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Peregrinos de Metán: primer año sin don David 

Otro voluntario brindó el almuerzo que daba el sandwichero hace 15 años.
Viernes, 14 de septiembre de 2018 21:49

Los 450 peregrinos de “Metán camina al Milagro” este año no pudieron disfrutar del tradicional almuerzo al que los tenía acostumbrados el reconocido sandwichero Jorge David. Otro voluntario, Pedro Pacheco, que se encargaba de la cena, se hizo cargo del almuerzo para los que caminaron más de cuatro días. 
A fines del año pasado la tragedia enlutó a don David, como lo llaman cariñosamente los peregrinos. El comerciante se hizo conocido por ser uno de los primeros en asistir a los fieles que llegaban del interior, tarea a la que se dedicó más de 15 años. 
El comerciante perdió a su esposa, una hija y un nieto en un accidente vial. Este año, si bien no recibió a los fieles con el almuerzo, los esperó con sus tradicionales sandwiches en la rotonda de Güemes. 
“Me contó que ayer se sentía mal y que ya estaba mejor, que por eso seguía asistiendo a los peregrinos. Dijo que esta noche venía a traernos algo”, relató Noemí Cazón, la encargada de la peregrinación. Según la información oficial, ayer llegaron desde Metán y localidades vecinas cerca de 2.500 peregrinos. 
Pedro Pacheco también es comerciante. Tiene un comedor en San Felipe y Santiago al 1200. Aunque su negocio está próximo a cerrar por la crisis, por décimo año les brindó un plato de comida a los peregrinos del sur. 
“Empezamos como 80, y el año pasado cocinamos para 1.200. Este año calculo que son como mínimo 500”, afirmó. El cambio de horario no le molestó al hombre, de 73 años. “Cuando les daba la cena, se iban a dormir como a las 3 de la mañana, porque siempre acompañábamos la cena con un show”, recordó. Este año el bagualero Vázquez fue el encargado de amenizar el almuerzo. 
Los hijos de Pedro, que viven en Córdoba, no están muy “enterados” de las obras solidarias de su padre en Salta, pero él asegura que no busca reconocimientos. “¿Qué me da Dios?... Me da felicidad, tranquilidad. Tengo 73 años y mire cómo estoy... que más puedo pedir. Me da amistad, estos que me ayudan son amigos”, dijo el hombre emocionado y mirando a los otros voluntarios.
Uno de los agasajados en el almuerzo fue Alejandro Cazón, el “primer peregrino de Metán”. Ante el asombro de los más jóvenes, contó orgulloso que en 1994 caminó “tres días y medio”, para pedir por Martín, su hijo con hidrocefalia. El peón recordó su otro “milagro”, cuando durante un pacto de fe Martín recuperó la visión.

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Los 450 peregrinos de “Metán camina al Milagro” este año no pudieron disfrutar del tradicional almuerzo al que los tenía acostumbrados el reconocido sandwichero Jorge David. Otro voluntario, Pedro Pacheco, que se encargaba de la cena, se hizo cargo del almuerzo para los que caminaron más de cuatro días. 
A fines del año pasado la tragedia enlutó a don David, como lo llaman cariñosamente los peregrinos. El comerciante se hizo conocido por ser uno de los primeros en asistir a los fieles que llegaban del interior, tarea a la que se dedicó más de 15 años. 
El comerciante perdió a su esposa, una hija y un nieto en un accidente vial. Este año, si bien no recibió a los fieles con el almuerzo, los esperó con sus tradicionales sandwiches en la rotonda de Güemes. 
“Me contó que ayer se sentía mal y que ya estaba mejor, que por eso seguía asistiendo a los peregrinos. Dijo que esta noche venía a traernos algo”, relató Noemí Cazón, la encargada de la peregrinación. Según la información oficial, ayer llegaron desde Metán y localidades vecinas cerca de 2.500 peregrinos. 
Pedro Pacheco también es comerciante. Tiene un comedor en San Felipe y Santiago al 1200. Aunque su negocio está próximo a cerrar por la crisis, por décimo año les brindó un plato de comida a los peregrinos del sur. 
“Empezamos como 80, y el año pasado cocinamos para 1.200. Este año calculo que son como mínimo 500”, afirmó. El cambio de horario no le molestó al hombre, de 73 años. “Cuando les daba la cena, se iban a dormir como a las 3 de la mañana, porque siempre acompañábamos la cena con un show”, recordó. Este año el bagualero Vázquez fue el encargado de amenizar el almuerzo. 
Los hijos de Pedro, que viven en Córdoba, no están muy “enterados” de las obras solidarias de su padre en Salta, pero él asegura que no busca reconocimientos. “¿Qué me da Dios?... Me da felicidad, tranquilidad. Tengo 73 años y mire cómo estoy... que más puedo pedir. Me da amistad, estos que me ayudan son amigos”, dijo el hombre emocionado y mirando a los otros voluntarios.
Uno de los agasajados en el almuerzo fue Alejandro Cazón, el “primer peregrino de Metán”. Ante el asombro de los más jóvenes, contó orgulloso que en 1994 caminó “tres días y medio”, para pedir por Martín, su hijo con hidrocefalia. El peón recordó su otro “milagro”, cuando durante un pacto de fe Martín recuperó la visión.

Los “bombos del Milagro”, a puro misachico

Luego de la misa del amanecer de ayer, por octavo año consecutivo partieron los peregrinos de Atocha con 40 bombos. En el camino se les sumaron vecinos de diferentes barrios y las academias de baile de San Rafael aportaron un nutrido grupo. En la plaza Gurruchaga se les sumaron cerca de 90 bombistos espontáneos y llegaron a la Catedral cerca de 200. 
Con zarandeos y zapateos al ritmo de misachicos, la “peregrinación del folclore” llegó a la calle Buenos Aires. Allí los fieles esperaron su turno para acercarse a la Catedral.
“Es rescatar el ritmo misachico, porque Atocha es cuna de los poetas. Hay domadores, cantores, bailarines y bombistos, y esta es una forma de homenajear al Señor y la Virgen del Milagro. Quedaba un solo señor que hacía misachico, el señor Bazán”, contó Luis Corimayo, profesor de una academia de baile, mientras animaba a sus alumnos a demostrar “lo aprendido”.
“Salta tiene tres fiestas: las güemesianas, los carnavales y la del Milagro”, explicó el organizador de la peregrinación de dos cuadras. “Vengo a agradecer por la salud, pero no solo la física, sino la espiritual, económica y la de Argentina, que necesita curarse. Nuestro país está dolido de la enfermedad de la crisis. Así que hoy tocamos los bombos más fuerte que nunca”, agregó Corimayo pidiendo disculpas por “la emoción”, que lo superaba.
La peregrinación impregnada de salteñidad atrajo a los turistas que registraban con sus teléfonos a los pequeños bailarines que se abrían paso para zapatear y zarandear animados por los peregrinos mayores, a cargo de los violines, bombos y acordeones. 
Por tercer año, el Consejo Federal del Folclore de Argentina acompañó la tradicional peregrinación a través de su delegado nacional, Carlos Oropeza. “Para el otro año queremos venir como 200 bombistos desde Buenos Aires a acompañar”, contó el bombisto, que aprendió con el bagualero Vázquez. 
Selva Aguirre fue una de las primeras peregrinas de Atocha, rescató la cantidad de fieles que se suman año a año y señaló que la idea de los bombos vino de “un señor que se dedica a hacerlos”. 
 

Mirá aquí el documental de El Tribuno que se centra en la movilización de los peregrinos del Milagro: 

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