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La Corte condenó a Edesa y Lusal por la electrocución de una maestra

El fallo fue firmado por cinco de los jueces, con abstención de dos. Miriam Luchini falleció cuando tocó un poste electrificado en calle Esteco al 900.
Sabado, 26 de octubre de 2019 01:18

Luego de 12 años de una batalla legal plagada de incidentes judiciales y apelaciones de todo tipo, la Corte de Justicia de Salta condenó con los votos de cinco de sus siete integrantes y la excusación de dos de sus miembros, Sandra Bonari y Pablo López Viñals, a las empresas Edesa y Lusal a pagar la indemnización correspondiente a la familia de Mirian Gabriela Luchini, fallecida en la vía pública por una descarga eléctrica de un poste o columna metálica electrificada, cuyo estado de peligrosidad había sido informado a través del 911 a la empresa concesionaria del servicio público.

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Luego de 12 años de una batalla legal plagada de incidentes judiciales y apelaciones de todo tipo, la Corte de Justicia de Salta condenó con los votos de cinco de sus siete integrantes y la excusación de dos de sus miembros, Sandra Bonari y Pablo López Viñals, a las empresas Edesa y Lusal a pagar la indemnización correspondiente a la familia de Mirian Gabriela Luchini, fallecida en la vía pública por una descarga eléctrica de un poste o columna metálica electrificada, cuyo estado de peligrosidad había sido informado a través del 911 a la empresa concesionaria del servicio público.

Tras haberse cumplido casi doce once años sin recibir justicia, Ernesto Omar Farfán dijo ayer a El Tribuno que, aunque tarde la Justicia, le devolvió la fe pública.

El viudo, de profesión chofer, luchó más de una década reclamando la indemnización que ya le había sido otorgada en un juicio oral llevado a cabo en 2016 y que la empresa de distribución eléctrica Edesa, juntamente con Lusal, se negaron terminantemente a abonar, interponiendo costosísimas apelaciones para dilatar la responsabilidad civil que les cabía y les sigue cabiendo, ya que las obras sobre el tendido eléctrico de la capital jamás se concluyeron, como fueron anunciadas en su momento.

"Cuando murió mi esposa mis tres hijos eran niños y hoy ya soy abuelo y dos de ellos se encuentran en la universidad, mire si habrá pasado el tiempo", dijo.

"Ese accidente fue negligente porque días antes del fatal desenlace la columna metálica ya había sido denunciada como un peligro para la vida, pero la empresa no reparó la pérdida y días después mi esposa perdió la vida al tocar el soporte metálico del tendido público".

"Finalmente puedo decir que vuelvo a creer en la Justicia y en la razón de su existencia. El tiempo fue excesivo pero aún así siento satisfacción al observar que los jueces no olvidaron que la vida está por encima de todo lo terreno".

Historia

El 10 de febrero de 2008 la maestra llegó hasta su domicilio de calle Esteco al 900. Al descender, la mujer se apoyó en un poste de luz que estaba electrificado y recibió una mortal descarga.

Ese suceso conmocionó a la opinión pública salteña y fue tapa de nuestro matutino.

Se supo luego de la tragedia que días antes Ernesto había estado denunciando la situación de electrificación. Pero, paradojalmente, fue su mujer la víctima de una denuncia que nadie atendió y cuyos registros fueron fraguados, pero demostrados en juicio del 2016.

Primero llamó al Servicio de Emergencia 911, quienes derivaron la denuncia correspondiente a Lusal y posteriormente a Edesa. Todo fue documentado y fue presentado en el juicio. En ese debate se halló culpable a estas dos últimas empresas por la muerte de la joven mamá.

Sin perder la fe en la Justicia: para los hijos de la maestra, presentes en la nota, el fallo les da una esperanza de recuperar lo mucho que su madre no pudo hacer por ellos, dijeron. 

Razonable argumento: “Si bien recibimos justicia, no sería descabellado poner algún límite a los tiempos de las demandas civiles en contra de empresas extranjeras”.

De allí decenas de apelaciones llevaron la causa a la Corte de Justicia, la que después de casi 12 años dio una respuesta adecuada a un papá que crió a sus hijos solo.

Para el viudo de la maestra electrocutada en la vía pública lo más preocupante en estos últimos tiempos fue que la responsabilidad fuera eludida finalmente por un cambio de razón social.

"No es descabellada nuestra presunción porque en los últimos tiempos muchas empresas eludieron sus deudas incluso fiscales con este tipo de maniobras", dijo.

Pero gracias a Dios y a una nota en este mismo matutino de febrero de 2019 es que finalmente los jueces de la Corte de Justicia se pronunciaron por la vida y la seguridad jurídica que asiste a la civilidad por encima de los intereses económicos.

Recurso desestimado

El viudo junto a su abogado Fernando Lávaque explicaron además que estando ya la votación completa de los jueces las empresas condenadas en primera instancia volvieron a interponer un recurso para seguir dilatando incluso el fallo de la mismísima Corte de Justicia local.
Para desgracia de los encartados y suerte del demandante, el recurso ingresó de manera extemporánea, es decir fuera de término, lo que motivó su improcedencia.
De esta manera el fallo quedó firme y a la espera de la liquidación según los parámetros judiciales.
En la demanda inicial incluso la Municipalidad de la Capital estaba demandada por el mal mantenimiento de la red eléctrica y los servicios que las empresas prestan sobre este rubro. En el fallo el municipio quedó excluido al comprobarse que la responsabilidad sobre la materia se la había transferido por contrato a las permisionarias del servicio público eléctrico y que las mismas debían tener en condiciones de seguridad razonables el tendido y suministro del fluido eléctrico.
El fallo sienta un precedente único en la materia, dijo el demandante.
 

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