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El adiós a Alfredo Ábalos

El santiagueño era dueño de un estilo muy particular que lo llevó a sobresalir en el cancionero popular. Tenía un problema pulmonar. 
Martes, 25 de septiembre de 2018 10:46

El cantante y bombisto Alfredo Ábalos falleció ayer, al no poder reponerse de un problema de salud que lo aquejaba. Tenía 80 años. 
El “Gordo” Ábalos fue un referente del folclore argentino en general y del santiagueño en particular, con potentes rasgos distintivos como su voz templada, y un repique preciso.
En sus más de 50 años de carrera artística, siempre estuvo vinculado con los folcloristas salteños, quienes sentían un aprecio inmenso por el “Gordo”, un hombre buenachón y hospitalario. En varias oportunidades fue uno de los números centrales de la Serenata a Cafayate; también estuvo en alguna edición del Festival de Orán. “Un cantor como pocos”, se escuchó decir al legendario Pitín Zalazar.
Entre los títulos más destacados de su trayectoria se destacan: Herencia folclórica, Silencio canta Alfredo Ábalos, La voz de la chacarera, Moneda que está en el alma, Se pierde si no se da, Cuando de cantar se trata, Las coplas de la vida, Con la conciencia tranquila, Una quimera más y Te digo, chacarera.
Ábalos siempre fue considerado santiagueño pese a haber nacido en Buenos Aires el 21 de abril de 1938. Simplemente quedó encantado con Santiago del Estero y se aquerenció. Se afincó en la Madre de Ciudades varios años después, enamorado de su esposa y compañera de toda la vida, doña “Muni” Santillán.
En su casa del barrio 8 de Abril tuvieron y criaron a sus tres hijos, Martín, Santiago y Carolina. Grandes músicos y artistas, los cinco.
Era dueño de una voz y una técnica única para el canto, al punto que muchos artistas reconocen que “después de haber cantado él ciertas canciones, no las puede (o debe) volver a cantar nadie más”.
Pero no solo era un maestro del canto; fue un percusionista verdaderamente increíble, y ésta fue quizá su faceta menos conocida. Sin embargo, quienes saben escuchar mejor, lo catalogan como uno de los mejores bombistos que dio la música popular argentina.

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El cantante y bombisto Alfredo Ábalos falleció ayer, al no poder reponerse de un problema de salud que lo aquejaba. Tenía 80 años. 
El “Gordo” Ábalos fue un referente del folclore argentino en general y del santiagueño en particular, con potentes rasgos distintivos como su voz templada, y un repique preciso.
En sus más de 50 años de carrera artística, siempre estuvo vinculado con los folcloristas salteños, quienes sentían un aprecio inmenso por el “Gordo”, un hombre buenachón y hospitalario. En varias oportunidades fue uno de los números centrales de la Serenata a Cafayate; también estuvo en alguna edición del Festival de Orán. “Un cantor como pocos”, se escuchó decir al legendario Pitín Zalazar.
Entre los títulos más destacados de su trayectoria se destacan: Herencia folclórica, Silencio canta Alfredo Ábalos, La voz de la chacarera, Moneda que está en el alma, Se pierde si no se da, Cuando de cantar se trata, Las coplas de la vida, Con la conciencia tranquila, Una quimera más y Te digo, chacarera.
Ábalos siempre fue considerado santiagueño pese a haber nacido en Buenos Aires el 21 de abril de 1938. Simplemente quedó encantado con Santiago del Estero y se aquerenció. Se afincó en la Madre de Ciudades varios años después, enamorado de su esposa y compañera de toda la vida, doña “Muni” Santillán.
En su casa del barrio 8 de Abril tuvieron y criaron a sus tres hijos, Martín, Santiago y Carolina. Grandes músicos y artistas, los cinco.
Era dueño de una voz y una técnica única para el canto, al punto que muchos artistas reconocen que “después de haber cantado él ciertas canciones, no las puede (o debe) volver a cantar nadie más”.
Pero no solo era un maestro del canto; fue un percusionista verdaderamente increíble, y ésta fue quizá su faceta menos conocida. Sin embargo, quienes saben escuchar mejor, lo catalogan como uno de los mejores bombistos que dio la música popular argentina.

Reconocimientos

A partir de su labor como recopilador de coplas populares dictó numerosas conferencias en universidades del país. Premios obtenidos: Emblema de Oro otorgado en el Festival de la Tradición, Añatuya, 1972; Premio al Folclorista más destacado (Escuela de Artes Aplicadas, Santiago del Estero, 1975); Premio La voz argentina en Nueva York (Nueva York, EEUU, 1987); Mistol de Oro (Santiago del Estero, 1987) y Premio Cóndor otorgado por el Teatro Coliseo (La Plata, 1994) y el Premio Konex en dos oportunidades.
El “Gordo” Ábalos visitaba la ciudad Córdoba con regularidad, para dejar su repertorio de folclore simple, orgánico y sentido en salas de diferentes escalas.

 
 

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