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Principio de solución para el barrio San Miguel

Hubo una reunión entre autoridades municipales y los propietarios.
Lunes, 17 de septiembre de 2018 02:51

Luego de una reunión que mantuvo el intendente Raúl Martínez con miembros de la familia Hadad, se llegó a un nuevo acuerdo para solucionar en forma definitiva el conflicto por los terrenos donde se encuentra ubicado el barrio San Miguel, lugar donde residen 16 familias de escasos recursos.
La raíz de este problema, que tiene en vilo a las familias residentes desde hace aproximadamente unos seis años, radica en el hecho de que las viviendas se hayan construido en terrenos privados, basados en un acuerdo verbal con los propietarios, sin que hasta el momento se haya concretado ningún traspaso legal a la Municipalidad.
Durante la gestión del intendente Rosario Mazzone se construyeron unas 16 viviendas prefabricadas, para ser destinadas a familias que estaban atravesando una situación crítica en lo habitacional, muchas de esas familias contaban un con un integrante con discapacidad. El terreno utilizado para la instalación de 12 de las viviendas pertenecía al Ingenio Río Grande, y las otras cuatro ocuparon parte de un terreno de la familia Hadad, con quienes hubo un acuerdo verbal para que la construcción de las casas sea posible.
Ambos terrenos son colindantes y el primer grupo de casas está en el límite de ambos. Algunos años después, durante la gestión del interventor Assenatto, se produjo un intento por parte de la familia Hadad de recuperar esos terrenos, para ello comenzaron a colocar un alambrado perimetral encerrando las aproximadamente tres hectáreas que consideraban eran de su propiedad, el alambrado que se estaba colocando, pasaba a medio metro del frente de las doce viviendas, sin margen para una vereda y mucho menos para una calle, dejando prácticamente encerrados a los residentes, por otro lado, las cuatro viviendas restantes quedaban dentro del terreno alambrado por lo que deberían desalojarlas.
Para evitar un conflicto social hubo un segundo acuerdo entre el interventor y la familia Hadad, quedando sin efecto la colocación del alambrado, en esta segunda oportunidad tampoco hubo nada escrito.
En la mañana del pasado miércoles, después de tres años del último acuerdo, los vecinos del barrio San Miguel volvieron a despertar con trabajadores colocando un alambrado perimetral, repitiéndose el conflicto con las viviendas.
“Realmente si no se soluciona en forma definitiva esta situación, estas familias van a continuar luchando para que no las encierren como en un corral, por eso cuando me informaron de lo que estaba pasando me puse en comunicación, primero con los vecinos y después con los propietarios para llegar a un acuerdo, aquí hay varios niños con sillas de ruedas, necesitan una salida amplia y rápida de sus casas, al igual que personas mayores, quienes deben salir y regresar en remise ya que apenas pueden caminar”, manifestó el intendente Raúl Martínez.
La reunión se llevó a cabo con Sebastián y Luis Hadad, con quienes llegaron a un nuevo acuerdo, “ellos van a dejar sin efecto el alambrado perimetral, pero debemos volver a sentarnos para definir el traspaso del terreno al municipio, sea por una compra o un canje, ya veremos cómo se resuelve en forma definitiva”, concluyó.
 

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Luego de una reunión que mantuvo el intendente Raúl Martínez con miembros de la familia Hadad, se llegó a un nuevo acuerdo para solucionar en forma definitiva el conflicto por los terrenos donde se encuentra ubicado el barrio San Miguel, lugar donde residen 16 familias de escasos recursos.
La raíz de este problema, que tiene en vilo a las familias residentes desde hace aproximadamente unos seis años, radica en el hecho de que las viviendas se hayan construido en terrenos privados, basados en un acuerdo verbal con los propietarios, sin que hasta el momento se haya concretado ningún traspaso legal a la Municipalidad.
Durante la gestión del intendente Rosario Mazzone se construyeron unas 16 viviendas prefabricadas, para ser destinadas a familias que estaban atravesando una situación crítica en lo habitacional, muchas de esas familias contaban un con un integrante con discapacidad. El terreno utilizado para la instalación de 12 de las viviendas pertenecía al Ingenio Río Grande, y las otras cuatro ocuparon parte de un terreno de la familia Hadad, con quienes hubo un acuerdo verbal para que la construcción de las casas sea posible.
Ambos terrenos son colindantes y el primer grupo de casas está en el límite de ambos. Algunos años después, durante la gestión del interventor Assenatto, se produjo un intento por parte de la familia Hadad de recuperar esos terrenos, para ello comenzaron a colocar un alambrado perimetral encerrando las aproximadamente tres hectáreas que consideraban eran de su propiedad, el alambrado que se estaba colocando, pasaba a medio metro del frente de las doce viviendas, sin margen para una vereda y mucho menos para una calle, dejando prácticamente encerrados a los residentes, por otro lado, las cuatro viviendas restantes quedaban dentro del terreno alambrado por lo que deberían desalojarlas.
Para evitar un conflicto social hubo un segundo acuerdo entre el interventor y la familia Hadad, quedando sin efecto la colocación del alambrado, en esta segunda oportunidad tampoco hubo nada escrito.
En la mañana del pasado miércoles, después de tres años del último acuerdo, los vecinos del barrio San Miguel volvieron a despertar con trabajadores colocando un alambrado perimetral, repitiéndose el conflicto con las viviendas.
“Realmente si no se soluciona en forma definitiva esta situación, estas familias van a continuar luchando para que no las encierren como en un corral, por eso cuando me informaron de lo que estaba pasando me puse en comunicación, primero con los vecinos y después con los propietarios para llegar a un acuerdo, aquí hay varios niños con sillas de ruedas, necesitan una salida amplia y rápida de sus casas, al igual que personas mayores, quienes deben salir y regresar en remise ya que apenas pueden caminar”, manifestó el intendente Raúl Martínez.
La reunión se llevó a cabo con Sebastián y Luis Hadad, con quienes llegaron a un nuevo acuerdo, “ellos van a dejar sin efecto el alambrado perimetral, pero debemos volver a sentarnos para definir el traspaso del terreno al municipio, sea por una compra o un canje, ya veremos cómo se resuelve en forma definitiva”, concluyó.
 

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