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El adiós de Manu, River hace historia

Con 41 años y muchas batallas sobre sus hombros, el argentino dejó la disciplina en la mejor liga del mundo. Meses después River- Boca jugaban una final histórica: la Copa Libertadores.   
Lunes, 27 de agosto de 2018 15:07

El retiro de las canchas de Manu Ginóbili fue sin dudas otras de las noticias más importantes de 2018. Así lo reflejaba El Tribuno.

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El retiro de las canchas de Manu Ginóbili fue sin dudas otras de las noticias más importantes de 2018. Así lo reflejaba El Tribuno.

Emanuel Ginóbili, el mejor basquetbolista de la historia de Argentina, anunció hoy  (agosto de 2018)su retiro de la actividad de manera oficial.  A través de un mensaje en su cuenta de Instagram, el bahiense escribió: "Con una gran mezcla de emociones les cuento que decidí retirarme del básquet. ENORME GRATITUD para mi familia, amigos, compañeros, DTs, staff, aficionados y todos los que fueron parte de mi vida en estos 23 años. Fue un viaje fabuloso que superó cualquier tipo de sueño".

A través de un mensaje en sus cuentas en las redes sociales, Ginóbili, que ya se había retirado de la Selección argentina luego de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, reveló que no renovará su contrato con los San Antonio Spurs.   "Con una gran mezcla de emociones les cuento que decidí retirarme del básquet. ENORME GRATITUD para mi familia, amigos, compañeros, DTs, staff, aficionados y todos los que fueron parte de mi vida en estos 23 años. Fue un viaje fabuloso que superó cualquier tipo de sueño", escribió.

En resumen, Ginóbili disputó tres años de Liga Nacional en la Argentina, cuatro en Italia y los últimos 16 en una misma franquicia de la NBA, lo que lo convirtió en una de sus leyendas con cuatro títulos y motivó miles de mensajes de agradecimiento y tristeza por su alejamiento.  Es que en San Antonio todos lo amaban, lo impulsaban a seguir defendiendo sus colores, pero la necesidad de pasar más tiempo con su familia -según su entorno y trascendidos- pesaron más.

Como en la cancha, estudió cada movimiento, no se apresuró y esperó el momento para comunicarlo, ver si dentro de su cabeza y de su cuerpo había tiempo para un año más.  Con la Selección argentina, Ginóbili debutó en el Mundial de Grecia 1998 y disputó un total de 104 partidos oficiales, donde anotó 1.588 puntos. 

Además, fue el sexto jugador con más encuentros disputados en la historia de la Mayor, en 13 torneos, y fue parte de la obtención del Oro Olímpico de Atenas 2004, en Bronce de Beijing 2008, los títulos en el Premundial 2001 y el Preolímpico 2011 y el subcampeonato en el Mundial de Indianápolis 2002.

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Final histórica de la Copa Libertadores

 

River y Boca jugaron el 9 de diciembre el partido más importante en la historia de estos dos clubes: la final de la Copa América. Manchada por los idas y vueltas y tras postergarse varias veces, el encuentro se jugó en la cancha del Real Madrid y consagró a River campeón ante su rival de toda la vida al ganar 3 a 1. La noticia recorrió el mundo y El Tribuno lamostraba de esta manera. El conjunto de Gallardo ganó 3 a 1

El fútbol tiene esas cosas. Es impredecible, vacilante, injusto muchas veces pero también es más lógico de lo que uno supone. La tremenda definición copera que armaron River y Boca lo mezcló todo. Pero al final, en el sarandeo de tanto histeriqueo y fuego cruzado, dejando de lado el chiquitaje y las cargadas, quitando la basura del camino, prevaleció lo que debería prevalecer siempre: el fútbol en su esencia pura y exclusivamente colectiva. 
Demostrado y certificado, ganó el mejor. Con sufrimiento, pero lo hizo. Suena a “frase hecha”, pero es así de concreto y no hay más vuelta que darle. Más allá de haber sido beneficiado con el VAR, como cuando Pinola debió ser expulsado y a Independiente no le dieron un claro penal en los cuartos de final, o como cuando a Gustavo Bou le anularon un gol lícito de Racing en el arranque de los octavos. Más allá de esto, el equipo de Gallardo también hizo méritos con el juego en equipo que sus rivales no tuvieron. Fue un equipo confiable. River tenía otro espíritu. No era capricho que Boca pagara mejor en las casas de apuestas. No era favorito aún con el cambio de sede. River metía miedo de verdad. Y si Boca y su gente se ilusionaron con llegar a la séptima Libertadores, fue por lo otro: jugadores capaces de hacer trizas sueños y lógica.

River es un campeón forjado de principio a fin básicamente. Hubo una campaña de sustento. No había que perder de vista que el xeneize se metió en el play off por la ventana con una mano del Palmeiras en la última fecha en una primera fase de grupo en la que no fue convincente. En cambio, River, sin ser haber sido una “bomba”, fue mucho más claro. 
River ayudó a su propia suerte y de eso también se valen los campeones. River perdió una sola vez en toda la Copa. Y cuando debió pisar el acelerador se llevó puesto a todos. Anecdótico o casual, les pasó el trapo a los otros grandes del país metiéndoles tres goles a cada uno. Casi empecinado con ese número, estuvo tres veces abajo en la final contra su archirrival y se levantó las tres veces. River es la prueba viviente de que los merecimientos sí existen.
 

 

 


River escribió aquel domingo una de las páginas más importantes de su historia, al conseguir su cuarta Copa Libertadores, dando vuelta el resultado frente a Boca, en alargue por 3 a 1, en la revancha de la final que se mudó al estadio ‘Santiago Bernabeu‘ de Madrid.
 Darío ‘Pipa‘ Benedetto puso en ventaja a Boca, a los 44 minutos del primer tiempo, mientras que el ‘Oso‘ Lucas Pratto alcanzó la igualdad para el elenco de Núñez, a los 22 del complemento.
 El conjunto boquense fue mejor en el primer tiempo, con un esquema cerrado, casi sin fisuras, y generando peligro, sobre todo en la pelota parada.


 River mejoró ostensiblemente en el segundo tiempo, el ingreso del colombiano Juan Fernando Quintero le dio más vuelo y logró una merecida igualdad.
 Así fueron al suplementario, donde la expulsión del mediocampista colombiano Wilmar Barrios a los dos minutos, modificó la estructura del partido.
 Otro colombiano, Juan Fernando Quintero, fue el encargado de romper la igualdad con un soberbio zurdazo a los cinco minutos del segundo tiempo del alargue.
 Y con Boca desesperado por el empate, Gonzalo ‘Pity‘ Martínez corrió al arco vacío y liquidó la historia para hacer delirar a los hinchas ‘millonarios‘.
 De esta forma, River logró su cuarta Copa Libertadores, segunda bajo el mandato de Marcelo Gallardo, que se suma a las de 2015, 1996 y 1986.

Así formaron los equipos

River: Franco Armani; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Javier Pinola, Milton Casco; Enzo Pérez, Leonardo Ponzio; Ignacio Fernández, Exequiel Palacios, gonzalo Martínez y Pratto. DT: Marcelo Gallardo.
Boca: Esteban Andrada; Julio Buffarini, Carlos Izquierdoz, Lisandro Magallán, Lucas Olaza; Nahitan Nandez, Wilmar Barrios, Pablo Pérez, Cristian Pavón; Sebastián Villa y Darío Benedetto.
 DT: Guillermo Barros Schelotto.

Gol PT: 44° Benedetto (B). ST: Fernández (R). Tiempo suplementario: 3° Quintero (R) y 16°Martínez (R).
Cambios ST: 13m Juan Fernando Quintero por Ponzio (R), 16m Ramón Ábila por Benedetto (B), 28m Camilo Mayada por Montiel (R), 44m Fernando Gago por Pérez (B). Primer tiempo suplementario: 5m Leonardo Jara por Villa (B), 7m Julián Alvarez por Palacios (R). Segundo tiempo suplementario: 5m Bruno Zuculini por Fernández (R) y Carlos Tevez por Buffarini (B).
 Incidencia en el primer tiempo suplementario: 2m expulsado Barrios (B), por doble amonestación.

Estadio: Santiago Bernabéu (Real Madrid, España).
 Árbitro: Andrés Cunha (Uruguay).
 

 

 

 

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