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Perón y el mito: corazón en La Boca, estadio en Avellaneda

A 74 años del Día de la Lealtad, una reseña del general, su pasión por el fútbol y un mito en torno a su simpatía. ¿De quién era hincha? 
Viernes, 18 de octubre de 2019 02:26

La cancha de Racing lleva el nombre del gran líder político del siglo XX. Sin embargo, sus allegados aseguraron que Juan Domingo Perón era del xeneize. “No lo decía porque cuidaba a las otras hinchadas”, confirmó hace tiempo Antonio Cafiero, militante, funcionario y amigo del General.

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La cancha de Racing lleva el nombre del gran líder político del siglo XX. Sin embargo, sus allegados aseguraron que Juan Domingo Perón era del xeneize. “No lo decía porque cuidaba a las otras hinchadas”, confirmó hace tiempo Antonio Cafiero, militante, funcionario y amigo del General.

La historia argentina está atravesada por dos pasiones: el fútbol y la política. Y entre tantas intersecciones posibles, una de ellas es la figura de Perón: su nombre está vinculado a Racing, aunque quienes lo conocieron aseguran que era de Boca, pero que lo mantenía en secreto para no “herir” a las otras hinchadas argentinas.

La relación con Racing comenzó durante su primer mandato presidencial (1946-1952), con una política de Estado que consistía en otorgar créditos para la construcción de instalaciones deportivas. Fue allí cuando los dirigentes de la academia accedieron a un préstamo de 3 millones de pesos (una fortuna para la época) para la edificación del Cilindro.

El estadio, con capacidad para 100 mil personas, fue inaugurado el 3 de septiembre de 1950. Ese año Racing fue bicampeón; al siguiente, tricampeón. Pero el torneo de 1951 no fue uno más: la final fue ante Banfield, el favorito de Evita por ser el más humilde.

Desde entonces, quedó instalado en el imaginario argentino que Perón era de la academia. Pero Antonio Cafiero echó por tierra esa versión en 2009. “¡Era de Boca! Lo que pasa es que no lo decía porque, evidentemente, cuidaba a las demás hinchadas de los otros clubes”, dijo en Radio El Mundo. 

Existe una imagen que parece corroborar el testimonio de Cafiero. Es del 19 de julio de 1953. En ella, Perón salta de su asiento para celebrar la remontada de Boca ante River, un 3-2 definitivo con gol de Roberto Oscar Rolando a 4 minutos del final.

Más allá de la presidencia honoraria, del busto en el hall del Cilindro y del nombre del estadio, todo indica que Perón era xeneize. Y quien sí era fanático de Racing era el ministro de Hacienda Ramón Cereijo, quien además dio título a uno de los apodos de la época, “Deportivo Cereijo”, por los supuestos favores que la academia recibía desde el poder.
 

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