Pocos días atrás se dio a conocer una ejemplar ordenanza que traerá un gran alivio, tanto al ambiente como a aquellas personas, niños y adultos que sufren el impacto sonoro de la pirotecnia.
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Pocos días atrás se dio a conocer una ejemplar ordenanza que traerá un gran alivio, tanto al ambiente como a aquellas personas, niños y adultos que sufren el impacto sonoro de la pirotecnia.
Luego de muchos pedidos realizados, por protectoras de animales, ambientalistas y vecinos en general, mediante campañas de concientización que llevan varios años instalados en la comunidad rosarina, por fin dieron frutos que fueron plasmados en la ordenanza N´4126/18, que finalmente fue puesta en vigencia estos días.
"Se prohibe en el ámbito del municipio de Rosario de la Frontera, la fabricación, tenencia, guarda, acopio, depósito, venta o cualquier otra modalidad de comercialización y el uso particular de pirotecnias sonoras", dice la norma.
Dicha ordenanza considera entre otros puntos, que por el uso de elementos de pirotecnia existen riesgos de eyección de chispas, partículas o escorias calientes, de elementos cortantes o penetrantes, de restos del contenedor y de llamas o explosiones excesivas. Además, el uso libre y sin control de pirotecnia afecta de diversas formas a sectores vulnerables de la sociedad como niños y ancianos, a la fauna y el ambiente en general.
El incumplimiento de la presente ordenanza por parte de locales comerciales que vendan artificios de pirotecnia serán sancionados con una multa de mil Unidades Tributarias, $2.500, más clausura de tres a diez días para la primera infracción; en caso de la segunda infracción la multa será el doble y la clausura de diez a quince días; en el supuesto de una tercera infracción el local será clausurado en forma definitiva con una multa de triple valor de la establecida".
Desde la protectora de animales Patitas Callejeras, expresaron a El Tribuno que, "esto es una lucha en la que ya llevamos varios años, la cual fue creciendo con el apoyo de los vecinos y donde se fue visibilizando el daño que ocasiona la pirotecnia estruendosa a personas con diversos problemas de salud, en animales, y medio ambiente".
Por otro lado, el ornitólogo e ingeniero Juan Carlos Gorrini, expresó que, "La Ordenanza es muy interesante, pues prohibe y penaliza la venta de pirotecnia y también su uso particular. De este modo se intenta controlar al comercio y, al mismo tiempo, al vecino".
"Pero observemos esto, es relativamente sencillo controlar cien o doscientos comercios, pero no lo es tanto si se trata de 35 mil vecinos que podrían comprar pirotecnia en otras localidades para su uso y estruendo, por ello, es necesario producir un cambio cultural y ello requiere educación, predicar con el ejemplo y ofrecer alternativas. Todo ello lleva tiempo y esfuerzo", indicó el ingeniero.
"Está muy bien identificar a la población vulnerable al exceso de ruido, niños, ancianos y enfermos. Pensemos en el disparate que significa arrojar bombas de estruendo y otra pirotecnia sonora cerca de un hospital o de una casa donde hay un enfermo grave", alertó.
"Pensemos en las mascotas hipersensibles al sonido, como los perros. Si bien se aconseja sedarlos en estas festividades, no todos los propietarios pueden hacerlo. Y en la fauna silvestre, que no tiene otro amparo que la prohibición", finalizó.