El Registro Argentino de Diálisis Crónica publicó recientemente un informe con datos de los pacientes atendidos entre 2004 y 2016 en todo el país. En el relevamiento colaboró el 99% de los centros de diálisis públicos y privados que reportan al sistema informático Sintra, dependiente del Incucai, por lo que tiene el peso de un censo.
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El Registro Argentino de Diálisis Crónica publicó recientemente un informe con datos de los pacientes atendidos entre 2004 y 2016 en todo el país. En el relevamiento colaboró el 99% de los centros de diálisis públicos y privados que reportan al sistema informático Sintra, dependiente del Incucai, por lo que tiene el peso de un censo.
El médico especialista Sergio Miguel Marinovich, referente de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN), compartió algunas de las conclusiones del trabajo con El Tribuno.
Los datos estadísticos del registro revelan que la población ingresada a diálisis en Argentina ha sido cada año más joven desde 2013, año en que se constató la mayor edad promedio desde 2004 (59,9 años). En 2016 se registró la más baja desde 2008 (59,1 años). Este descenso, aclaró Marinovich, "no ha sido uniforme en todo el país".
Las dos caras
Hay provincias que siempre mantuvieron edades superiores a los 60 años, como Córdoba, La Pampa, Entre Ríos, Mendoza y especialmente Capital Federal. En esta última, la edad promedio nunca fue menor a los 63 años. En el extremo opuesto están provincias como Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Misiones, entre otras, con pacientes que ingresan a diálisis con menos de 58 años de edad. "El hecho de que existan provincias cuyas poblaciones ingresan a diálisis con 5 años más de edad que en otras, es una clara evidencia de que en las primeras se trabaja mejor en salud", recalcó el médico especializado en clínica médica y nefrología.
La nota más alta
El "patrón de oro" de Argentina es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el distrito con mayor edad promedio en los ingresos a diálisis. Paradojalmente, la Capital Federal, que tiene la población más vieja del país (lo confirmó el censo de 2010) también detenta una las tasas más bajas de ingresos a diálisis. Debería ser al revés, ya que la enfermedad renal crónica es más frecuente a edades mayores.
"Los residentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ingresan más tarde porque se retrasa su inicio a tratamiento dialítico por mejor prevención y tratamiento de las enfermedades renales", explicó Marinovich.
"Por el contrario, el ingreso a edades más tempranas, representa un fracaso en la prevención y tratamiento de las enfermedades que llevan a la diálisis, la mayoría prevenibles como son la diabetes y la hipertensión arterial", agregó el referente médico de la SAN. Las dos enfermedades citadas por el facultativo son culpables de 6 de cada 10 ingresos a diálisis en Argentina. "Si se efectivizara realmente una política de salud que implique la detección temprana y el consecuente tratamiento, se reduciría significativamente la carga", subrayó Marinovich, tras insistir en que el contacto en tiempo y forma de los pacientes con el sistema público o privado de salud es una de las herramientas para retrasar o evitar el ingreso a diálisis.
Los servicios, además, deberían responder en tiempo y forma a los requerimientos del médico cuando identifica y trata a un enfermo renal.
La falta de respuesta o la excesiva burocracia imposibilitan muchas veces medicar adecuadamente al paciente renal en las etapas previas a la diálisis.
Brechas en la salud
"La Salud debería ser absolutamente igualitaria en todo el país; pero no lo es. El tratar personas más jóvenes en diálisis denota el fracaso de los actuales sistemas de salud. La población debe ser asistida en tiempo y forma en toda la Argentina, no solamente en algunos distritos. De esta manera el Sistema va hacia el enfermo, lo identifica, lo trata y se actúa precozmente para evitar la diálisis o retrasar su llegada a la misma", remarcó el reconocido nefrólogo.
"Es tarea de todos, pero fundamentalmente del Estado, difundir entre la población conceptos básicos de enfermedades no transmisibles, entre las que se encuentra la enfermedad renal crónica, o las que llevan a ella. La falta de educación de la población, al desconocer ciertos signos o síntomas de enfermedad renal, hace que la misma progrese muchas veces a estadios finales, es decir a la diálisis", finalizó Marinovich.