“Me gustaría conocer el norte, me encantaría ir a Salta, es un nombre que me fascina”. Pese a la tragedia que vivió en el país, el turista sueco Christoffer Persson quiere regresar a fines de este año o a comienzos de 2020. Anhela conocer la Argentina profunda: no solo piensa en esta región sino también en el sur.
Persson no pierde el optimismo. El turista, de 36 años, nunca se hubiese imaginado que su paso por la Argentina estaría signado por un hecho que le cambiaría la vida. En vísperas de Año Nuevo, mientras caminaba por el barrio porteño de Monserrat junto a su novia, un ladrón le quiso robar el celular y, en medio de un forcejeo, le disparó en el muslo derecho.
Los médicos tuvieron que amputarle la pierna. Sonriente, Christoffer no se lamenta de haber elegido este país para sus vacaciones ni llora por lo que le sucedió. Al contrario, está decidido a convertir este episodio en un desafío personal, en el que la resiliencia será su mayor aliada.
En un nota que dio al noticiero porteño Telenoche, el ingeniero rompió el silencio y aseguró que recuerda cómo fue el ataque, entre las calles Tacuarí y Venezuela, el domingo 30 de diciembre.
Mientras la pareja volvía a su hotel, siguiendo las indicaciones de la aplicación Google Maps, el agresor intentó robarle el celular.
“Cuando lo miré, vi que estaba apuntando el arma sobre mi cabeza. La moví y ahí me dio en la pierna”, explicó. Pero Persson no quiere enfocarse en los detalles de la agresión, sino en todo lo que ocurrió después. “Mucha gente se acercó a ayudarme en la calle antes de que llegara la ambulancia. Una mujer, llamada Analía, me hizo un torniquete con una toalla. Me salvó la vida”, remarcó.
Una vez que estuvo en manos de los médicos el turista sintió una comodidad absoluta. Y solo tuvo palabras de agradecimiento para los profesionales que lo atendieron en el hospital Argerich, donde fue operado de urgencia. En el mismo sentido, tampoco reprochó la decisión de los especialistas de amputarle la pierna. “No me sorprendió. Sé lo riesgoso que es que te disparen y en ese momento me sentía aliviado de haber sobrevivido. Todavía me siento así”, argumentó.
Persson no se anima a decir que volvió a nacer, pero manifestó que está viviendo un gran desafío personal. Ni la tristeza ni el rencor lo invaden cuando recuerda lo que sufrió. “Creo que fui bastante perezoso en mi vida. Pero ahora tengo la oportunidad de desafiarme a mí mismo y convertirme en una mejor persona”, indicó.
Esperanzado, el turista admitió que está ansioso por la nueva etapa que deberá afrontar. Hasta bromeó sobre cómo será volver a andar en bicicleta, una de sus actividades favoritas.
Persson aclaró que el episodio de inseguridad no marcó la forma en la que ve la Argentina. Todo lo contrario. “Quiero volver a este país el año que viene, sobre mis dos pies para poder caminar bien”, adelantó ansioso. Con ganas de aprender español, para no depender de la traducción de su novia que sí maneja el idioma, repitió en varias oportunidades que se queda con las personas que conoció acá.
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“Me gustaría conocer el norte, me encantaría ir a Salta, es un nombre que me fascina”. Pese a la tragedia que vivió en el país, el turista sueco Christoffer Persson quiere regresar a fines de este año o a comienzos de 2020. Anhela conocer la Argentina profunda: no solo piensa en esta región sino también en el sur.
Persson no pierde el optimismo. El turista, de 36 años, nunca se hubiese imaginado que su paso por la Argentina estaría signado por un hecho que le cambiaría la vida. En vísperas de Año Nuevo, mientras caminaba por el barrio porteño de Monserrat junto a su novia, un ladrón le quiso robar el celular y, en medio de un forcejeo, le disparó en el muslo derecho.
Los médicos tuvieron que amputarle la pierna. Sonriente, Christoffer no se lamenta de haber elegido este país para sus vacaciones ni llora por lo que le sucedió. Al contrario, está decidido a convertir este episodio en un desafío personal, en el que la resiliencia será su mayor aliada.
En un nota que dio al noticiero porteño Telenoche, el ingeniero rompió el silencio y aseguró que recuerda cómo fue el ataque, entre las calles Tacuarí y Venezuela, el domingo 30 de diciembre.
Mientras la pareja volvía a su hotel, siguiendo las indicaciones de la aplicación Google Maps, el agresor intentó robarle el celular.
“Cuando lo miré, vi que estaba apuntando el arma sobre mi cabeza. La moví y ahí me dio en la pierna”, explicó. Pero Persson no quiere enfocarse en los detalles de la agresión, sino en todo lo que ocurrió después. “Mucha gente se acercó a ayudarme en la calle antes de que llegara la ambulancia. Una mujer, llamada Analía, me hizo un torniquete con una toalla. Me salvó la vida”, remarcó.
Una vez que estuvo en manos de los médicos el turista sintió una comodidad absoluta. Y solo tuvo palabras de agradecimiento para los profesionales que lo atendieron en el hospital Argerich, donde fue operado de urgencia. En el mismo sentido, tampoco reprochó la decisión de los especialistas de amputarle la pierna. “No me sorprendió. Sé lo riesgoso que es que te disparen y en ese momento me sentía aliviado de haber sobrevivido. Todavía me siento así”, argumentó.
Persson no se anima a decir que volvió a nacer, pero manifestó que está viviendo un gran desafío personal. Ni la tristeza ni el rencor lo invaden cuando recuerda lo que sufrió. “Creo que fui bastante perezoso en mi vida. Pero ahora tengo la oportunidad de desafiarme a mí mismo y convertirme en una mejor persona”, indicó.
Esperanzado, el turista admitió que está ansioso por la nueva etapa que deberá afrontar. Hasta bromeó sobre cómo será volver a andar en bicicleta, una de sus actividades favoritas.
Persson aclaró que el episodio de inseguridad no marcó la forma en la que ve la Argentina. Todo lo contrario. “Quiero volver a este país el año que viene, sobre mis dos pies para poder caminar bien”, adelantó ansioso. Con ganas de aprender español, para no depender de la traducción de su novia que sí maneja el idioma, repitió en varias oportunidades que se queda con las personas que conoció acá.
Un caso con repercusiones
En la escena del ataque los peritos lograron recuperar la vaina servida del disparo recibido por Persson, que es de calibre 380. “Más allá de las estadísticas que dicen que Buenos Aires, después de Santiago de Chile, es la segunda ciudad con menos homicidios (de Sudamérica)”, salió a decir el vicejefe de Gobierno de Buenos Aires, Diego Santilli, tras el hecho.