“La Copa es nuestra”, afirmó ayer el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, al comentar su respaldo al Flamengo en la final de la Libertadores contra River Plate del próximo 23 de noviembre, en Chile.
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“La Copa es nuestra”, afirmó ayer el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, al comentar su respaldo al Flamengo en la final de la Libertadores contra River Plate del próximo 23 de noviembre, en Chile.
Lo hizo en un video distribuido por las redes sociales luego de haberle regalado la camiseta de Flamengo a su par chino, Xi Xinping, durante una gira oficial a Beijing. Bolsonaro, hincha del Palmeiras, se subió a la ola victoriosa del Flamengo, el club más popular de Brasil, y se convirtió en una suerte de mensajero del “mengao”, que derrotó en la semi a Gremio.
“Le mando un mensaje al equipo de Flamengo y a los hinchas. Estuve con el presidente Xi y hablamos del fútbol como integración. Le pedí su apoyo. Flamengo ahora tiene 1.300 millones de hinchas. En Brasil somos todos de Flamengo. La Copa es nuestra”, remarcó Bolsonaro.
El mandatario, desde que ganó las elecciones en octubre de 2018, se mostró en las canchas del Palmeiras y el Flamengo.
El presidente de Brasil comentó que evalúa viajar a la capital chilena a ver el partido a pedido de varios de sus ministros y de dirigentes del “fla”.
La sede no se toca
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, volvió a ratificar que la final de la Copa Libertadores entre River y Flamengo se jugará en Chile y la venta de entradas para este encuentro comenzará el miércoles próximo.
“Este momento en Chile va a pasar y la normalidad se va a recuperar. De hecho, el partido va a ser un tremendo éxito”, dijo Domínguez, más allá del conflicto social que se vive en el país vecino.
Los hinchas de River y Flamengo deberán contar con una contraseña que brindarán los clubes. Habrá 12.500 tickets para cada club que se venderán por Internet y serán nominales e intransferibles.