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El piano de Nima Sarkechik suena en Salta

El pianista franco-iraní deleitará con su arte, esta noche en el Club 20 de Febrero.
Viernes, 03 de agosto de 2018 09:12

 

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Nacido en la localidad de Grenoble, Francia, hijo de padres iraníes, el reconocido pianista formado en el Conservatorio de París llega nuevamente a Salta. 
Esta noche, en el Salón Alvarado del Club 20 de Febrero (Del Milagro 269) acercará piezas de Schubert y Brahms. Con entrada libre y gratuita tocará desde las 21 para deleite de quienes pasen a escuchar. 
En el marco de un programa de promoción y difusión de la música, el club invitó a niños de entre 5º y 7º grado de las escuelas Urquiza e Indalecio Gómez a ser parte del concierto y sumarse a una propuesta que el pianista lleva por el mundo para los más pequeños. 
Nima Sarkechik resumió a El Tribuno algunos detalles del concierto y su particular concepto acerca de cómo comparte la música académica.
“De Schubert que es un compositor alemán del siglo XVIII, que transita entre dos periodos: la música romántica con raíces clásicas, tocaré Sonata en La Mayor, D. 959, que es una de las tres últimas que escribió antes de su muerte”, comentó el músico. 
“Y para terminar una pieza de Brahms que es un compositor al que adoro y del que soy especialista. En esta oportunidad voy a interpretar la Rapsodia Nº 1 que también es alemana pero pertenece netamente al periodo romántico”, agregó Sarkechik. 
El músico que ha realizado su programa “Urban Brahms”, con el que integra música clásica con danza y artes urbanas, en Francia, Suiza, Los Ángeles, Nueva York y también Argentina considera que “los niños pueden incorporarse al arte popular, armando puentes de diferentes idiomas artísticos que une clases sociales, tratando de usar cada arte como un idioma que puede ser un símbolo de cada mundo social”.
“Lo que tengo ganas de hacer es dejar en claro que la música clásica no es mejor que otra. Lo importante es mantener una relación humana entre todas las artes, dejando claro que las otras ramas del arte y la música no tienen nada que envidiarle a la música académica”, aclara el pianista. 
Y por último sostuvo que “la música clásica tiene reputación de ser elitista. Por eso hay que dejar llegar la música a los corazones y que la puedan traducir con el cuerpo si bailan o con un dibujo si pintan”. 
 

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