El Ministerio Público Fiscal, a través de su página web, dio a conocer detalles del accionar de una organización criminal que se dedicaba al microtráfico de drogas en gran escala en la capital salteña y localidades aledañas. Se trata de la segunda banda de esta magnitud desbaratada este año por investigadores de la Unidad Fiscal de Narcocriminalidad (UFN).
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El Ministerio Público Fiscal, a través de su página web, dio a conocer detalles del accionar de una organización criminal que se dedicaba al microtráfico de drogas en gran escala en la capital salteña y localidades aledañas. Se trata de la segunda banda de esta magnitud desbaratada este año por investigadores de la Unidad Fiscal de Narcocriminalidad (UFN).
En este caso el capo de red era Carlos Enrique Vilte, un vecino de Cerrillos que vivía en un lujoso chalet ubicado en la calle Arturo Escudero al 100 de esa localidad. En esa propiedad, construida en un terreno de 1.600 metros cuadrados, el narco tenía una cancha de futbol 5, un automóvil Toyota Corolla, una camioneta Ford doble cabina y el VW Gol, además de costosos muebles, electrodomésticos, jacuzzi, entre otros lujosos bienes.
Según la unidad especial de lucha contra el narcotráfico creada el año pasado, Vilte está considerado como el principal imputado del operativo "Valle Blanco" realizado el 17 de julio pasado en el Río las Pavas, en el departamento General Gemes. Ese día, en un control de ruta, fue sorprendido cuando transportaba en uno de sus vehículos más de 8 kilos de cocaína. La droga iba a ser entregada al intermediario que se encargaba de su redistribución entre pequeños vendedores. El auto VW Gol color blanco que conducía estaba a nombre de su novia, Glenda Priscila Cejas, una joven oriunda de Tucumán que también era parte de la organización, consigna el informe fiscal.Cejas lo acompañaba al ser capturado.
La detención no fue casual, sino programada de antemano por la investigación de la UFN, a cargo del fiscal, Santiago López Soto, quien brindó detalles del caso en una reciente conferencia de prensa junto al comisario Eduardo Sánchez Rosado, jefe del grupo de policías asignados a esa unidad. Vilte comenzó a ser investigado a partir de una serie de pesquisas que se iniciaron por una denuncia anónima que llegó a través del sistema de denuncias web del Gobierno de la Provincia. La persona dio datos de un tal "Juancito", quien vendía droga en la etapa 6 de barrio Limache.
El nombrado "Juancito" era Juan José Aragón y la policía pudo determinar que, efectivamente, se dedicaba a la venta de envoltorios de pasta base que adquiría de un intermediario de Vilte. De la investigación surgió que Aragón actuaba junto su novia Verónica Cecilia Figueroa y que ambos realizaban la venta directa de la droga que recibían y fraccionaban. Según el decreto de imputación iniciado en contra de Vilte y el resto de la organización, el intermediario era Alberto Omar Rodríguez, quien residía en barrio 20 de Junio. Precisamente, la droga que le incautaron a Vilte iba a ser entregada a Rodríguez, y que este tenía previsto distribuirla entre Aragón y otros dos vendedores directos, señala el informe fiscal.
Otros implicados
Los miembros de la organización fueron identificados como Carlos Javier García y Rodolfo Ruiz, a quienes los apresaron en sus respectivas viviendas en Villa Lavalle y barrio Santa Cecilia. A estas personas les secuestraron droga, elementos para el fraccionamiento de la sustancia, dinero y teléfonos celulares. A partir de estas pruebas y otras reunidas a lo largo de la investigación, el fiscal imputó a Vilte, Cejas, Rodríguez, Aragón, Figueroa, García y Ruiz los delitos de "comercialización de estupefacientes agravada por la participación de más de tres personas en forma organizada".
La droga incautada a Vilte y Cejas, se estimó, tenía un costo de más de un millón de pesos, y esperaban triplicar ese monto a partir de la organización que montaron con Rodríguez como intermediario y Aragón, Ruiz y García como vendedores directos de la pasta base. El circuito quedó probado para la Fiscalía, tanto el de la distribución de la droga como el retorno del dinero a Vilte, quien hacía gala de esos dividendos con mucha ostentación. Prueba de ello era el chalet de Cerrillos, donde vivía con su novia.