Una turba compuesta por al menos 200 originarios de la etnia wichi invadieron la comisaría o destacamento de Alto La Sierra en el Chaco salteño y obligaron al personal policial a entregar a un reo, acusado de abuso sexual, para que regrese a su comunidad, por considerar que era inocente.
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Una turba compuesta por al menos 200 originarios de la etnia wichi invadieron la comisaría o destacamento de Alto La Sierra en el Chaco salteño y obligaron al personal policial a entregar a un reo, acusado de abuso sexual, para que regrese a su comunidad, por considerar que era inocente.
La pueblada aborigen hizo dejar sin efecto, en un principio, una diligencia procesal ordenada por la Justicia de que el acusado sea detenido y trasladado hacia la alcaidía de Tartagal.
Luego de impedir que la policía identifique fehacientemente al imputado del abuso, los aborígenes lograron que este fuera llevado delante de los caciques de la comunidad y lo dejaran en libertad.
Una fuente policial dijo ayer sobre el asunto que el oficial a cargo del destacamento policial realizó intensas negociaciones, pero no logró convencer a los caciques ni a los miembros de comunidad.
Finalmente los aborígenes se llevaron al muchacho y dejaron sin efecto la toma.
El sospechoso que había sido detenido tiene 18 años y está acusado de haber violado a una niña wichi en un descampado de la zona. A partir de las directivas de la fiscal de Tartagal, el joven fue recapturado con la llegada de refuerzos de Infantería enviados por la Unidad Regional N§ 4.
La policía informó después que efectivamente el sospechoso fue detenido nuevamente, y que el levantamiento de originarios se debió a que los mismos estaban convencidos de que debían utilizar su ley o lo que entienden por sus derechos. Por eso cuando fue conducido a la sede policial el cacique de la zona reunió a su gente, en un número precisado en alrededor de 200 y se apersonó en la comisaría justo en el momento en que al detenido le realizaban la extracción de huellas dactilares. Estaban ofuscado y exigían a toda costa que sea liberado.
La información procedente del lugar precisó que fue una invasión con el cacique a la cabeza y que amenazaron a los efectivos. Todo se inició en la mañana del jueves y el argumento de la pueblada aborigen fue que el supuesto violador debía ser ajusticiado por el pueblo wichi, según sus costumbres o lo que determine el cacique, dijo una fuente.
Ante el cariz del asunto y la cantidad de originarios alzados, la policía mantuvo en firme el cumplimiento de las directivas emanadas de la Justicia. Con presencia de más efectivos se realizó una reunión cumbre entre varios caciques y los jefes policiales. Finalmente ayer a la tarde los wichis desistieron de su actitud y aceptaron que el joven permanezca privado de su libertad, con el compromiso de que se garantice su integridad física.