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Sabrina Sansone les pone el pecho a las balas en el Bailando

La coach dijo que el que Anamá Ferreira y Joel Ledesma obtuvieran el puntaje más bajo de la historia del certamen “es una oportunidad”.  
Domingo, 16 de septiembre de 2018 14:18

Una nueva faceta de Sabrina Sansone (38) salió a la luz el viernes pasado. Dando gala de un férreo carácter y un compromiso de madre leona para con su famosa, Anamá Ferreira (67), la coach salteña sorprendió a Marcelo Polino (55) en un dueto verbal que la distanció mucho de la postura conservadora que había mantenido hasta el año pasado, cuando Gladys la “Bomba Tucumana” (53) capeaba los temporales de manera hostil por su equipo. 
Luego de que la modelo brasileña y el bailarín Joel Ledesma (37) obtuvieran, según dijo al aire Marcelo Tinelli (58) “el puntaje más bajo del certamen porque el Trirri hizo 7 puntos y el Pollo Álvarez 8 con uno del VAR”, Sabrina pidió la intervención del VAR, comandado por Lourdes Sánchez, “porque hay que valorar el esfuerzo y es una mujer adulta que tiene 67 años”. Rápido de reflejos para la contraofensiva Polino le espetó: “Esto no es un concurso de edades. El VAR no sube por edad, sino que analiza la técnica”. “¡Te quiero ver bailando a vos a los 67 años!”, le dijo Sabrina, a lo que el jurado histórico del certamen respondió: “Yo tengo autocrítica. Amor, te voy a explicar una cosa. Soy una estrella que trabajo de jurado, no bailo”. Y ella no retrocedió marcándole que Anamá era una modelo que estaba “jugando a bailar”. A lo que él retrucó: “No estoy para patrocinar el juego de ella, sino para evaluar lo que hace en la pista y si te gusta llevala a bailar a tu casa”. Si bien él tuvo la última palabra, ella recibió aplausos de los presentes en el estudio. 

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Una nueva faceta de Sabrina Sansone (38) salió a la luz el viernes pasado. Dando gala de un férreo carácter y un compromiso de madre leona para con su famosa, Anamá Ferreira (67), la coach salteña sorprendió a Marcelo Polino (55) en un dueto verbal que la distanció mucho de la postura conservadora que había mantenido hasta el año pasado, cuando Gladys la “Bomba Tucumana” (53) capeaba los temporales de manera hostil por su equipo. 
Luego de que la modelo brasileña y el bailarín Joel Ledesma (37) obtuvieran, según dijo al aire Marcelo Tinelli (58) “el puntaje más bajo del certamen porque el Trirri hizo 7 puntos y el Pollo Álvarez 8 con uno del VAR”, Sabrina pidió la intervención del VAR, comandado por Lourdes Sánchez, “porque hay que valorar el esfuerzo y es una mujer adulta que tiene 67 años”. Rápido de reflejos para la contraofensiva Polino le espetó: “Esto no es un concurso de edades. El VAR no sube por edad, sino que analiza la técnica”. “¡Te quiero ver bailando a vos a los 67 años!”, le dijo Sabrina, a lo que el jurado histórico del certamen respondió: “Yo tengo autocrítica. Amor, te voy a explicar una cosa. Soy una estrella que trabajo de jurado, no bailo”. Y ella no retrocedió marcándole que Anamá era una modelo que estaba “jugando a bailar”. A lo que él retrucó: “No estoy para patrocinar el juego de ella, sino para evaluar lo que hace en la pista y si te gusta llevala a bailar a tu casa”. Si bien él tuvo la última palabra, ella recibió aplausos de los presentes en el estudio. 


A la pareja Ferreira-Ledesma le espera el duelo el martes próximo y su destino quedará ligado a la voluntad de los televidentes, pero Sabrina, en diálogo telefónico con El Tribuno, salió a aclarar los tantos.
“Ni vieron la coreografía, excepto Florencia Peña (43), quien además me parece que del jurado es la más objetiva. De ahí Laurita Fernández ( 28) juega a ser Pampita y todavía no sabe dónde ponerse. Ángel (de Brito) y (Marcelo) siempre fueron esos personajes. Creo que no tiene que ver con la maldad, ellos son divinos, sino con que siempre hay alguien al que deben darle con un caño y nos estaban esperando para eso. Fueron directo a matarla a Ana. Fue como cuando estaba Pamela Sosa (31), siempre hay una pareja a la que hay que matar”, hizo su balance     Sabrina, la única coach salteña en el Bailando y directora de Salta Danza (12 de Octubre y Alvear). 

El juego

El Bailando es un aceitado mecanismo en el que los jurados, los famosos, los bailarines y por efecto colateral los coach son asignados a formas premoldeadas. Todos desempeñan papeles que dinamizan el segmento para desatar las pasiones del público. Y el perfil de ella parece ser el de la coach a la que le imponen ingentes desafíos. “A mí me tocan siempre las parejas que hay que matar al principio. Luego con el trabajo vamos demostrando que no va a ser tan fácil que nos maten. Calculo que el primer año era para que pague un derecho de piso. Después me tocó Gladys, que resultó bien. Ahora Anamá me pidió y al famoso le dan lo que quiere. Ella dijo que si yo la había hecho bailar a Gladys y llegar a cuartos de final... podía con ella también. Me tocan por una cuestión de paciencia”, detalló. Como coreógrafa y entrenadora de la “Bomba Tucumana” y del bailarín Facundo Arrigoni pudo lavar el sabor agridulce de la revancha que en 2016 le había dejado su paso de tres meses y medio como coach de Pamela Sosa, la famosa, y Alejandro Gallegos, el bailarín. 
Anamá por el momento ya sentó su postura: “Si quieren destruirme, destrúyanme, pero yo de acá no me voy” y Sabrina desde su experiencia dictamminó: “Con el correr del programa te elevás y es tanto lo que te exponen que si no estás centrada en un eje y segura de quién sos como ser humano eso te dispara a cualquier lado. Gladys no es una mala mujer, no terminamos bien por desgracia, pero le estoy muy agradecida. Llegamos a cuartos de final y mucho tuvo que ver ella. Después se volvió loca, pero tampoco la culpo. Con Ana es diferente porque viene trabajando hace 52 años en los medios. No es que hace diez años que no se la ve y ahora los programas la revientan”. 
 

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