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¿Dinero más barato?

Sabado, 23 de noviembre de 2019 00:00

Siguiendo un hilo conductor fiel a sus "ideales", Alberto Fernández, el actual presidente electo, apuesta a la baja de la tasa de interés para reactivar el consumo y de esta manera, poner de vuelta a andar a la economía.

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Siguiendo un hilo conductor fiel a sus "ideales", Alberto Fernández, el actual presidente electo, apuesta a la baja de la tasa de interés para reactivar el consumo y de esta manera, poner de vuelta a andar a la economía.

Según lo dicho por el presidente electo, la idea es quitarle peso al bolsillo de la población y darle un alivio financiero, en medio de la crisis económica y caída del poder adquisitivo en un contexto de elevada inflación. Los primeros pasos ya fueron tomados, llevando la tasa de Leliq del 68% al 63% en solo un par de días. Se estima que este actual piso de 63%, podría ser ampliamente perforado, cayendo a 40% en el primer trimestre del 2020.

¿Qué nos deja esto? Una tasa de interés real negativa con respecto a la inflación estimada.

Tener una tasa de interés negativa con respecto a la inflación, quiere decir que tener nuestro dinero depositado no es conveniente, ya que el interés que recibiríamos sería menor que la inflación y al fin del período de ahorro, nuestro dinero valdría menos en términos reales.

En general, las tasas de interés y la inflación están fuertemente correlacionadas, esto es, cuando una de ellas varía la otra también lo hará. Dado que el interés es el precio del dinero, a medida que el dinero cueste menos, la propensión al gasto aumentará, debido a que el costo del dinero se vuelve relativamente más barato.

Pero no todo es color de rosa, es más, usado indebidamente, puede acabar muy mal. Algunas consecuencias negativas podrían ser la disminución de la rentabilidad de los bancos y un exceso de toma de riesgo por parte de inversores sin tener en cuenta el riesgo de inversión. Aquí entra en juego la existencia de burbujas financieras en algunos sectores, como el de los inmuebles.

Sí bien en el ciclo que nos encontramos actualmente, es decir, de recesión económica, una inyección de dinero sería eficiente para reactivar la inversión productiva y el consumo de diversos bienes, varios analistas ven a las tasas de interés negativas como medidas desesperadas y negativas en el largo plazo.

 

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