"El mundo debe elegir entre la esperanza o la capitulación", afirmó Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, en la apertura de la Conferencia Mundial sobre el clima que culmina en Madrid (COP 25).
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"El mundo debe elegir entre la esperanza o la capitulación", afirmó Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, en la apertura de la Conferencia Mundial sobre el clima que culmina en Madrid (COP 25).
Este nuevo encuentro sobre el medio ambiente deberá lograr que los países se comprometan a respetar y aplicar el Acuerdo de París firmados por los estados. Los compromisos a frenar el aumento de la temperatura mundial se llevan a cabo en el momento en que la aplicación de medidas políticas decisivas contra el calentamiento se hace cada vez más fuerte, dentro de un contexto catastrófico, marcado este año por la multiplicación de desastres naturales, los incendios en la selva Amazónica y australiana, en ciudades de Estados Unidos, inundaciones, temporales o sequías extremas. Y para citar solo un ejemplo en España, Murcia, la región que se conoce como "la piscina mas grande de Europa" actualmente es víctima de una catástrofe de biodiversidad, a lo largo del litoral, frente al Mediterráneo, se edificaron edificios y se establecieron invernaderos agrícolas, como consecuencia de ello empezó un degradación ecológica y cientos de miles de peces muertos remontan permanentemente a la superficie agonizando por la falta de oxígeno en el agua y este es solo un ejemplo de lo que ocurre en el país sede de la Cumbre.
Sabemos que los objetivos son muchos: imponer a los estados participantes el principio de reducción y neutralidad de emisiones contaminantes de aquí al 2050, que los estados, gobiernos regiones, ciudades, empresas, inversores, ciudadanos aceleren y fortalezcan las acciones del plan de emergencia climática mundial, que se implementen lo antes posible las medidas de transformación necesarias, (entre ellas aumentar las plantaciones masivas de árboles para compensar la falta de CO2 en el aire), que se respeten los financiamientos propuestos para mejorar la transición industrial y energética, la tarificación del carbón, teniendo en cuenta las metas y compromisos que asumieron los países que firmaron el acuerdo en la COP 21, aquí en París.
Urgencia climática
Dentro de este marco resulta interesante destacar que el Parlamento Europeo decretó la semana pasada la urgencia climática y del medio ambiente, un voto muy simbólico para mantener la presión sobre los dirigentes de la Unión Europea. La resolución reafirma el compromiso del Parlamento a limitar el calentamiento del planeta con la intención de frenar el aumento de la temperatura mundial lo más cerca posible de a 1,5§ C y evitar la pérdida masiva de la biodiversidad de la tierra. Esta iniciativa del Parlamento es coherente con las medidas similares que aprobaron Parlamentos Nacionales, tales como el de Francia, Reino Unido o Austria.
El hecho que Europa sea el primer continente por declarar la urgencia climática y del medio ambiente, representa un mensaje fuerte y muy oportuno, enviado a los ciudadanos europeos y al mundo entero por varios motivos, el primero lo lograron justo antes de que la Conferencia de Madrid abra sus puertas, además en momentos en que los funcionarios elegidos en Comisión Europea entran en función y votaron 3 semanas después que Donald Trump confirmó que los Estados Unidos se retira del Acuerdo de París.
Los jóvenes hoy exigen soluciones concretas, ejemplo de ello la activista Greta Thunberg, que anunció en la sede de la ONU la intención de demandar ante la Justicia a cinco estados: Francia, Alemania, Turquía, Argentina y Brasil por la inacción de la protección del medio ambiente.
Si bien perdimos mucho tiempo para empezar a combatir el calentamiento del planeta, hoy se buscan respuestas y soluciones concretas en diferentes frentes.
Los propósitos son claros, pero las acciones en la práctica, por parte de algunos estados todavía son frágiles y no aplican los principios a los que se comprometieron en el Acuerdo de París. Los peores alumnos del planeta, los grandes contaminadores, India, China o los Estados Unidos, en la UE, Polonia y algunos países del Este.
Pero, ¿tomamos conciencia de que los discursos de los jefes de estado en la ONU, de las ONG o las movilizaciones no son suficientes? Las declaraciones en la sede la ONU no producen ningún efecto legal, ni sancionatorio, esa es sin duda, una de las claves del problema. De allí la gran expectativa que genera esta nueva Cumbre.
El Centro Nacional Científico Francés y la Agencia de Energía Atómica Francesa publicaron los resultados de sofisticados trabajos de simulación y modelos climáticos hasta el año 2100.
Las conclusiones son alarmantes: el calentamiento de la tierra se presenta más pronunciado de lo previsto y, en el peor de los escenarios considerados, el aumento de la temperatura media global del planeta llegará a los 6,5§ o 7§ en 2100 a pesar de todos los esfuerzos que se realicen para frenar el proceso.
El escenario mas optimista implica una disminución inmediata de emisiones de CO2 hasta alcanzar la neutralidad mundial, además de una captación de CO2 atmosférica del orden de 15 millones de toneladas por año en 2100. Lamentablemente la tecnología no permite evitar el aumento de la temperatura del planeta a fines del siglo XXI, "depende en gran medida de las políticas climáticas implementadas que apliquen los gobiernos", insisten los científicos del CNRS, Météo-France y el CEA.
El "rule book"
La aplicación del Acuerdo contempla, entre otras medidas, relativas al apoyo financiero para luchar contra los cambios climáticos en los países en desarrollo. El objetivo actual es de 100 mil millones de dólares por año a partir del 2020. Los estados firmantes deberán declarar y publicar a nivel nacional la puesta en marcha de las "Nationally Determided Contributions" la contribución nacional que cada uno de los estados aportó.
Muchos países se comprometen a respetar la transparencia de la puesta en marcha las contribuciones nacionales determinadas, lo que se conoce como "la contabilidad verde", son reglas claras contempladas en el Acuerdo para asegurar la transparencia y la visibilidad de dichos aportes.
Los países donadores de fondos se comprometen a regularizar sus contribuciones a fin de ayudar a los países beneficiarios, en definitiva, los mas necesitados.
Sin embargo, los aportes a los fondos mencionados y las medidas de aplicación resultan poco ambiciosas.
Esperemos que la COP 25 logre avances concretos e implemente garantías suficientes para que los países en desarrollo contribuyan más aún a los "fondos verdes" tan necesarios para los países en desarrollo, las víctimas de pérdidas y daños sufridos como consecuencias de las catástrofes climáticas.
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