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Curiosidades etimológicas

Miércoles, 06 de noviembre de 2019 00:00

Suele ser interesante recurrir al origen de las palabras, porque con frecuencia nos sorprenden con insólitas derivaciones desde su acepción original hasta su significado actual. En esta ocasión nos referiremos a las palabras funcionario y jubilado. Aunque usted no lo crea, tienen cierto parentesco etimológico.

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Suele ser interesante recurrir al origen de las palabras, porque con frecuencia nos sorprenden con insólitas derivaciones desde su acepción original hasta su significado actual. En esta ocasión nos referiremos a las palabras funcionario y jubilado. Aunque usted no lo crea, tienen cierto parentesco etimológico.

Difunto

Como sabemos, el término "difunto" es uno de los muchísimos sinónimos que existen y se utilizan para referirse a una persona fallecida (finado, muerto, cadáver, occiso, fiambre, etcétera).

Etimológicamente el término difunto proviene del latín "deffunctus", el cual estaba formado por el prefijo "de" (separación) y "functus", participio de "fungi" (desempeñar, cumplir, terminar) y cuyo significado literal venía ser "el que ya ha cumplido" o "el que ha terminado", en referencia (tal y como indico en el párrafo anterior) a aquella persona que al cumplir cierta edad le llegaba la hora del merecido descanso (retiro, jubilación) por haber cumplido con sus obligaciones en la sociedad de la que formaba parte.

De manera tal que antes los difuntos eran jubilados, ahora, en cambio, los jubilados son difuntos, o a punto de serlo, con las jubilaciones de hambre que perciben.

La semana pasada se recordó el Día de los Santos Difuntos, que la Iglesia católica dedica a las almas de los fallecidos.

Como es habitual, ese día infinidad de personas acuden a los cementerios para visitar las tumbas de sus difuntos, rezarles una oración o llevarles flores.

La palabra cementerio es de tradición cristiana ya que, con anterioridad, se lo denominaba necrópolis (de origen griego) significa literalmente "ciudad de los muertos" (necro: muerte, polis: ciudad). Ante la creencia cristiana de que la muerte solo es un tránsito y, por tanto, al fallecer lo que se hacía era "dormir" para posteriormente "resucitar" se sustituyó el termino necrópolis por el de cementerio, cuyo significado literal es "dormitorio". La palabra cementerio no tiene ningún parentesco etimológico con cemento (el genial invento desarrollado por los romanos) que proviene de "caementa" (piedra quebrada), argamasa para construir y cerrar las tumbas, nichos y mausoleos (posteriormente acueductos, teatros, puentes, etc.). El cemento romano sobrevivió miles de años, el cemento Portland tiene una vida útil inferior a cien años.

¿Qué es un funcionario?

El término funcionario tiene su origen en el latín. Proviene de functio, functionis, cuyo significado es ejecución, cumplimiento, ejercicio, desempeño. Esa palabra a su vez está formada por functus, supino de fungor, fungi, functus sum que es desempeñar, cumplir con, ejercer un cargo. Podemos advertir que nos encontramos frente a la misma raíz que la de la palabra jubilado. A esa raíz func-, se le agrega el sufijo -tio(n) que indica acción y efecto, más el sufijo arius que denota lugar.

Quien dice funcionario público, piensa automáticamente en burocracia. Quien piensa en burocracia la asocia a pereza, desgano, ineficiencia, antipatía, lentitud. Sin embargo, el sociólogo Max Weber la veía como el más eficaz instrumento de organización. La palabra, etimológicamente, procede del francés bureaucratie, y se compone de la voz francesa bureau, que significa "oficina", "escritorio", y el sufijio -cracia, que viene del griego y que podemos traducir como "gobierno", "dominio" o "poder". En este sentido, vendría a significar "poder del escritorio", de allí que desde su origen tenga un valor peyorativo.

La realidad nos muestra que la burocracia es solamente para los pobres, para los otros sectores siempre hay alguien que conoce a alguien, que conoce a alguien, que conoce a un tercero.

 

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