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Un plomero sufrió un infarto y murió luego de ser agredido durante una discusión

Juan Bautista Vega circulaba en una moto y tuvo un altercado con otro motociclista que le dioun golpe de puño en el cuello. Buscan al agresor.
Jueves, 19 de diciembre de 2019 12:24

La Brigada de Investigaciones de Metán investiga la repentina muerte de un plomero, luego de una fuerte discusión de tránsito, porque podría haber sido víctima de un homicidio preterintencional.

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La Brigada de Investigaciones de Metán investiga la repentina muerte de un plomero, luego de una fuerte discusión de tránsito, porque podría haber sido víctima de un homicidio preterintencional.

La víctima fue Juan Bautista Vega, quien tenía 67 años. El miércoles pasado, a alrededor de las 19.30, el hombre estaba trabajando y había salido en su motocicleta. Aparentemente tuvo un “roce”, casi en la esquina de las calles 25 de mayo y Santa Fe, con otra moto en la que circulaban un joven alto, de entre 30 y 35 años y una mujer.

Testigos dijeron que el muchacho estaba muy ofuscado y comenzó a insultar y a perseguir al plomero Vega.

La discusión siguió hasta llegar a la casa de la víctima, a una cuadra de allí, en la calle 25 de mayo 568.

En el jardín de la vivienda estaba uno de los hijos del trabajador, quien observó que el joven motociclista descendió del rodado y le dio un golpe de puño en el cuello a Vega. El plomero tenía cirugías de bypass que le habían practicado por problemas cardíacos. Sufrió una descompensación y cayó al piso.

El hijo del plomero, Luis, había tratado de calmar la situación, pero también sufrió amenazas y empujones por parte del agresor, que luego de lo ocurrido se dio a la fuga.

Los familiares de Vega llamaron a la Policía y a una ambulancia del hospital Del Carmen, que se encuentra a dos cuadras, pero como el auxilio no llegaba, lo trasladaron al nosocomio en un vehículo particular.

El plomero ingresó sin signos vitales al hospital metanense, donde le hicieron tareas de reanimación durante 40 minutos, pero falleció.

Ahora efectivos de la Brigada buscan al agresor de Vega, quien residiría en esa misma ciudad del sur provincial.

Al cuerpo de Vega, el médico forense, Daniel Apaza García, le practicó una autopsia, en la que determinó que murió como consecuencia de un paro cardiorespiratorio.

“El estudio determinó que no presentaba lesiones al momento del examen, pero no se descarta que haya sido un homicidio preterintencional”, dijo uno de los investigadores.

El homicidio preterintencional se verifica cuando el agresor actúa con la intención de provocar lesiones a otra persona, con un medio idóneo para ello, pero finalmente le provoca la muerte.
Así, se tiene en cuenta la intención –que no es la de matar– y el medio –que no debía razonablemente ocasionar la muerte–.

Un ejemplo clásico es cuando una persona le pega a otra con la intención de causarle un daño físico. La víctima se cae producto de ese golpe y muere porque su cabeza pega contra el cordón de la vereda. El agresor sería responsable de un homicidio preterintencional porque no tuvo la intención de asesinar, y, a la vez, porque el golpe en sí mismo no tenía la entidad para provocar la muerte.
El homicidio preterintencional conlleva una pena de tres a seis años de prisión. Está “en el medio” entre el homicidio simple (de 8 a 25 años de prisión) y el  homicidio culposo (seis meses a cinco años).

 

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