"Acoso escolar y ciberacoso" fue el tema más elegido por los adolescentes salteños que se inscribieron para participar en el Cuarto Parlamento Federal Juvenil - Jóvenes por una Argentina inclusiva, del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), que será en octubre en Buenos Aires.
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"Acoso escolar y ciberacoso" fue el tema más elegido por los adolescentes salteños que se inscribieron para participar en el Cuarto Parlamento Federal Juvenil - Jóvenes por una Argentina inclusiva, del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), que será en octubre en Buenos Aires.
Álvaro Ulloa, delegado de Inadi en Salta, reveló a El Tribuno que más de 27 de los 78 ensayos que se presentaron para este concurso trataron este tipo de violencia escolar. Las nueve problemáticas propuestas por la organización del evento fueron discriminación por aspecto físico, xenofobia, racismo, violencia de género, acoso escolar y ciberacoso, embarazo adolescente, identidad de género, diversidad sexual y discapacidad.
"De 78 trabajos, al menos 27 fueron de acoso escolar. Ves eso y decís: "Acá está pasando algo' porque es un número importante. Hubo de racismo y de xenofobia, pero muchos de acoso escolar", analizó Ulloa. "Muchos estaban relacionados con el bullying. Ver algo así preocupa un poco porque la tendencia es escribir sobre lo que se vive. Cuando veo muchos trabajos relacionados con el bullying, tengo claro que es una parte de lo que viven en el colegio".
Desde el Inadi, a través del Ministerio de Educación de la Provincia, se convocó a adolescentes de entre 15 y 18 años que concurren a escuelas secundarias de Salta. Los interesados debían elaborar ensayos y presentarlos antes del 31 de mayo último, a través del sitio digital de Inadi, inadi.gob.ar.
Cuatro trabajos fueron seleccionados por funcionarios de Inadi, del Ministerio de Educación y del Ministerio de Gobierno, Derechos Humanos y Justicia. Sus autores, dos chicos y dos chicas de Vaqueros, de Guachipas y de Capital, viajarán a Buenos Aires el mes próximo para participar en el Cuarto Parlamento Federal Juvenil, donde elaborarán un proyecto de ley en el Congreso de la Nación junto a jóvenes de todo el país.
Natalia del Olmo Sansone es licenciada en Psicología y trabaja para el Programa de Orientación Escolar, del Ministerio de Educación de Salta. Ella forma parte de los equipos interdisciplinarios que están distribuidos en todas las escuelas primarias y secundarias de gestión estatal de la provincia.
La profesional explicó los rasgos que distinguen al acoso escolar o bullying, que es una de las violencias escolares que existen. "Se trata de una situación muy puntual, que incluye distintos actores: quien acosa, quien recibe ese acoso y un público que festeja y es cómplice. Otro detalle importantísimo es que este acoso es sostenido a lo largo del tiempo, siempre tomando como punto al mismo estudiante". Explicó que, cuando estas condiciones no se dan, no se habla de bullying o acoso escolar, sino de conflicto, violencia o agresión entre pares".
Del Olmo dijo que los agentes y los funcionarios públicos que trabajan en educación tienen responsabilidad civil y deben intervenir en todas las situaciones de conflicto educativo. "Para intervenir correctamente, primero es importante conceptualizar. Hablar con precisión y diagnosticar con precisión nos permite intervenciones que sean fructíferas. Si no, intervenimos mal. Necesitamos hacer diagnósticos certeros de las situaciones para generar estrategias que sean acordes a ellas", afirmó.
En cuanto saben que hay problemas de acoso escolar, los equipos de orientación escolar intervienen desde una mirada amplia y desde un abordaje institucional. "Los comportamientos de los chicos no vienen de la nada, sino que tienen que ver con lo que los adultos hacemos. Los adultos ejercemos un montón de situaciones de violencia que los chicos presencian y nosotros educamos también a través de nuestros actos", analizó.
"Para intervenir, un punto clave es empezar a mirarnos a nosotros como adultos, empezar a reflexionar sobre lo que hacemos y cómo nuestros actos educan", aseguró. Y observó que la escuela es caja de resonancia de las problemáticas sociales.
"Como institución -institución familia, institución escuela- debemos ampliar la mirada y empezar a mirarnos para preguntarnos por qué nuestras escuelas tienen estos índices de violencia", cuestionó. "No sirve de nada trabajar específicamente con un aula, cuando en las escuelas o en las familias se reproducen estos hechos de violencia. Abordar una sin la otra no tiene sentido porque la situación de violencia tiene un contexto y necesito intervenir sobre él".
Cómo actuar
La licenciada en Psicología explicó que, cuando un padre o una madre detecta que hay bullying en la escuela a la que asiste su hijo o hija, lo primero que tienen que hacer es acercarse a la institución. "Las familias, lo primero que tienen que hacer es acercarse a la escuela. Allí está el equipo directivo, los docentes, los preceptores y, en algunas, los equipos de orientación escolar. Todos, como comunidad, debemos implicarnos en esa situación para hacer el abordaje como corresponde, no limitado a la sanción ni a la culpabilización ni a la colocación de los chicos en posiciones de víctima y victimario".
Aclaró que "las situaciones de violencia escolar atraviesan a los chicos, pero son temas de grandes". Por eso, consideró que "la resolución pacífica de los conflictos es un tema de grandes". "Posicionarnos en el lugar de adultos implicar tener una mirada atenta y preventora de los conflictos. Cuando el conflicto se pone en palabras y se aborda de una manera pacífica, no escala hacia la violencia. La clave está en el diálogo entre adultos, quienes tienen que ejercer el rol de cuidado".
Cuando el acoso escolar se traslada a internet y a las redes sociales, se habla de ciberacoso y también exige ser abordado. "Toda problemática que ocurre entre estudiantes, aunque no sea en el contexto escolar, tiene que ver con las relaciones escolares, con los vínculos que se construyen en la escuela. Aunque sea fuera del horario escolar y fuera de las paredes de la escuela, repercute en ella", dijo. La Ley Nacional 26.892 para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas promueve que en las escuelas se fomente la construcción de acuerdos democráticos de convivencia. Esto posibilita que todos los integrantes de la comunidad educativa -familias, docentes, estudiantes y directivos- sean partícipes en las construcciones de estos acuerdos. "Cuando una es partícipe en esas construcciones, tiene la posibilidad de apropiarse de la norma. Por eso -explicó Del Olmo- es necesario empezar a sustituir los reglamentos de convivencia que tienen las escuelas por estos acuerdos de convivencia".