Dos personas murieron calcinadas en un siniestro vial ocurrido en la madrugada de ayer sobre ruta 9/34 a la altura de la localidad sureña de Rosario de la Frontera.
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Dos personas murieron calcinadas en un siniestro vial ocurrido en la madrugada de ayer sobre ruta 9/34 a la altura de la localidad sureña de Rosario de la Frontera.
Fuentes policiales informaron que el siniestro fue protagonizado en el acceso norte de la ciudad de Rosario de la Frontera donde colisionaron un camión que transportaba gaseosa de una firma multinacional y un automóvil particular, donde viajaban dos jóvenes residentes de la zona sur de la provincia.
Dos muchachos fallecieron en el acto según el forense policial y sus cuerpos se calcinaron posteriormente debido al incendio que se produjo luego del tremendo impacto, que al parecer fue pleno sin maniobra de frenado, dijo una fuente.
Una versión
Según familiares de una de las víctimas, el siniestro se habría producido cuando el camión ingresó a la ruta sin luces y por esta causa el conductor del vehículo más pequeño prácticamente se incrustó sobre el acoplado cargado de aguas gaseosas.
Esa y otras versiones quedaron encontradas con la realidad y la envergadura del choque y al no poder obtener el testimonio del chofer del camión porque sufrió lesiones y un shock nervioso, las verdaderas causas quedaron en manos de los peritos en accidentes de la División Criminalística de la Policía, cuyo informe aún no se conoció.
Por otra parte, una fuente radial de esa localidad informó que a la llegada de la emergencia el espectáculo era dantesco y nada se podía hacer ya por los jóvenes que quedaron aprisionados en el automóvil.
La fuente policial aseguró ayer que de las primeras informaciones que se pudieron recabar establecieron la identidad de las víctimas como Javier L., de 31 años, y Agustín R. de 20, pero que esos datos aún siendo corroborados por familiares que debían ser chequeados fehacientemente con métodos de identificación forense/científicos, lo que se hizo posteriormente.
Peritos de Criminalística de la Policía de Salta trabajaron durante casi toda la madrugada para dilucidar cómo ocurrió el accidente y la mecánica del mismo.
Se dijo que el conductor del automóvil se habría quedado dormido o no vio el camión y le dio de lleno a alta velocidad.
Lo que sí trascendió es que a la llegada de la emergencia hallaron al chofer del camión herido y en estado de sock, por lo que no se pudo obtener de él el relato de cómo sucedieron las cosas.
El siniestro vial ocurrido en el acceso norte de la ciudad de Rosario de la Frontera aumentó la triste estadísticas de muertes por estas causas en el mes de octubre, el más trágico de lo que va del año.
La noticia del gravísimo accidente conmocionó a la opinión pública rosarina y todos los medios de comunicación del sur de la provincia se hicieron eco del desgraciado siniestro.
Sin complejidad y sin forenses
Es el estado actual del hospital zonal de Rosario de la Frontera.
Otra vez los hospitales están en la mira de las necesidades insatisfechas de los pobladores del sur de la provincia.
Cada vez que hay un accidente vial o una tragedia comienzan las críticas hacia las autoridades centrales por el estado de abandono o por la falta de recursos médicos como materiales, incluso de complejidad suficiente como para dar respuestas a gente accidentada politraumatizada.
En ese contexto de queja trascendió ayer en Rosario de la Frontera que los cuerpos calcinados de los dos muchachos accidentados a las 2 de la madrugada estaban casi en la media tarde de ayer a la espera de un médico de Joaquín V. González que había sido derivado de allí para cumplir con el protocolo que exige la ley. En ese sentido familiares de una de las víctima hicieron conocer a El Tribuno su disgusto por la falta de algo elemental en una ciudad, como es el servicio público forense o legista que evite que los familiares o deudos de las víctimas sean sometidos a un compás de espera para que se les entregue los cuerpos para las honras fúnebres.
Rosario de la Frontera no es el único, sino casi todos los hospitales del interior no tienen complejidad suficiente y derivan lesionados o heridos hacia la capital con costos y riesgos altísimos.
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