (Copap) de la parturienta y su bebé, y Sebastián Marucci ingresó en internación conjunta al ala donde descansan las madres con sus hijos luego de los alumbramientos. Karina Brito (36), técnica de laboratorio y miembro del Comité de Lactancia Materna, comentó a El Tribuno que la concreción de la propuesta insumió varios meses. 
“A mí me encanta la fotografía y me parecía que iban a transmitir más que la cartelería convencional, el imprimir recomendaciones que la gente deja de leer por la mitad”, precisó. Luego agregó: “Me interesaba transmitir también el trabajo de los ginecólogos, obstetras, neonatólogos y enfermeros al recibir una vida”. Con las debidas autorizaciones, las fotos serán colocadas los próximos días en espacios por los que circulan los pacientes como el servicio de Neonatología, la sala de espera de partos, las alas A y B de internación conjunta y la Consejería de Lactancia Materna. 
Lucía Ramos Frías (28) trabaja en la revista Salta Bebé, una publicación mensual de alta calidad fotográfica y periodística, especializada en maternidad y embarazo. También colabora con una productora y tiene un emprendimiento propio. Hace unos años eligió retratar partos como modo de vida. Acerca de la convocatoria que recibió para formar parte de este proyecto comentó que siempre había querido hacer fotos de partos en un hospital público, pero se desganaba antes siquiera de intentarlo debido a los protocolos que deben respetarse en una institución estatal para poder hacer un registro como el que ella ambicionaba concretar. “En el ámbito privado tampoco resulta sencillo, tanto que casi desisto de seguir con esto. Se requieren el permiso de la clínica, del jefe de quirófano, del obstetra. A veces me entero en el momento de que alguno de ellos se opone, cuando estoy cambiada para entrar y me tengo que retirar, con pesar por las mamás que quieren tener recuerdos de este momento tan importante”, detalló. Por lo que esta experiencia le resultó “más grande de lo que esperaba”. “Creo que lo pensé tanto que se dio. Lo único que me queda ahora soñar es retratar un parto domiciliario. Me anima a seguir con esta veta el ver la respuesta de la gente”, destacó. Sobre los recaudos que toma en el quirófano y en sala de parto dijo: “Tengo que estar atenta a no tocar las denominadas zonas azules. Tengo que pararme donde me permiten los médicos, estoy pendiente de sus órdenes”. 

Mirar la historia

Sebastián Marucci (28) trabaja como periodista y fotógrafo. Hace retratos, fotos de shows, sociales y coberturas periodísticas. Él entró unos minutos a conserjería de lactancia y retrató a una mamá que le había dado leche en mamadera durante dos semanas a su hijo porque este no se prendía al pecho y con la ayuda de una enfermera estaba consiguiendo alimentar a su bebé naturalmente por primera vez. “Quería cuidar mucho a las mamás. Al prepararme, me gustó poner el foco en los conflictos que hay en Salta cuando se muestra a una mamá amamantando”, señaló. También captó el momento social difícil por el que estaba pasando una mujer paraguaya que dio a luz en Salta. “Traté de hablar con la mamá para saber cómo se sentía antes de fotografiarla. Ella era de Paraguay y me contó su historia. Había venido a Salta hacía poco tiempo, es mamá soltera y estaba sin trabajo. Toda esto se reflejó en la fotografía, pero también su sonrisa, a pesar de todo lo malo que estaba pasando como el desempleo que estaba sufriendo en un país que no es el suyo. Cuando le hice ver la foto se emocionó mucho”, relató. 
Con entrenada mirada periodística reflexionó que “cuando hago estas fotos me gusta conocer las historias. No es solo dar a luz y amamantar al hijo. Es reflejar lo que nos dan las mujeres, la vida y la lucha. Es importante realzar a la mujer, capturarles el alma de luchadoras, el empoderamiento”. 
Carlos María Vergara (49), director general de Fotoescuela Sebastiao Salgado, director de las revistas Festa Salta y Festa Teens y miembro de ARGRA, retrató el momento del Copap - procedimiento que realizan a los recién nacidos, sobre todo cuando son prematuros- de una mamá de gemelos. 
“Me sedujo la oportunidad porque uno siempre como fotógrafo busca acceder a sitios y espacios adonde es difícil llegar. Trabajar en una sala de Neonatología y Alta Complejidad es extraño porque es un ambiente no natural para uno y tuve que tomar las medidas de prevención de higiene y salubridad como asear los equipos, higienizarme las manos y ponerme delantal y barbijo. Hay que tratar de que las emociones no te dominen, porque de inmediato te dan ganas de llorar”, se sinceró y el recuerdo de su emoción se entiende al ver que captó cómo el dedito de un bebé que pesaba 500 gramos se aferraba rabiosamente al dedo de una enfermera.

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