¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15°
20 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Campaña solidaria para ayudar a la escuela de El Colgao

Voluntarios ya se preparan para partir el 17. Se puede donar mercadería no perecedera, ropa, calzados y juguetes.
Lunes, 06 de agosto de 2018 00:00

Una docena de voluntarios salteños se prepara con mucho entusiasmo para viajar llevando ayuda como todos los años a la escuela albergue 4.590 Patricio Martín Córdoba de El Colgao, donde estudian cerca de 30 niños. El Colgao es un pequeño paraje ubicado en Rivadavia Banda Norte y para llegar hay que recorrer 450 kilómetros hasta Morillo y desde allí otros 60 km más por caminos de tierra, que cuando llueve se transforman en barro y cuando no, es pura polvareda. El viaje se completa en unas cinco horas en camioneta.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Una docena de voluntarios salteños se prepara con mucho entusiasmo para viajar llevando ayuda como todos los años a la escuela albergue 4.590 Patricio Martín Córdoba de El Colgao, donde estudian cerca de 30 niños. El Colgao es un pequeño paraje ubicado en Rivadavia Banda Norte y para llegar hay que recorrer 450 kilómetros hasta Morillo y desde allí otros 60 km más por caminos de tierra, que cuando llueve se transforman en barro y cuando no, es pura polvareda. El viaje se completa en unas cinco horas en camioneta.

Eduardo Lalo Atenor, un reconocido comerciante y expresidente del mítico club de pescadores Los Mayuatos, es una de las personas que viajará como todos los agosto desde hace 46 años, tiempo en que existe el compromiso. Acompañan a Lalo en la noble tarea un grupo de voluntarios con distintas profesiones.

Allí conmemoran el aniversario de la muerte de San Martín, festejan el Día del Niño y llevan atención odontológica y médica para los alumnos de la escuela y para todos los pobladores. Este viaje siempre culmina con asado, música y obras de teatro para los chicos.

El grupo logró reunir bastantes donaciones de comerciantes que colaboran tradicionalmente, pero les está faltando ropa y calzados para chicos de entre 4 y 12 años y juguetes que estén en buen estado. Las donaciones se reciben en avenida Independencia 748, en el Bochin Club, Rivadavia 963, o se puede llamar al teléfono 4230140 para pedir que alguien pase a buscar las cosas.

La gente también puede colaborar con mercadería no perecedera y prendas para adultos.

"Como ya tenemos los datos de las familias, sabemos cuántos son y las edades que tienen, les preparamos un bolsón de ropa y calzado para cada una de ellas", contó Atenor que este año partirá en su camión el viernes 17 de agosto, mientras que los profesionales (cinco odontólogos y tres médicos clínicos) lo harán al día siguiente muy temprano.

"Las atenciones médicas y odontológicas y la entrega de medicamentos se realizarán durante todo el sábado y domingo. Se atiende no solo a la gente del lugar, hay personas que llegan de Morillo y parajes cercanos porque ya saben que vamos", contó el comerciante.

El origen de la caravana

El grupo de voluntarios que este año integrará la caravana será de 12 profesionales, entre odontólogos, médicos, técnico de laboratorio, técnico odontológico, carpinteros y herreros, y siempre se suman otros espíritus solidarios más cerca de la fecha. La mayoría va acompañado de sus familias.

Tomás Mena, conocido por todos como Tombolito, que publicaba la columna homónima en la contratapa de este matutino, fue uno de los iniciadores de esta caravana solidaria cuando junto a otros pescadores los sorprendió una tormenta y fueron recibidos solidariamente en la escuelita que era solo un rancho por aquella época. Allí les dieron de comer y un lugar donde dormir protegidos del frío y la lluvia. Conocieron a la maestra y vieron los esfuerzos que tenía que hacer para sostener a los pequeños alumnos que sufrían muchas necesidades.

Cuando retornaron a Salta, los pescadores sintieron que tenían que hacer algo por esos chicos y su maestra. Se comprometieron a volver todos los agosto a darles una mano y, hasta hoy, siguen cumpliendo.

Al principio les llevaban frutas, mercadería, alimentos, carne, ropa y juguetes. Luego vieron que sus dientes estaban en mal estado, entonces realizaron gestiones y comenzaron con la atención odontológica, y también de obstetras y bioquímicos con sus familias.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD