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"Messi" está postrado y solo pide una silla de ruedas cómoda

Mesías Ovando, de 14 años, nació con un problema en el cerebro que le impide caminar pero no estudiar normalmente.
Martes, 07 de agosto de 2018 00:00

Mesías Ovando tiene 14 años y desde su nacimiento lo aquejaron problemas de salud tan serios que lo obligaron siempre a permanecer en su silla de ruedas. Los chicos y los adultos de la comunidad aborigen chané, de Campo Durán, ubicada al costado de la ruta provincial 54, a pocos kilómetros de la intersección con la ruta nacional 34, siempre le dijeron de apodo "Messi", aunque su alias nada tiene que ver con la estrella del fútbol sino con su nombre de pila, tan original. Natalia Gutiérrez su mamá cuenta que a su muchachito, que hoy cursa el primer año del secundario virtual que instaló Unicef en esa comunidad, "lo operaron cuando nació y le pusieron una válvula en la cabecita".

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Mesías Ovando tiene 14 años y desde su nacimiento lo aquejaron problemas de salud tan serios que lo obligaron siempre a permanecer en su silla de ruedas. Los chicos y los adultos de la comunidad aborigen chané, de Campo Durán, ubicada al costado de la ruta provincial 54, a pocos kilómetros de la intersección con la ruta nacional 34, siempre le dijeron de apodo "Messi", aunque su alias nada tiene que ver con la estrella del fútbol sino con su nombre de pila, tan original. Natalia Gutiérrez su mamá cuenta que a su muchachito, que hoy cursa el primer año del secundario virtual que instaló Unicef en esa comunidad, "lo operaron cuando nació y le pusieron una válvula en la cabecita".

"Tuvo una operación muy complicada y nunca pudo desarrollar sus piernitas. Desde que tenía la edad de un bebé que ya comenzó a gatear y Messi estuvo desde entonces en su sillita de ruedas", explicó su madre.

Mesías hizo la primaria en la escuela Maestro Ramón Pereyra de la comunidad de Campo Durán y cuando salió de séptimo grado comenzó el secundario virtual, con todas las intenciones de terminar el nivel medio y seguir estudiando.

"A mí me encanta la matemática", afirma el adolescente con mucho entusiasmo cuando el equipo de El Tribuno lo entrevista para tratar de hacer llegar la ayuda que necesita para movilizarse un poco mejor y estar más cómodo todas las horas del día que está en estado de vigilia.

Un accidente de riesgo

El verano pasado, Mesías salió a la tarde a jugar con los chicos de la comunidad, pero por el desnivel del terreno se cayó de la silla.

Comenzó luego de ese golpe con mucho dolor de cabeza. "Lo llevamos al hospital de Aguaray y de ahí nos derivaron al de Tartagal, y más tarde nos trasladaron a Salta al Hospital de Niños", relató la madre con el dolor todavía reflejado en su rostro, ante el recuerdo de los padecimientos soportados por su hijo y por ella misma.

"Parece que al caerse de la silla, esa válvula que tiene en la cabeza se desacomodó. Algo así me explicó el doctor que lo atendió en el Hospital Materno Infantil de Salta", afirmó Natalia.

La madre, como se ve, no conoce en detalle cuál es la patología de su muchachito. Solo sabe que lo tiene que "cuidar muy bien porque es muy delicado de salud".

Por eso, hacer sus días lo más llevaderos posible es uno de los objetivos de la humilde mujer.

"Messi", a pesar de su condición, no pide nada más que lo que su mamá explica: "Necesita una silla de ruedas que sea más cómoda, porque la que tiene lo obliga a tener los brazos muy arriba".

"Todas las sillas que hemos probado son así y para que esté más cómodo, necesita que los dos apoyabrazos estén un poco más abajo. No necesita nada más", afirmó Natalia.

Con la naturalidad propia de los que no tienen nada o casi nada, la joven chané, mamá de este niño con muchas limitaciones físicas, dice no necesitar nada más.

Solo piensa en jugar

Messi, por su parte, necesita solo la presencia de su madre, el amor infinito de esa sacrificada mujer y espera seguir viviendo siempre en la comunidad de Campo Durán, con sus amigos, con los que juega todas las tardes, a pesar del desafortunado accidente que lo dejó más grave de lo habitual el verano pasado, producto de su caída.

La madre del joven originario no dejó un número para llamarla si alguien le consigue una silla una poco mas cómoda, así que los corazones solidarios de los salteños que tengan la capacidad para donar un aparato como el que el chico necesita, pueden comunicarse con la redacción de El Tribuno en Tartagal, al número 03873-422154, o también al complejo editorial en la ciudad de Salta, al número 387-4246274.

 

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