Los vecinos de barrio Ampliación San Calixto, en la zona sur, siguen reclamando por tener servicios y llevar, lo que consideran, una vida "más digna".
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Los vecinos de barrio Ampliación San Calixto, en la zona sur, siguen reclamando por tener servicios y llevar, lo que consideran, una vida "más digna".
El proyecto de las cloacas no está habilitado aún, porque "antes tienen que terminar las obras de la ruta 26, es lo que nos explicaron cuando fuimos a reclamar", dijo Rocío, una de las vecinas de Ampliación San Calixto. Según contó, se colocaron los caños en las calles pero la obra quedó allí paralizada.
San Calixto es lo que antes se llamaba asentamiento Parque La Vega. Un predio expropiado por la provincia, que buscó dar solución habitacional a miles de personas. Fueron entregados a principios de 2016, pero hasta ahora no tienen todos los servicios.
"También iban a empezar un proyecto para construir una escuela y un centro de salud, hace ya un año de esto, pero seguimos esperando", añadió la vecina.
Ante la falta de estas dos instituciones, "los vecinos tenemos que llevar a nuestros hijos a otros barrios, como por ejemplo las escuelas de barrio Limache", dijo. Para esto, la mayoría toma cuatro colectivos por día porque algunos colegios cercanos son privados y en las escuelas de la zona no hay cupos para los chicos.
Entre todas las carencias que hay en el barrio, la basura es otro problema. La contaminación es abundante, porque los camiones recolectores pasan dos veces a la semana; antes pasaban solo una. En una recorrida por el lugar se puede ver desperdicios en las calles, en las plazas y hasta afuera de las casas.
"El problema también es que viene gente que no es del barrio y tira basura como si nada. Esto hace que se formen microbasurales", agregó Rocío.
Según los vecinos, el asfalto de las calles es otra promesa incumplida. Las calles siguen siendo de tierra, desparejas, con pozos y sin cordón cuneta.
Inseguridad
Como en otros sectores de la ciudad, los vecinos de Ampliación San Calixto no están exentos de ser víctimas de la inseguridad.
En sus precarias casas, muchas de ellas construidas con madera, chapas, bloques de cemento y pocas medidas de seguridad, los alambrados resultan insuficientes para prevenir el delito.
"Hay muchos robos, hasta incluso hay gente que usurpa viviendas que están habitadas y que aprovecha cuando los dueños salen a trabajar o llevan a sus hijos a la escuela", dijo alarmada Claudia, otra vecina.
Para defenderse o evitar que les pase esto, la estrategia de los vecinos parte de la solidaridad: se agrupan y se cuidan las casas entre ellos.
"Nosotros nos cuidamos el terreno entre nosotros, hay vecinos que tienen grupos, se hablan por WhatsApp, es típico que pase esto", sumó Rocío, quien dijo que ya fue víctima de varios robos.