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Buscando el rumbo

Lunes, 17 de septiembre de 2018 00:00

De a ratos parece una lucha estéril, pero de a ratos toma forma la idea de proseguir con esta titánica batalla para sembrar semillas que edifiquen la esperanza.

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De a ratos parece una lucha estéril, pero de a ratos toma forma la idea de proseguir con esta titánica batalla para sembrar semillas que edifiquen la esperanza.

¿Qué sería de la vida sin canciones, sin pinturas, sin poemas?

Trabajamos arduamente para sostener esta bandera que conlleva la patria, a su gente.

En el mundo de hoy impera el resultado, a corto plazo, a la vista.

Poco se invierte para el desarrollo integral de los pueblos. La educación tendría que ser considerada como lo más importante, ya que es la base de una economía de progreso. Pero el diseño de los actuales programas avanza hacia el resultado. Mientras los argentinos nos ocupamos por sobrevivir, los países del primer mundo nos gobiernan con su ciencia y su tecnología, porque ellos han apostado fuertemente a la formación de sus habitantes.

Sus universidades brindan espacios a científicos que con sus investigaciones, aportan teorías que luego generan genuinos ingresos para su patria. Pero, además, los argentinos fuimos perdiendo el manejo de nuestros recursos y con ello percibimos que cada día somos más dependientes. No se puede entender que un país tan rico, con tan pocos habitantes, en relación a países europeos, viva una realidad tan cruel. Ya se habla de una "factoría", otros de un "tiempo feudal moderno". Todos trabajando para el "señor". Pero esto no es nuevo. La historia de la humanidad demuestra que es una constante.

Siempre el poder dominó y puso las reglas de juego.

¿Y la política? La democracia debe servir, pero hay que replantearla. El pueblo está náufrago en un océano contaminado de inmoralidad. Los principios y los valores han sido trastocados, como bien lo dice el recordado poeta Enrique Santos Discépolo, en su "Cambalache". Pero poco valió su denuncia, ya que la destrucción avanza a pasos agigantados. ¿Cómo hacemos para cambiar la realidad que nos duele? ¿Cómo dibujar alegría en nuestros corazones, si el enemigo está al acecho? Tal vez este momento de dolor, fortalezca la conciencia, para resistir y para forzar un cambio tan profundo, que nos haga sentir que estamos fundando una nueva patria.

... Ojalá logremos la resurrección como pueblo. Cómo puede ser que un país tan rico como el nuestro padezca este cruel presente. Que los dirigentes fundamenten una nueva esperanza, con medidas que apunten a movilizar a toda la comunidad argentina. Debe surgir una política de producción, premiando al trabajo, para que todos los argentinos nos veamos incluidos. El FMI pide achicamiento del presupuesto universitario. ¿Será que no quieren que progresemos en los capítulos científicos?

El conocimiento aplicado a nuestra realidad, puede ser la gran medicina, para superarnos. El otro gran tema que reclama la gente es la reforma política. La democracia como sistema es lo mejor que le puede suceder a un país, pero una democracia que favorezca a la mayoría, y no, como sucede, todo el pueblo trabajando para el bienestar de nuestros dirigentes. Lo que se estimaría bien, sería ver a nuestros representantes trabajando con el ímpetu que ponen en las campañas, pero en temas que conlleven el bienestar de la mayoría. Lucha para favorecer nuestra soberanía. La patria nos exige el mayor esfuerzo para protegerla. El pueblo presiona y cada día lo hará más para que el futuro tenga sentido. ­Cómo duele ver el incesante desfile de argentinos que dejan su patria para buscar un horizonte en otros países! ­Cómo atormenta la frustración de nuestros jóvenes que se sienten discriminados! Debemos conformar un foro de opinión pública, para que juntos descubramos el camino que debemos hacer, para volver al país de la alegría.

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