El Partido Obrero se destacaba en Salta porque era una de las pocas ciudades del país en la que esa agrupación tenía un respaldo significativo entre los votantes. La elección de ayer terminó por enterrar esa premisa.
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El Partido Obrero se destacaba en Salta porque era una de las pocas ciudades del país en la que esa agrupación tenía un respaldo significativo entre los votantes. La elección de ayer terminó por enterrar esa premisa.
El PO, que tiene una posición mayoritaria en el Frente de Izquierda y de Trabajadores - Unidad, no obtuvo ni un concejal en los comicios provinciales y perdió la única banca que conservaba en el Concejo Deliberante capitalino.
Lejos quedó la histórica elección del 2013 cuando el partido de izquierda se quedó con nueve concejales capitalinos, tres diputados provinciales y una senadora provincial. Ahora solo les queda una banca en la Cámara Baja.
Igual que en las elecciones que sucedieron al 2013, ayer no se escuchó ni una autocrítica de los dirigentes del PO en Salta por el franco declive que tiene esa fuerza política votación tras votación.
Quien era candidato a gobernador del frente, Pablo López, llegó ayer al 2,43% del total de los votos.
"Lógicamente, esto plantea lo que dijimos en la campaña, la necesidad de seguir construyendo esta alternativa política independiente de los trabajadores ante lo que va a ser la expresión de la continuidad del régimen que viene gobernando la provincia y que además va a llevar adelante el ajuste que venimos denunciando y hemos denunciado en la campaña que va aplicar Alberto Fernández a través del Pacto Social", dijo López.