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Pescarmona se sumó a la lista de arrepentidos

Roberto Baratta y su secretario, Nelson Lazarte, se negaron ayer a declarar ante el juez Bonadio por la causa de los cuadernos.
Viernes, 31 de agosto de 2018 00:00

Enrique Pescarmona, uno de los empresarios más poderosos del país, se presentó ayer en los tribunales de Comodoro Py para sumarse a la lista de arrepentidos que despertó la causa de los "cuadernos de las coimas k". Después de 30 días de que se ordenara la detención de uno de los hombres clave en su firma Impsa, Francisco Valenti, quien aún continúa preso, Pescamona apareció bajo la lluvia subiendo las escalinatas del edificio de Retiro para pedir una audiencia con el fiscal Carlos Stornelli.

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Enrique Pescarmona, uno de los empresarios más poderosos del país, se presentó ayer en los tribunales de Comodoro Py para sumarse a la lista de arrepentidos que despertó la causa de los "cuadernos de las coimas k". Después de 30 días de que se ordenara la detención de uno de los hombres clave en su firma Impsa, Francisco Valenti, quien aún continúa preso, Pescamona apareció bajo la lluvia subiendo las escalinatas del edificio de Retiro para pedir una audiencia con el fiscal Carlos Stornelli.

La decisión de Pescarmona llega luego de que Valenti estuviera durante dos días declarando como "arrepentido" también ante el fiscal. Según se pudo saber , Valenti relató cómo había sido "extorsionado" bajo el gobierno de los Kirchner y cómo la empresa quedó al borde la quiebra por haber sido perjudicada.

Fuentes consultadas precisaron que Valenti responsabilizó de esos aprietes a exfuncionarios que ya están complicados en la causa.

Asesorados por un mismo abogado -Marcelo Nardi-, Pescamona y Valenti buscan seguir los pasos de otros implicados en este expediente: como Angelo Calcaterra con Javier Sánchez Caballero (en Iecsa); o Luis Betnaza con Héctor Zabaleta (en Techint). Es decir que las cabezas de las compañías respalden lo que hicieron sus subordinados, detenidos por orden de Bonadio.

Por el momento Valenti sigue preso. Si bien selló su acuerdo de colaboración con la fiscalía, aún falta que pase el tamiz del juez Claudio Bonadio para poder ser excarcelado. Ayer la Cámara Federal le rechazó a Valenti la posibilidad de salir en libertad, en base a las pruebas que hay y los riesgos procesales. El camino de la confesión pareció, a ojos de la defensa, el más cercano a sacarlo de prisión.

En libertad

El empresario que sí logró la libertad en estas últimas horas fue Alberto Taselli, quien también se acogió días atrás a la figura del arrepentido. Según el chofer Oscar Centeno, los funcionarios del Ministerio de Planificación Federal retiraron dinero en un domicilio de la calle Wernicke 573, de Boulogne. Por eso fue preso el empresario Sergio Taselli, vinculado a la explotación del servicio de ferrocarriles. Cuando declaró, Taselli explicó que en verdad el inmueble estaba vinculado a su hermano Alberto, con quien está peleado. Y entonces también fue arrestado Alberto Taselli.

La causa de los cuadernos k inició ayer una nueva etapa: la de comunicarle a los ya acusados que la banda que habrían integrado comenzó a funcionar en el 2003 y no en el 2008, como se creía hasta ahora. En ese contexto, cuatro de los imputados fueron sacados de la cárcel para enfrentar a Bonadio: la mayoría se negó a declarar, pero hubo algunos movimientos.

Por ejemplo, Roberto Baratta, la mano derecha de Julio de Vido en Planificación y protagonista de la mayoría de los viajes que relató Oscar Centeno, intentó despegar a sus subordinados, que también están tras las rejas.

Aunque eligió no contestar preguntas y prometió ampliar su declaración cuando pueda tener acceso a la causa, el exjefe de Coordinación del Ministerio de Planificación buscó despegar ante el juez Claudio Bonadio a sus subordinados que están presos e implicados en la causa de los cuadernos. Lazarte, una pieza central en los relatos de Centeno, también fue llevado a tribunales para ampliar su declaración y se negó a declarar, tras dar algunas explicaciones personales.

Pero Bonadio también interrogó a otros dos empresarios que están presos: Gerardo Ferreyra, de Electroingeniería, que fue arrestado también el 1 de agosto, y Néstor Otero, el ex hombre fuerte de la Terminal de Retiro, que había logrado sortear una primera declaración y más tarde fue preso por las aseveraciones de uno de los "arrepentidos".

Mientras que Gerardo Ferreyra sumó un nuevo abogado a su defensa y por eso también se negó a declarar hasta no conocer en detalle la causa. Pero ese empresario -que también estuvo preso durante la dictadura militar- ya dejó asentado en sus declaraciones anteriores su postura. Pesos en vez de dólares. En aquel momento, Ferreyra dijo que el dinero que entregó eran colaboraciones voluntarias por sus "afinidades" políticas: "La política requiere aportes para su desarrollo y por eso lo hice", y "ninguna se vinculada con las decisiones que los presidentes Kirchner y su esposa hayan tomado. Mucho menos con órdenes que pudieran haber dado o no a sus colaboradores".

En 2008, dijo Ferreyra, Néstor Kirchner le dijo que tenía que invertir en medios y ahí compró radio Del Plata con sus ahorros.

En sus obras de infraestructura, agregó, no practicó sobreprecios, que por debajo de Néstor nadie le pidió nada y que con Cristina "nunca" habló.

 

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