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“Badur Hogar”, un éxito que demostró la calidad del cine hecho en Salta

La universalidad del tema y las particularidades norteñas lograron que esta cinta tuviera una acogida especial entre los espectadores, que la recibieron con empatía y sorpresa. Una película que hay que ver.
Lunes, 30 de diciembre de 2019 20:13
Bárbara Lombardo y Javier Flores, los protagonistas centrales del filme.

Salteñísima, con un romanticismo sin rodeos y muy poca “miel”, con un margen de maniobra que eludió clichés y matices que despertaron carcajadas, “Badur Hogar” logró un éxito sorprendente en muchas provincias y particularmente en Salta. 
Estuvo en cartelera un mes, algo no muy habitual frente a la abrumadora oferta cinematográfica mundial.
Dirigida por Rodrigo Moscoso y producida por Shooting Salta, la película resultó ganadora en la convocatoria a largometrajes regionales del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). La premier fue en el BAFICI, allí donde su ópera prima “Modelo 73” lo presentó en sociedad durante el esplendor del denominado Nuevo Cine Argentino.
Realizada completamente en Salta, con un equipo totalmente salteño a excepción de la actriz porteña Bárbara Lombardo, se filmó en abril de 2018 en más de 30 locaciones de la provincia y estrenó en mayo de este año.
“Badur Hogar” logra un salto desde la simple comedia romántica de enredos, a ser una clase de cómo narrar en el cine, de cómo ser salteño sin morir en el intento, y de cómo presentar una radiografía social sin caer en el maniqueísmo fácil. Pero, obre todo, el filme de Moscoso logra acceder a lo que busca cualquier película que se precie de tal: divertir, renovando interiormente al espectador desprevenido. La trama es simple con este adulto joven que parece un millennial atrasado, que alterna sus días entre lo que quedó de la empresa familiar que alguna vez “fue la más grande de todo el NOA”. Estancado, como muchos, no logra arrancar para hacer su propia vida, arrastrando el peso de su historia familiar. Pero cuando conoce a “la chica”, rompe su estatismo y en un proceso de maduración a los golpes, se ve obligado a tomar esas decisiones tan postergadas.

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Salteñísima, con un romanticismo sin rodeos y muy poca “miel”, con un margen de maniobra que eludió clichés y matices que despertaron carcajadas, “Badur Hogar” logró un éxito sorprendente en muchas provincias y particularmente en Salta. 
Estuvo en cartelera un mes, algo no muy habitual frente a la abrumadora oferta cinematográfica mundial.
Dirigida por Rodrigo Moscoso y producida por Shooting Salta, la película resultó ganadora en la convocatoria a largometrajes regionales del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). La premier fue en el BAFICI, allí donde su ópera prima “Modelo 73” lo presentó en sociedad durante el esplendor del denominado Nuevo Cine Argentino.
Realizada completamente en Salta, con un equipo totalmente salteño a excepción de la actriz porteña Bárbara Lombardo, se filmó en abril de 2018 en más de 30 locaciones de la provincia y estrenó en mayo de este año.
“Badur Hogar” logra un salto desde la simple comedia romántica de enredos, a ser una clase de cómo narrar en el cine, de cómo ser salteño sin morir en el intento, y de cómo presentar una radiografía social sin caer en el maniqueísmo fácil. Pero, obre todo, el filme de Moscoso logra acceder a lo que busca cualquier película que se precie de tal: divertir, renovando interiormente al espectador desprevenido. La trama es simple con este adulto joven que parece un millennial atrasado, que alterna sus días entre lo que quedó de la empresa familiar que alguna vez “fue la más grande de todo el NOA”. Estancado, como muchos, no logra arrancar para hacer su propia vida, arrastrando el peso de su historia familiar. Pero cuando conoce a “la chica”, rompe su estatismo y en un proceso de maduración a los golpes, se ve obligado a tomar esas decisiones tan postergadas.


Esta, a grandes trazos, es la historia. Pero Moscoso no la despliega de un arranque, sino que la va revelando como quien desarma mamushkas. Rodeándola de personajes y situaciones que la hacen creíble. A pesar de su extensión (101 minutos) particular para una comedia romántica, la maestría del director hace que el filme no caiga en lagunas ni digresiones tan comunes del cine argentino y sudamericano. Su ritmo no mengua y ni notamos el paso del tiempo fílmico. Las críticas que recibió el filme en otras ciudades del país hacen especial mención al “idioma de los salteños” del que Moscoso no se priva ni hace alarde. Es una historia urbana, claro, y no tiene la necesidad de apelar al costumbrismo, ni al paisajismo al que se condena al cine regional. A cambio, “Badur Hogar” tiene la generosidad de mostrar nuestro “paisaje hablado”, con el que construye su mundo singular, tal como pretende cualquier obra de arte. Este mundo es el salteño, desde los carritos de Juventud, a los hongos locos de Campo Alegre. Con eso marca un hito singular del cine nacional. Uno en el que no es necesario impostar la voz para hacerlo de verdad, ni exagerar lo que somos para ser aceptados. En definitiva, un filme que habla de nosotros sin levantar polvareda. Un hito donde no podía faltar Cástulo Guerra, actor y símbolo al que volverán más generaciones de cineastas salteños con mirada de futuro.

Una trama con toques de otras décadas

Juan Badur (Javier Flores) no es un triunfador y no le encuentra un rumbo a su vida. Tiene 35 años, aún vive con sus padres y, junto a un amigo, se las arreglan trabajando como limpiadores de piletas. Su refugio es Badur Hogar, un negocio familiar antes lleno de esplendor y hoy cerrado, las ventanas cubiertas de diarios viejos con electrodomésticos y muebles propios de mediados de los 80 y principios de los 90. Inclusive aún conserva carteles con precios en Australes. En un corto periodo Juan se reencuentra con Martín (Daniel Elías), su exitoso amigo de la secundaria; descubre que tiene un problema de salud y debe ser operado de urgencia, y conoce a Luciana (Bárbara Lombardo), una porteña atractiva y neurótica con quien la química funciona muy fuerte. En esa maraña de situaciones, una serie de mentiras suman enredos a esta comedia.

 

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