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El tradicional concierto de coro, orquesta de vientos y campanillas

En Hirschberg, pueblito cercano a Heidelberg, El Tribuno participó de una vieja costumbre germana. 
Domingo, 27 de enero de 2019 00:55

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El 23 de diciembre pasado, último domingo de Adviento, El Tribuno participó de una ceremonia tradicional de la cultura germana que se realiza frente a los ayuntamientos (municipalidad) el día antes de Nochebuena. Se trata de un concierto de orquesta de vientos, coral y de campanas, aunque para nosotros serían campanillas. El espectáculo duró aproximadamente una hora y comenzó con un brevísimo mensaje del “bürgermeiter” (intendente) Manuel Justa a los vecinos, para luego referirse únicamente al significado de las fiestas de fin de año. 
La tradicional ceremonia se realizó en el patio exterior del ayuntamiento de Hirschberg (montaña de los ciervos), una población o barrio cercano a Heidelberg, sede de la universidad más antigua de Alemania. En ese patio, que los lugareños llaman del “glockenspiel” y que para nosotros sería algo así como “plazoleta del campanario”, tuvo lugar el tradicional concierto, que comenzó exactamente a la 12 del mediodía, ni un minuto antes ni uno después. Había entre doscientas y trescientas personas de todas las edades que, para nuestra sorpresa, participaban como si nada, a la intemperie y muy entusiasmadamente de la fiesta, mientras la temperatura ambiente rondaba, sin exagerar, cero grado. Es que para los alemanes el problema no es el clima, sino la ropa o el calzado inadecuado para pasar la estación.
El hecho es que a la hora indicada en la invitación del ayuntamiento, el “bürgermeiter” Just subió a la tarima que ocupaba el coro y la orquesta, y desde allí agradeció a los vecinos la férrea voluntad de conservar la tradición de reunirse el día antes de Nochebuena para el concierto navideño. Finalmente, muy emocionado (según Victoria, nuera y traductora) el jefe del ayuntamiento se despidió de la comunidad ya que luego de diez años de estar al frente de Hirschberg ahora deberá hacerse cargo de los destinos de Weinheim, la ciudad más grande del distrito. Luego de su breve alocución comenzó el concierto que estuvo a cargo del coro y la orquesta de vientos de la Iglesia Evangélica. 

“Christstollen” y vino caliente

Y mientras los asistentes participaban del concierto, en un quiosco habilitado para la ocasión se podían adquirir los tradicionales “Christstollen”, jugos frutales y vino caliente para combatir desde el interior profundo los gélidos embates del general invierno. Para los que desconocen esta tradición boreal, el “Christstollen” (“túnel de Cristo” en alemán) es un postre que se sirve en tiempos de Adviento y en Navidad. Tiene la forma de un niño recién nacido envuelto en sus pañales blancos, lo que se logra espolvoreando el postre con azúcar impalpable. Por su parte, el “vino caliente” no es simplemente eso. Se trata de un tintillo (o blanco) del valle del Rin que además de estar caliente tiene agregados secretos, como especies y “gotas” de bebidas harto espirituosas como cognac, whisky o vodka. En fin, cada fabricante tiene su fórmula secreta que solo legará a las generaciones venideras de su familia. Y esto es tanto para preparar el vino caliente como para los jugos frutales, también caliente, que preferentemente consumen los niños. 

El carillón y sus campanas

El carillón es un conjunto de campanas convenientemente afinadas y ordenadas para producir melodías; se percuten con badajos accionados mediante un teclado o un pedalero; se encuentran colgadas generalmente en las torres de las iglesias, fijadas en unas vigas.
En el caso del carillón de Hirschberg, sus campanillas, además de marcar diariamente cada hora de 8 a 20, tocan melodías relacionadas con cada estación del año, correspondiente a las horas 9.05, 12.05 y 17.05, luciéndose entonces con sus 18 campanas de la fina porcelana Meissen.

La historia de los carillones germanos 

El “glockenspiel” o carillón consiste en un número variable de campanas (campanillas para nosotros), generalmente colgadas rígidamente. En la antigüedad, estas campanas solían tocarse exclusivamente de forma manual o a través de pedales. En la actualidad existen barras o teclas como las del piano, conectadas a las campanas por medio de cables. Al presionar las barras o teclas, el cable se tiesa y golpeas el badajo contra la pared de la campanilla. 
La historia cuenta que fue Gerd van Wou quien creó en 1492, el primer pequeño y único carillón de 7 voces en Lüneburg, Alemania. Pero se considera que fueron los hermanos Lorraine Hemony, unos 150 años después, quienes mediante un ajuste mecánico fabricaron carillones casi perfectos, con bellos sonidos de una gran pureza.
Así es que los primeros glockenspiel o carillones “reales” de la Alemania de hoy son de finales del siglo XVII.
En la actualidad se encuentran carillones o glockenspiel principalmente en los países de origen germano y flamenco (holandes/belga), donde también están las únicas escuelas que enseñan a tocarlos. 
Actualmente, uno de los más famosos glockenspiel es el que posee el ayuntamiento de Munich, pese a que en toda Alemania hay unos 300 glockenspieles.

El carillón de Hirschberg

En cuanto al carillón o glockenspiel del ayuntamiento o municipalidad de Hirschberg Leutershausen, podemos decir que en consonancia con la tradición de los ayuntamientos de la región Bergstrasse (norte de Heidelberg), este erigió un moderno campanario de estructura de acero sobre la entrada del edificio del ayuntamiento al momento de su construcción. Las peculiares y costosas campanas del carillón, que se fueron acoplando paulatinamente, no son de metal como podríamos suponer, sino de fina porcelana. Y fueron fabricadas nada menos que por la conocida fábrica de Meissen, la marca de los dos sables cruzados. 
En cuanto al carillón, fue encargado en Niederau, por la iglesia madrina de Hirschberg, cerca de Meissen.

La inauguración

El 19 de octubre de 1996 se inauguró el carillón o glockenspiel del ayuntamiento de Hirschberg. Este fue financiado exclusivamente con donaciones empresarias y vecinales, sin que medie ningún subsidio o partidas presupuestarias estatales. La última campana, completando las actuales 18 del carillón, se agregó 11 años después, en marzo de 2007.

La porcelana de Miessen

La planta industrial de porcelanas de Miessen, que fabricó las 18 campanillas del carillón de Hirschberg, es una de las de mayor renombre en el mundo y, además, la más antigua de Europa. Fue fundada en 1710 por Augusto el Fuerte (August dem Stark), y sus servicios, esculturas y objetos siempre han marcado tendencia. Su reputación mundial se basa en su experiencia artesanal y en su larga tradición artística: comenzando en el barroco de Meissen, que sentó las bases de un lenguaje formal de porcelana europea, con pinturas de flores icónicas y el “patrón de cebolla”, hasta la histórica decoración de figuras y esculturas de animales de los años 20 del siglo pasado. 
En cada época, la manufactura Meissen reprodujo algunos de los artistas de porcelana más importantes de su tiempo, cuyas obras maestras, hoy como entonces, se crean totalmente a mano en los talleres de manufactura de aquella ciudad de la Sajonia.
Al concluir la Segunda Guerra Mundial, la fábrica de cerámicas de Meissen pasó a manos de la Unión Soviética, pero tras la unificación Alemana, en 1990, la factoría fue devuelta al estado de Sajonia.
 

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