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El Vaticano intenta evadir responsabilidad por Zanchetta    

En un comunicado, insistieron en que el papa Francisco no tenía conociendo de las denuncias de abuso sexual contra el exobispo de Orán.
Martes, 22 de enero de 2019 11:00

Las noticias publicadas en los últimos días que comprometen cada vez más al papa Francisco, en el caso del exobispo de Orán, Gustavo Zanchetta, obligaron al Vaticano a salir al cruce por segunda vez en tres semanas.
“En relación con artículos publicados recientemente por algunos órganos de información y algunas reconstrucciones erróneas, puedo reiterar con firmeza lo que ya declaré el 4 de enero pasado”, dijo ayer a través de un comunicado el vocero papal interino, Alessandro Gisotti. 
Luego de que El Tribuno informara a fines del año pasado que Zanchetta no había dejado el obispado de Orán por “problemas de salud”, como se diera a conocer oficialmente, sino por denuncias que tres sacerdotes realizaron contra él por desmanejos económicos, abuso de poder y abuso sexual, el Vaticano desmintió esta información y aseguró que solo le llegaron las denuncias de abuso de poder. 
El 4 de enero Gisotti aseguró que Zanchetta había solicitado dejar su cargo por “sus dificultades para manejar las relaciones con el clero de la diócesis, que en algunos casos eran muy tensas”. Según el portavoz de la Santa Sede, “en ese momento, lo acusaron de autoritarismo, pero no de acoso sexual”. Sin embargo, esto contradijo las informaciones dadas por el actual obispo de Orán, Luis Scozzina, que en una entrevista concedida a este medio, aseguró que el Papa “no tomó la determinación sin contar con elementos reales”. 
La versión del Vaticano también va a contramano de la última noticia publicada por este medio en conjunto con la agencia internacional de noticias Associated Press, donde uno de los 3 exvicarios (ahora descendidos a párrocos) que denunciaron a Zanchetta dio otras fechas. 
Juan José Manzano, denunciante de Zanchetta, indicó que en el 2015 se elevó un primer informe con fotografías obscenas que se hicieron llegar a la Santa Sede, por lo que el Papa “lo mandó a llamar y volvió cambiado”. El segundo informe, precisó el cura, fue “más sustancioso y con pruebas más contundentes”, como cartas de seminaristas presuntamente abusados. Esta segunda acusación fue presentada entre mayo y junio del 2017, lo que derivó en una segunda presentación de Zanchetta ante el Papa y su posterior renuncia en agosto de aquel año al frente a la diócesis norteña. Manzano además dio detalles de la cercanía de la que ya se hablaba entre Zanchetta y el papa Francisco. “El es su confesor, es como su hijo espiritual”, señaló, y aseguró que el Papa fue una “víctima más de Zanchetta”.
Según el vocero del Vaticano, las acusaciones de abusos sexuales contra el “hijo espiritual del Papa”, “surgieron en los últimos meses, casi un año después de que el Papa Francisco creó la nueva posición para él como asesor de la oficina que administra las propiedades de la Santa Sede (APSA)”. Esta versión fue nuevamente reafirmada por Gisotti a través de este último comunicado. El obispo de Salta, Mario Cargnello, señalado como quien “apoyó” y “acompañó” las denuncias contra Zanchetta y quien decidió guardar silencio ante este caso, se encuentra ahora en Panamá, donde estará el Papa. 
Este caso es un nueva grieta para la credibilidad del Papa de cara al sínodo por los abusos sexuales que se realizará en febrero con los presidentes epíscopales de más de 100 países de alrededor del mundo. Francisco ya era cuestionado por defender a Mc Carrick, implicado en casos de abusos en Estados Unidos, y a Barros, denunciado por casos de abuso en Chile. 

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Las noticias publicadas en los últimos días que comprometen cada vez más al papa Francisco, en el caso del exobispo de Orán, Gustavo Zanchetta, obligaron al Vaticano a salir al cruce por segunda vez en tres semanas.
“En relación con artículos publicados recientemente por algunos órganos de información y algunas reconstrucciones erróneas, puedo reiterar con firmeza lo que ya declaré el 4 de enero pasado”, dijo ayer a través de un comunicado el vocero papal interino, Alessandro Gisotti. 
Luego de que El Tribuno informara a fines del año pasado que Zanchetta no había dejado el obispado de Orán por “problemas de salud”, como se diera a conocer oficialmente, sino por denuncias que tres sacerdotes realizaron contra él por desmanejos económicos, abuso de poder y abuso sexual, el Vaticano desmintió esta información y aseguró que solo le llegaron las denuncias de abuso de poder. 
El 4 de enero Gisotti aseguró que Zanchetta había solicitado dejar su cargo por “sus dificultades para manejar las relaciones con el clero de la diócesis, que en algunos casos eran muy tensas”. Según el portavoz de la Santa Sede, “en ese momento, lo acusaron de autoritarismo, pero no de acoso sexual”. Sin embargo, esto contradijo las informaciones dadas por el actual obispo de Orán, Luis Scozzina, que en una entrevista concedida a este medio, aseguró que el Papa “no tomó la determinación sin contar con elementos reales”. 
La versión del Vaticano también va a contramano de la última noticia publicada por este medio en conjunto con la agencia internacional de noticias Associated Press, donde uno de los 3 exvicarios (ahora descendidos a párrocos) que denunciaron a Zanchetta dio otras fechas. 
Juan José Manzano, denunciante de Zanchetta, indicó que en el 2015 se elevó un primer informe con fotografías obscenas que se hicieron llegar a la Santa Sede, por lo que el Papa “lo mandó a llamar y volvió cambiado”. El segundo informe, precisó el cura, fue “más sustancioso y con pruebas más contundentes”, como cartas de seminaristas presuntamente abusados. Esta segunda acusación fue presentada entre mayo y junio del 2017, lo que derivó en una segunda presentación de Zanchetta ante el Papa y su posterior renuncia en agosto de aquel año al frente a la diócesis norteña. Manzano además dio detalles de la cercanía de la que ya se hablaba entre Zanchetta y el papa Francisco. “El es su confesor, es como su hijo espiritual”, señaló, y aseguró que el Papa fue una “víctima más de Zanchetta”.
Según el vocero del Vaticano, las acusaciones de abusos sexuales contra el “hijo espiritual del Papa”, “surgieron en los últimos meses, casi un año después de que el Papa Francisco creó la nueva posición para él como asesor de la oficina que administra las propiedades de la Santa Sede (APSA)”. Esta versión fue nuevamente reafirmada por Gisotti a través de este último comunicado. El obispo de Salta, Mario Cargnello, señalado como quien “apoyó” y “acompañó” las denuncias contra Zanchetta y quien decidió guardar silencio ante este caso, se encuentra ahora en Panamá, donde estará el Papa. 
Este caso es un nueva grieta para la credibilidad del Papa de cara al sínodo por los abusos sexuales que se realizará en febrero con los presidentes epíscopales de más de 100 países de alrededor del mundo. Francisco ya era cuestionado por defender a Mc Carrick, implicado en casos de abusos en Estados Unidos, y a Barros, denunciado por casos de abuso en Chile. 

Lo que dice un portal eclesiástico

“El caso Zanchetta no es como los anteriores, al menos en dos sentidos. El primero es que afecta directa y personalmente al Papa. No hay modo de eludir esa responsabilidad. No es un McCarrick, al que, después de todo, papas anteriores promocionaron hasta el cardenalato y el arzobispado de Washington, y sobre el que solo se puede reprochar a Francisco que descreyera o ignorara rumores para encargarle algunas misiones en su retiro. No, Zanchetta es suyo. Lo nombró obispo de Orán, en la provincia argentina de Salta, saltándose todos los trámites habituales y nada más hacerse con el pontificado, su primer nombramiento episcopal”, aseguró InfoVaticana, un portal de noticias eclesiásticas. 
El sitio, además, pone en duda el proceso de nombramiento de Zanchetta como obispo. Con este panorama, todo indica que el Vaticano y mucho menos el Papa no haya tomado conocimiento de las graves acusaciones que pesaban con el exobispo de la diócesis norteña.

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