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Un enfurecido río Amaicha arrastró a un gaucho y a su caballo. MIRA EL VIDEO

El hombre regresaba a Tacuil, luego de participar de las fiestas en honor a la Virgen de la Candelaria, en Molinos. Ambos fueron rescatados, pero el susto fue mayúsculo.
Martes, 05 de febrero de 2019 09:11

Las crecidas de los ríos también afectan a los Valles Calchaquíes. Durante el fin de semana, el río Amaicha a la altura del municipio de Molinos aumentó notablemente su nivel y el poder de su caudal. 
El domingo, sin ir más lejos, un nutrido grupo de lugareños quienes regresaban al paraje Tacuil después de participar de las fiestas en honor a la Virgen de La Candelaria y San Pedro Nolasco, una de las principales celebraciones religiosas de la región, se dieron con el paso cortado. 

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Las crecidas de los ríos también afectan a los Valles Calchaquíes. Durante el fin de semana, el río Amaicha a la altura del municipio de Molinos aumentó notablemente su nivel y el poder de su caudal. 
El domingo, sin ir más lejos, un nutrido grupo de lugareños quienes regresaban al paraje Tacuil después de participar de las fiestas en honor a la Virgen de La Candelaria y San Pedro Nolasco, una de las principales celebraciones religiosas de la región, se dieron con el paso cortado. 


Uno de los baquianos, joven el hombre, en una intentona por encontrar una huella para atravesar el curso de agua, se lanzó a caballo contracorriente, pero el torrente no tardó en arrastrarlo junto al animal. El chapuzón en las “chocolatadas” aguas del río fue tremendo.
“Tené cuidao, tené cuidao, sacá el pie", "estirá la cabeza y tirá el lazo", "vos podés, vos podés", "echá pa tras”, le gritaban de forma desesperada la gente desde la orilla, al ver al hombre sujetarse de un pequeño islote formado por ramas, malezas y piedras. El caballo, ni lerdo ni perezoso imitando al gaucho se aferró con las patas delanteras al metro cuadrado de suelo firme que quedaba en medio del enfurecido Amaicha. 
“Eso pasa porque no son jinete pal agua. Ta re hondo”, murmuraba un abuelo desde la orilla.
La aventura tuvo final feliz y tanto el joven gaucho como su caballo salieron ilesos, pero trascendió que prometieron a la virgencita no volver a desafiar al río, en épocas de crecidas.

El paraje Tacuil se encuentra ubicado a 40 kilómetros cuesta arriba del pueblo de Molinos.

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